El festejo del verano

Mucho para festejar. Quilmes después de tres derrotas volvió al triunfo y sabe que puede levantar la copa para brindar. Lo hará por su confianza, y está bien. Lo hará por la actitud que puso, y está bien. Lo hará por haber bajado a un rival durísimo y está bien, pero tiene que festejar, porque el camino es tan importante como el objetivo y hay que aprender a gozar de los pequeños logros.

Cuando Olímpico superó a Peñarol el sábado avisó que su momento era inmejorable. Había vencido a Quilmes en La Banda jugando un básquet de alto vuelo. “El mejor partido de Olímpico en la temporada como local”, me dijo un periodista amigo. “Ese día Olímpico le ganaba a cualquier equipo de Liga”, aseveró. Luego refrendó esa victoria de visitante ante Peñarol y sin Ariel Pau. Muy pocos equipos son capaces de ganarle a Peñarol en Mar del Plata, y nunca es casualidad. Ya no había dudas, Ciclista Olímpico estaba encendido. Por eso Quilmes para ganar tuvo que dejar hasta la piel. Por eso también el festejo.

Quilmes jugó con todo el deseo de ganar desde el minuto cero y lo hizo con una rotación de apenas siete jugadores por las ausencias de Marín y Ortíz. Y al final del cuento el resultado fue: los siete jugadores jugaron bien. Es muy difícil que haya un día donde todos los que pisan cancha se destaquen y sin embargo sucedió. Si se mira el resultado de apenas una victoria por dos puntos en la última pelota, se darán cuenta que anoche accedimos a un partidazo inolvidable.

Empezó así: Maxi Maciel fue sobre Jesse Pellot. Después de la descomunal actuación del alero foráneo contra Peñarol, el entrenador de Quilmes, Leandro Ramella, armó el dispositivo defensivo anti-Pellot. Control absoluto de su brazo derecho sin darle ni 30 cm de ventaja que arme el tiro. Una guerra de posesiones, fricciones, brazos y tomas de judo. Una pelea tan digna de un play off que daba ganas de hacer una luz seguidora solo para ellos.

El partido tardó al menos tres minutos en armarse y el que primero se asentó fue Olímpico que de la mano de Juan Brussino y sus triples, más el poste bajo con Lee Roberts sacaron ventaja de 5-9. Allí Quilmes reaccionó con un gran ataque del poste bajo alimentando a Tayavek Galizzi y generando vía Cequeira los rompimientos para un parcial 13-2 en 4 minutos (18-11).

Olímpico se recostó en zona pero Quilmes encontró un triple de Baxley y otro de Ivory Clark para vulnerar el cerrojo defensivo de la visita. Cosolito con un triple viniendo desde el banco ayudó a un contenido Olímpico a limar diferencias pero el primer cuarto de Quilmes fue de altísimo vuelo: 25-17.

En el comienzo del segundo segmento, Facundo Müller, técnico de la visita, dispuso que su equipo siguiera en zona sabiendo que Quilmes no tiene mucha fuerza perimetral para atacar con triples. Sin embargo Quilmes le contestó con algo mejor: le contestó con juego.

Lo que hizo el local ante la zona del negro bandeño fue sencillamente perfecto. Pases, cortes, penetración, descarga. Desarticuló la zona a puro básquetbol sin tirar un solo triple y amplió la ventaja a 12 (35-23). Facundo Müller tuvo que pedir otro minuto.

El técnico visitante se vio obligado a cambiar la dinámica. Mandó a quitar la zona, volvió a la defensa individual y dispuso que su armada suplente: Cosolito - Vittar – Hure permaneciera en cancha, con el reingreso de Pellot (hasta allí cero puntos).

La receta fue eficaz. La defensa visitante se robusteció y ganó en dinámica para obstruir el juego de pases de Quilmes. Provocó tres perdidas en cuatro ataques y pudo anotar vía Vittar, Hure y Amicucci para descontar y ponerse solo a cinco (39-34) con parcial 4-11. El partido hervía. Con una aparición fulgurante del pibe Luca Vildoza Quilmes se llevó el primer tiempo por 46-39, donde Ariel Pau apareció para contestar con puntos la embestida de Quilmes.

El juego era de fricción al máximo, sin embargo esos primeros 20 minutos regalaron una sinfonía de jugadas hermosas con resoluciones de replay. Juego de puntos y defensa. De Acciones individuales para vulnerar gestiones defensivas.

Cuando uno esperaba que el juego se cayera porque parecía imposible que siga tan arriba, por el contrario el tercer cuarto fue un poema. Lo ganó Olímpico (21-26) que dio vuelta el desarrollo y se afirmó en el juego. Aunque sin poder jugar mucho, Brussino y Pau se combinaron para alimentar a Roberts. Y cuando éste estaba sobre marcado lo encontraron a Amicucci que se debatió como un gladiador.

Pero Quilmes no tenía ninguna intención de rendirse. Comenzó muy apagado el tercer cuarto pero no bien le mojaron la oreja la reacción no se hizo esperar. Hubo empate en 46 en apenas un minuto y medio y pasó al frente la visita 48-49, para que sea Cequeira el que se haga cargo de todo.

Ante la salida por cuatro falta de Galizzi el ingreso de Romero fue una solución. Lo alimentaron bien, y el pivote respondió mejor. Un triple de Maciel, las andadas de Baxley y Quilmes soportó el temporal para ingresar al último cuarto arriba apenas por dos 67-65.

Los últimos 10 minutos fueron una sinfonía. El tanteador cambió de mano por cada ataque. Hubo jugadas de defensa pura y de ofensivas relucientes. Y el partido se cocinó así: Baxley metió un triple sobre la marca como indican los astros: estamos hablando de Mister Clutch. A falta de 1:30 Quilmes ganaba por cuatro (84-80)

Ivory Clark (el único jugador que jugó los 40 minutos) en la acción siguiente impuso condiciones en defensa pero Lee Roberts no es de intimidarse fácil y ante una tapa descomunal respondió con un triple de igual calibre con solo dos segundos para acercar a uno (84-83).

Y después de un doble errado de Cequeira, Lee Roberts desde la línea puso a su equipo al frente (84-85) a falta de 19 segundos. Quilmes atacó vía Baxley pero la pelota salió y en el rebote los árbitros vieron la falta de Hure a Romero en el rebote ofensivo. Era recién la cuarta en equipo de la visita y no hubo tiros libres. Con 10 segundos repuso Quilmes en ofensiva y Cequeira se mandó entre todos para recibir una clara falta que lo mandó a la línea. El base metió los dos (86-85).

Con 4 segundos y 6 décimas en el reloj Olímpico jugó su última carta. Se la dio a Lee Roberts en ofensiva y la defensa sobre él amagó irse al tiro y volvió un paso atrás a la penetración. Roberts dudó un instante y fue su fin. Desde atrás apareció la mano salvadora de Vildoza que le robó el balón y recibió la falta de Lee, que vendió cara su pérdida.

Vildoza desde la línea metió el primero (87-85) y tiró a errar el segundo con apenas un segundo por jugarse. Asunto liquidado, en un juego de suma paridad y emoción la victoria cayó para el lado del local que lo dejó todo por ganar, que se recompuso y que si es consciente que aún no ganó nada podrá festejar tranquilo su mejor victoria del año.

Síntesis
Quilmes (87): Luis Cequeira 22, Walter Baxley 17, Maximiliano Maciel 7, Ivory Clark 8 y Tayavek Gallizzi 8 (FI) Luca Vildoza 12, Diego Romero 13, Jeffrey Merchant 0. DT: Leandro Ramella.

Olímpico (85): Juan Brussino 9, Ariel Pau 12, Jesse Pellot 10, Lee Roberts 22, Cristian Amicucci 10 (FI); Daniel Hure 7, Mauro Cosolito 5, Milton Vittar 10. DT: Facundo Muller

Parciales: 25-17, 46-39 y 67-65.
Árbitros: Alejandro Ramallo y Oscar Britez.
Estadio: Once Unidos.

Fotos: Infoliga.com.ar y Ligateunafoto.com

Pablo Tosal
@Pablotosal

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