Uno de los jugadores más importantes de la historia de Olímpico hace un recorrido por su carrera deportiva y además brinda importantes conceptos desde su lugar de entrenador y docente.
Formado en el Club Tiro Federal, llegó a Olímpico en el año 82 donde se desarrolló como jugador. Así fueron pasando los torneos locales, regionales y de ascenso hasta llegar a la ansiada Liga Nacional. En el año 92 tuvo que dejar el club para buscar nuevas alternativas al no haber sido tenido en cuenta en el Proyecto Alfa Omega, quizás una de las frustraciones en su pujante carrera. Probó suerte en Entre Ríos, Chaco y hasta Formosa hasta que en el año 2001 decidió enfocarse en su rol profesional.
“En el año 74 había muchas competencias deportivas y las docentes de mi escuela primaria N°446 de La Banda, entre las que estaba mi madre, nos motivaron para presentar un equipo en los Torneos Evita, a partir de entonces todos los chicos del equipo, por una cercanía con el club, fuimos a jugar a Tiro. Comienzo, aprendizaje y grandes recuerdos imborrables que todavía comparto con algunos muchachos de la época con los que mantengo una enorme amistad”, contaba Gustavo Gómez por el Facebook Live de Olímpico.
Las gestiones de Don Vicente Rosales permitieron que Gustavo recalara en Olímpico y se convirtiera en protagonista principal de una época fundamental del Negro de La Banda. “Olímpico venía intentando el ascenso y quedábamos en el camino con equipos de Tucumán, hasta que en el año 85 la institución se vuelca decididamente en la búsqueda del ascenso con un equipo competitivo, a mi criterio uno de los mejores equipos que se armaron en aquel entonces. Había mucha esperanza, mucha ilusión y sobre todo mucha convocatoria para vernos. Hay que tener en cuenta que era una nueva experiencia y generaba mucha expectativa. Lamentablemente no lo pudimos conseguir y la alegría se postergó un año más”.
Al hacer referencia a la gente en el año del ascenso, Gómez agrega: “Yo vivía a seis cuadras del club y los días de partido iba caminando a la cancha una hora y media antes y veía la cantidad de autos estacionados de gente para el partido, eso me daba una idea y me ponía en clima. Fue algo hermoso haber ganado por primera vez para la provincia el derecho a jugar en la máxima categoría”.
En el año 87, Olímpico debuta en la Liga, y a criterio de varios protagonistas de la época no estaba para perder la categoría con el equipo que contaba. “Teníamos jerarquía tanto en los nacionales como en los extranjeros, no para salir campeones pero si para estar en la pelea los partidos se resolvían sobre el final. Hicimos una gran primera fase y terminamos descendiendo por situaciones ajenas a nosotros.
EL GRAN CAPITAN
“Para mi significaba mucho ser el capitán, siempre se dice que el entrenador tiene que tener una voz en la cancha y yo tenía el deber de alentar, de transmitirles ese mensaje de seguridad a mis compañeros para que las cosas salgan de la mejor manera”, explica Gustavo, que a la hora de definirse como jugador se muestra como uno más del equipo. “Me consideraba un defensor, que también podía aportar en ataque, pero mi fuerte era la defensa en un básquet donde se le daba mucho valor a las posesiones, sin tanto vértigo como ahora”.
Continuando con el recorrido histórico, Gustavo hace mención al segundo ascenso de Olímpico “fue muy importante con muchos jugadores santiagueños y al año siguiente en la liga, con un equipo de bajo presupuesto corregimos todos los errores de la primera vez y quedamos sextos en una liga muy pareja, con jugadores de selección todavía en el país. Luego de un par de temporadas volvimos a descender por circunstancias económicas”, reconoce Gustavo Gómez.
AFUERA DEL ALFA OMEGA
Luego se armaría el proyecto Alfa Omega para buscar el ascenso, los capitales de riesgo corrían por cuenta de Mario Medina y Gregorio Del Pino. “Creo que fue un punto oscuro en mi trayecto deportivo, en un principio iba a ser parte de ese proyecto después por algunas situaciones poco claras quedé de lado. En su momento me afectó muchísimo, hasta pensé en dejar de jugar. No tuve lugar y me fui de Santiago. El tiempo borró todo y ahora es una simple anécdota”.
EL RECONOCIMIENTO A RICARDO GERÉZ
En la actualidad, Gustavo es un entrenador que trabaja en el club Juventud BBC. Pero su pasión tiene que ver con haber pasado por varios técnicos que fueron determinando su lugar actual como formador de jóvenes basquetbolistas. “No quiero nombrarlos a todos los que tuve y fueron importantes para mí, porque seguramente me voy a olvidar de alguno, pero sin dudas de Ricardo Geréz aprendí muchas cosas que hoy vuelco a mis jugadores. Yo veía como preparaba los entrenamientos sin las herramientas tecnológicas actuales, sin dudas fue una guía. Carlos Banegas, Juan Carlos Alonso y el profe Caballero también fueron importantes”, describe el emblemático jugador de Olímpico que recalca de manera especial el rol de su madre para despertar en él esa vocación docente que ejerce además fuera del deporte.
Además Gustavo reconoció la trascendencia del Campeonato Argentino del 91, obtenido por Santiago. “Fue un hecho social y cultural que sirvió para que muchas personas se identificaran con el deporte en tiempos difíciles”, explicó Gustavo.
Al recordársele el famoso triple ante Santa Paula de Gálvez, el ex jugador mencionó otra jugada que también lo tuvo como protagonista. “En la cancha de General Paz Juniors de Córdoba, hay un lanzamiento de ellos, tomo el rebote pegado a la línea final y voleo la pelota, en el aire suena la bocina de final de partido y de aro a aro hago el gol, y los árbitros localistas no convalidan el triple y se armó un lío, un chofer travieso que teníamos le pegó a un policía y comenzó a correr para todos lados con las puertas cerradas, así y todo no lo pudieron detener y desapareció. No sabíamos con quién volver. No recuerdo quién agarró el volante y llegamos a Ojo de Agua después de cinco horas. Ahí nos estaba esperando el chofer que había cruzado a Santiago en el baúl de un auto”.
Finalmente Gustavo Gómez dejó grandes palabras para la institución, su gente “Siempre voy a estar agradecido por el reconocimiento que la gente del básquet me hace, y al club por darme la posibilidad de despegar una trayectoria deportiva. Les pido a todos que apoyemos al club, hoy Olímpico es un club modelo en el país. No dejemos de ir a la cancha que en algún momento los resultados se van a dar y vamos a poder festejar. Saludos para todos”.