Olímpico cerró una campaña sumamente irregular y fuera de los ocho de arriba. Nombres de enorme calidad que por momentos sacaron la cara para ilusionarse pero sin dar el salto esperado en las posiciones.
Autor:José Fiebig (@Josefiebig en twitter)
Olímpico hizo una enorme inversión para ésta temporada de Liga Nacional. Nombres de mucha claridad y buenos presentes para intentar dar el salto necesario al bandeño y colocarse en los primeros planos. No terminó ocurriendo y estuvo debajo de lo esperado más allá de rachas positivas y el nivel individual de alguno de sus jugadores. Enormes altibajos de juego, no pudo ante los de arriba y tuvo que conformarse con una novena colocación en la regular.
Más allá de todo, la ilusión del bandeño estuvo en el arranque. Un registro de 5-2 con dos caídas agónicas ante Instituto y Quimsa mostrando la competitividad con los elencos que, a priori, podían estar arriba en el torneo. Un nivel intensidad alto sumado a su ejecución sumado una goleada histórica ante Atenas 115 - 58 con 22 triples anotados. Superó con claridad a Oberá pero comenzó a tener diversos nubarrones en el equipo, sobre todo en defensa.
El equipo se desenfocó en cuatro partidos consecutivos, y le costó encontrar mayores variantes. Por momentos Rasio (14.3 ppp, 9.3 rpp) sacó demasiado la cara por el equipo, aunque Flor (13.3 ppp, 2.6 rpp, 2.6 app9 fue estandarte pero con apenas 22% en triples, lo cual incidió en la ofensiva de Olímpico. Perdió un juego increíble ante Obras, estuvo lejos ante San Lorenzo y pereció ante Boca a final del año lanzando muy mal de afuera.
Necesitó mucho de Whelan en la conducción (11.8 ppp, 3.3 rpp, 3.5 app). Se abasteció del perímetro con un juego abierto (34% con 9.7 triples encestados) donde Guaita (43%) salió favorecido. La banca contó con sus destellos para ser un back up de buen nivel. Aliende y Ortíz como primeras espadas sumado a la llegada de Podestá dando una mano en el poste. De La Fuente fue la pata que no funcionó de lleno y el equipo lo sintió.
Mantuvo su tendencia de ida y vuelta con los resultados. Nunca se estableció como un rival peligroso para los de arriba, y de hecho nunca llegó a pelear cerca del Top5. Siguió con Platense en la mitad de tabla, registró marca de 4-4 para empezar el año y peleó con sus fantasmas.
Sufrió un par de duras caídas (94 - 66 ante Platense, 80 - 56 ante Atenas) y siempre le costó hacer pie en defensa. Maquilló nubarrones con su calidad individual aunque cedió ante Regatas por goleada y terminó cayendo ante Instituto también. Deberá progresar y dar un paso más sino quiere despedirse antes de lo esperado.