Atropellado por un Scooter

Se sabía una serie de paridad y de alto contenido emocional, pero lo vivido en Once Unidos en la primera noche de la serie supera cualquier expectativa. Literalmente Quilmes dio a luz una victoria, es decir: fue un parto. Con los mismos dolores incluidos.

Es que Olímpico llegó a Mar del Plata con un problema: la ausencia de su escolta/base Frank Williams, muy importante en la estructura del equipo, con una infección en el oído. A pesar de su ausencia la estrategia diseñada por Fernando Duró fue cumplida con maestría por un grupo de jugadores valientes y decididos de modo casi perfecto.

Quilmes estaba atado, anudado, (por el rival y por sus propios nervios) sin poder como equipo vulnerar a su rival. Pero la historia la desató “Scotter” Mc Fadgon, que pasó casi todo el partido mirándolo desde el banco (condenado por su escasa defensa). Entró y metió la secuencia de puntos más espectacular e ilógica (descontextualizada del partido) para dar vuelta un juego que ya tenía destino de visita.

En el primer cuarto Quilmes fue superior por escaso margen. Empezó perdiendo (2-7) pero la puntería de Stukes (dos triples) le dio gol desde el perímetro y la historia se dio vuelta (9-7) con cuatro minutos de sequía de la visita. Fernando Duró, técnico de la visita lo mandó a Diego Guita (9 pts) a la cancha y el equipo mejoró ostensiblemente en ofensiva. El desarrollo se equilibró y el primer segmento cerró 22-20.

Stukes salió muy arriba a buscarlo a Gabriel Cocha, que ante la falta de Williams ofició de base titular. El técnico dispuso además que Cocha pase a jugar de escolta cuando Machuca lleve la base para crear una red de protección en el traslado y no darle toda la responsabilidad al pibe. De tal modo, Diego Cavaco y Eduardo Villares rotaban en la posición del alero.

La receta le salió muy bien en el segundo cuarto cuando Olímpico se hizo dueño definitivamente del desarrollo. Esteban de la Fuente no quiso improvisar nada y le dejó el mando del equipo a Titarelli todo el partido, sin importarle el cansancio. Pero Quilmes se quedó boyando sin juego como perdido en la mar, porque Alston y Guita impusieron solidez defensiva en su juego interior y fueron superiores aunque el resultado del primer tiempo fuera 38 iguales.

En el tercer cuarto Olímpico siguió con el envión del primer tiempo y trasladó su buen juego al tanteador, tomando la delantera del partido. La media cancha visitante lució impecable teniendo soluciones permanentes a pesar de la corta rotación. Fue tiempo entonces del “Pipa” Villares, muy insultado por su inexpresivo paso por Quilmes, en un duelo personal con la gente local. El entrerriano tomó la bandera y llevó adelante a los suyos jugando un partidazo. Generó puntos propios (7) y para sus compañeros. En Quilmes solo respondían Stukes (9) y Nelson (11) con nulo aporte ofensivo del resto de los compañeros.

En el cuarto final Olímpico se escapó un par de veces arriba en el marcador dando la sensación inequívoca de quedarse con el partido. Primero manejó una distancia de 7 puntos (57-64, 61-68, 68-75)) en los primeros 6 minutos.

Cuando el reloj entró en los últimos cuatro minutos, Quilmes venía con los remos a todo vapor. Luchaba (y chocaba) más de lo que jugaba, mientras Olímpico se mostró casi siempre más criterioso para atacar, llegando al gol en diferentes vías y con tiros con menor oposición. La jugada de Cocha o Villares en el pick and roll por el eje con Alston o Guaita fue el principio y el final de todos los problemas quilmeños.

De la Fuente pidió un par de minutos para tratar ese tema con diferentes soluciones, pero siempre la viveza en la aplicación de la media cancha visitante y el juego de pases par encontrar al hombre con ventaja alimentaba la ilusión bandeña.

Con el tanteador 71-76 y a falta de dos minutos reingresó al juego “Scotter” Mc Fadgon quien estaba llamado a ser el héroe de la noche. Sucede que el alero foráneo juega de un modo diferente a lo que el partido se presentó. Lejos del roce físico y a una velocidad diferente entró para sacarle la atadura que demostraba la ofensiva local.

De movida metió un triple con posesión completa del reloj por arriba de la marca. Luego un doble con tablero con mandada por sobre Villares y finalmente la perla de la noche: con el resultado 77-80, a falta de 30 segundos, metió un triple de 7 metros saltando para atrás, sobre la marca (muy parecido a un lateral del fútbol), con mucho vuelo, logrando que la pelota entre en el aro sin siquiera tocar la red. En la siguiente Villares en vez de tirar al aro se la pasó a Alston en los 10 segundos finales y Olímpico se quedó sin tirar al aro. Entonces ese sablazo, inesperado y fuera de contexto dio el empate en 80 para cerrar el tiempo regular.

En el suplementario otra vez Olímpico se adueño del desarrollo a pesar de comenzar abajo (84-82). Dio vuelta el tanteador y se puso arriba 85-88. Alston era el que llevaba el gol en la ofensiva, anotando con un repertorio maravillo de técnica del poste bajo. Pero otra vez se hizo presente Mc Fadgon. Por arriba de la marca de Cavaco clavó un triple desde muy lejos (saltó mal parado con los pies abiertos) y decretó el empate en 88 a falta de 1:20 (segundo milagro en menos de 5 minutos).

Lo mejor que tuvo Quilmes en todo el partido como equipo fue no dejar de luchar a pesar de estar perdido en el juego. Esa voluntad inclaudicable, el espíritu de lucha le permitió llegar al final donde aparece el Salvador Mc Fadgon. Las últimas tres defensas de Quilmes fueron excelentes, sin permitir en dos ocasiones un tiro al aro del rival. Hasta Cocha (que jugó 43 minutos) tomó decisiones individuales.

Nicolás Romano metió un doble sensacional (cuando todos la pasaban, fue para abajo con decisión) y puso a Quilmes arriba por 2 (90-88 a falta de 40 segundos). En la del estribo, Villares se jugó una penetración por izquierda, se resbaló y la pelota del final le quedó a Quilmes. Stukes fue a la línea de libres, metió los dos (92-88) y ya no hubo tiempo para Olímpico de dar vuelta un partido que se le fue de las manos, escapándosele una oportunidad de oro de robar un juego de visitante.

Para Quilmes fue como volver a nacer, acostumbrando al corazón de su gente a los actos inverosímiles, como en Bahía Blanca, como anoche, como para soñar con quedarse.

Síntesis
Quilmes (80) (92): Fernando Titarelli 7, Levy Stukes 28, Cornelius Mc Fagdon 16, Nicolás Romano 11 y Ed Nelson 28 (FI) Facundo Piñero 0, Juan Cangelosi 2, Leonardo Peralta 0, Esteban López 0 DT: Esteban De La Fuente

Ciclista Olímpico (80) (88): Gabriel Cocha 7, EduardoVillares 23, Diego Cavaco 10, Jore Benitez 3, Derrick Alston 21 (FI) Juan Manuel Torres 3, Diego Guaita 20, Jonatan Machuca 2. DT: Fernando Duro

Parciales: 22-20, 38-38, 57-61 y 80-80
Árbitros: Daniel Rodrigo, Oscar Britez y Juan Fernandez
Estadio: Once Unidos de Mar del Plata.
Serie: Quilmes 1 – Olímpico 0

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.net)
Crónica: Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.net)


Gimnasia pegó primero en casa pero con sufrimiento

Llegó a estar arriba por una diferencia de trece puntos. Sin embargo, las imprecisiones le jugaron una mala pasada en el último parcial al “Verde”, que terminó ganando sin que le sobre demasiado.

Con una victoria ajustada, más allá de los ocho puntos de diferencia que sacó en el último tramo, Gimnasia y Esgrima se quedó con el primer partido de los playoffs por la permanencia en la Liga Nacional de Básquetbol, ante Central Entrerriano, en el Socios Fundadores.

Gimnasia arrancó desorientado en ataque y desconcentrado en defensa, ante un rival ordenado y certero en los primeros minutos, sobre todo mediante los tiros de tres, donde se destacó Alejandro Burgos -metió tres de tres intentos en el primer parcial-.

De todas maneras, el “Verde” nunca lo dejó escapar demasiado al rival y logró empardarlo cuando faltaba poco más de un minuto y medio para el final del cuarto inicial. Después pasó al frente con dos libres de Hakeem Rollins y terminó el primer parcial ganando por cinco, gracias a un triple de Nicolás De los Santos sobre la chicharra.

En el segundo cuarto, el dueño de casa mantuvo el dominio del desarrollo, gracias al juego interior de Rollins y Diego Romero, más el trabajo de De los Santos y Gerald Brown, quien no convirtió en el primer tiempo pero se dedicó a jugar para sus compañeros.

El conjunto de Nicolás Casalánguida arrancó muy parado en ofensiva en el tercer cuarto, pero recuperó el control del balón y no le permitió a la visita acercarse demasiado, e incluso le sacó una diferencia de trece puntos cuando promediaba el tercer parcial.

En el último cuarto, Gimnasia no tuvo la consistencia de los parciales anteriores y Central Entrerriano, que tuvo en Alejandro Burgos al goleador del partido (26 puntos), llegó a acercarse cuatro tantos.

Sufrió el local, pero logró sacar una luz considerable sobre el final para quedarse con un triunfo que le permite encarar con mucha más confianza lo que viene.

Síntesis
Gimnasia y Esgrima (78): Gerald Brown 12, Nicolás de los Santos 15, Germán Sciutto 9 , Diego Romero 14, Hakeem Rollins 18 (FI); Leandro Masieri 0, Nicolás Ferreyra 4 , Ignacio Alessio 2 , Federico Mansilla 4. DT: Nicolás Casalánguida.

Central Entrerriano (70): Cristian Cadillac 7, Fernando Funes 10, Curtis Marshall 11 (x), Scott Cutley 7, Alejandro Burgos 26 (FI); Sebastián Cabello 2, Gastón Torre 7 (x), Ruperto Herrera, Lucas Arn 1, Agustín Pirovani. DT: E. Cadillac.

Parciales: 25-20, 43-35, 59-53, 78-70.
Árbitros: Fernando Sampietro, Mario Aluz y Oscar Martinetto.
Estadio: Socios Fundadores.
Serie: Gimnasia 1 - Central 0

Foto: Gentileza Diario El Patagónico
Crónica: Diario El Patagónico