Lo dejó con la Boccia abierta

Cuesta mucho entender el partido. Porque se dice que el básquetbol es un juego lógico. Anoche en el polideportivo hubo otra demostración que hay sobradas excepciones a la regla. Boca hizo todo para ganar. Dominó siempre pero Peñarol encontró por su propia voracidad la forma de no caer en el intento y llegar con un mínimo de luz al cierre para aprovecharlo todo: sus propias virtudes y los errores del rival.

Peñarol puso sus primeras acciones ofensivas en las manos de Boccia para que finalice las jugadas. Pero rápidamente Prato ajustó la marca y se terminó la sorpresa. El comienzo entonces quedó mejor para Boca con su defensa sobre el poste bajo (2-6). Llegó la segunda falta de Battle (foul cruzado con Leo Gutiérrez y antideportivas para ambos) para que sea reemplazado por Delia.

Leo Gutiérrez fue bien custodiado por Gary Flowers que además de mostrarse como un jugador ofensivo entregó una buena cuota de energía en defensa y definitivamente Campazzo no estuvo cómodo en todo el parcial por un gran Lucas Faggiano.

El juvenil Lucas Gargallo que jugó 47 minutos en toda la Liga y solo 11 partidos, saltó a la cancha como segundo relevo para suplantar a Selem Safar (2 faltas) con la sagrada misión de contenerlo al temible tirador Isaac Sosa, situación que le salió bien en el tiro aunque Sosa ganó sus puntos en la línea.

El desarrollo estuvo del lado de la visita que en los últimos tres minutos se aprovechó de los primeros recambios del banco de suplente para sacar distancia de 14-19 al cierre del primer cuarto. Peñarol atacó muy vertical al canasto (apenas 0/3 en triples) y el cerrojo defensivo de Boca en el poste bajo fue infranqueable.

En el comienzo del segundo cuarto Boca Juniors tomó la máxima con doble de Delia y triples de Safar y Diez (16-27) para que Fernando Rivero pare el partido con un minuto. El DT local, apostó a Weigand y Leiva para abrir el segmento en el poste bajo mientras mandó a Ibarra a la cancha con Fisher y Boccia. Pero la sequía ofensiva y los triples que aparecieron en Boca abrieron una brecha importante.

Después del minuto, entró Leo Gutiérrez, Sosa y Campazzo que compartió la base con el Lata Ibarra pero el negocio el local lo hizo con su defensa que evitó los rompimientos de Faggiano al canasto y negó que el xeneize pueda dañar con su juego interior. Aseguró el rebote y con un doble de Ibarra y triple de Sosa descontó (21-27) para que sea Carlos Duro quien deba parar el partido con un minuto.

Un triple de Safar puso una distancia muy grande para la clase de partido cerrado que se vivía (21-30) por eso entró Giorgetti por Ibarra, para darle más altura y solidez a la defensa. El minuto de Rivero llegó con el pedido táctico de encontrar espacios en sus ofensivas y de pasó le asignó a Campazzo la marca de Safar.

El local siguió fuerte en su defensa y lentamente descontó para ponerse 25-30 y la pelota. Entonces Campazzo erró una bandeja solo por querer volcarla. El estadio entero se lamentó la picardía del base menos Boca que en la contra clavó un triple de las manos de Patricio Prato que fue como un mazazo para darle aire al xeneize (25-33).

Los 8 puntos de distancia con que abrió la segunda mitad no eran tantos como la contención que había ejercido sobre su rival, que además cuando quiso abrir el aro rival se encontró con una pésima eficacia (1/10 en triples) conspirando contra toda chance de remontar. Por el contrario Boca lanzó con enorme eficacia 6/13 desde el perímetro lo que le permitió abrir la cerrada defensa milrayitas.

Era imposible prever que el tercer cuarto sea tan diferente al primer tiempo. Se jugó un duelo de pistoleros donde Peñarol salió favorecido por cinco puntos ¡haciendo 30!. Empezó con un doble de Boccia, doble de Sosa y triple de Leo para ponerse a uno (32-33) y desde allí todo fue gol por gol donde las defensas brillaron literalmente por su ausencia. Battle con un doble cortó la sequía xeneize hasta que llegó el empate en 35 de las manos de Campazzo con un triple.

Boca no dejó de tener gol en el momento más importante de las manos de Prato (5) y Flowers (10) y Safar (6). Ellos tres principalmente, pero todo Boca acompañó a un partido que se dio vuelta por completo en su desarrollo. Nadie pudo explicar como un duelo de defensas se descontextualizó tanto.

En el ida y vuelta a pura velocidad Safar frenó a Campazzo con falta antideportiva en el contraataque y sumó su tercera falta. Con los dos libres de Facu y doble de Leiva en la reposición Peñarol volvió a dejar el partido en llamas: 49-50 a falta de 2 minutos.

De todos modos Selem Safar se encendió en el inicio del último cuarto con dos triples muy de su sello y con la marca encima le dio a Boca seis de ventaja (60-66) a falta de 6 minutos.

El juego se trabó por un rato y el último cuarto fue dramático. Cuando Boca tenía cuatro puntos de ventaja (65-69) Leo Gutiérrez erro en soledad de tres puntos. Esa jugada fue una muestra del partido, porque la defensa de Boca no jugó a sacar a Leo de la cancha sino a anular el juego interior en bloque. No le regalaron el tiro a Gutiérrez pero Leo siempre encontró tiros naturales y muy propios de su juego terminando con 4/10 desde el períemtro en la noche.

El partido a Peñarol se le había puesto cuesta arriba de modo definitivo. Campazzo tomó la bandera como hace siempre y en una penetración con bandeja encontró la tapa de Battle (65-72 a falta de 3:45). Son esa clase de jugadas completamente desmoralizadoras.

Lo cierto es que a fala de 3:30 la visita se imponía en el poli 68-74 dominando el tablero y el juego desde lo mental. Siempre Boca dio una idea de superioridad.

Pero está visto que para matar a Peñarol hay que matarlo dos veces. El famoso poema de Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte) cuando escribió “no te des por vencido ni aún vencido”. Peñarol esa parte la entiende perfecto. No se entiende sino esa estirpe de resurrección que muestra Peñarol en los juegos que tiene todo para perder.

Primero con la inteligencia de Leo. Porque se podrá decir de Leo Gutiérrez que es un tirador, un goleador, de su corazón y su temple pero antes que nada (y principalmente) es inteligente. Y su capacidad de ver todo lo dejó primero solo a Sosa para un tiro de tres puntos y luego se dio cuenta en el cambio defensivo que lo seguía Battle. Penetró rápido y sacó el doble con falta (71 -74)

No obstante Boca no se achicó, apareció Prato (de gran partido) y tomó la espalda de un Peñarol que volvió muy lento a defensa. Aceleró Faggiano para ceder la asistencia del doble con falta de Prato y quinta falta de Leiva (71-77 a falta de 2:40)

Cuando restaban 2:00 para el final del partido solo se podía confiar en una victoria de Peñarol si se profesa la religión milrayita, porque salvo para feligreses, el resto sabía que Boca lo tenía todo para ganar.

Pero desde allí Boca cometió una cadena de malas decisiones ofensivas. Sin dudas apoyadas en la defensa local pero la falta de oxígeno y cansancio tiene que haber jugado su parte en el cierre.

Campazzo metió dos libres (73-77) y una jugada más tarde Boccia uno más (74-77) para quedar solo a tres. El xeneize cometió su tercer ataque sin gol y Peñarol atacó a los manotazos y como pudo. Una bandeja forzada de Gaby Fernández quedó corta y le dio a Peñarol reposición ofensiva con solo 5 segundos. Allí Rivero tuvo un cambio genial, porque lo sacó a Boccia, lo puso a Sosa para esperar un tiro abierto. Con la chicharra sonando en el aire por la posición de 24, solo 45 segundos en el tablero general y la soga al cuello llegó el tiro abierto de Sosa desde el corner derecho y un triple decisivo para empatar en 77 con Boca sin anotar por más de dos minutos.

Luego Selem Safar desde la línea de libres le dio distancia a la visita (77-79) a falta de 40 segundos. Pero enseguida Facundo Campazzo puso el 79 iguales cuando restaban 22 segundos.

Allí llegó la jugada más importante del partido. Faggiano la entretuvo en media cancha 15 de los 22 segundos. Se acercó Safar para recibir el balón y con Campazzo marcando al base y Boccia a Safar los jugadores de Boca trataron de asegurar el pase con un “mano en mano” pero Boccia anticipó el pase y la tocó desde atrás, la pelota le cayó a Facu que ya había tomado la línea de pases y el recupero fue gigante.

Campazzo aceleró a fondo ante la marca de Safar y cedió en el puntazo final para que Boccia meta la bandeja ganadora. Fue la primera vez en toda la noche desde el cero a cero que Peñarol se ponía arriba en el marcador. Y suficiente para ganar. En toda la pelea Boca había sido un ganador por puntos, pero Peñarol en una contra obtuvo la mano del Knock Out.

Selem Safar hizo lo que pudo en los 4 segundos que quedaron pero fue insuficiente. Peñarol se encontró con una victoria por cabezón, por testarudo, acaso más por odio a la derrota que por amor a la victoria. Porque su principal virtud fue rebelarse ante todo lo malo que le podía pasar. Boca atesoró tanto la distancia que había conseguido de 6 puntos que terminó por perderla. Quiso ser prolijo y se terminó durmiendo. Así, como de la nada, le robaron la victoria en el punto uno de la serie que puede ser mucho más que un punto.

Síntesis
Peñarol (81): Facundo Campazzo 12, Forrest Fisher 7, Adrián Boccia 12, Leo Gutiérrez 17 y Martín Leiva 13 (x)(FI) Franco Giorgetti 0, Isaac Sosa 17, Gabriel Fernández 1, Axel Weigand 0 y Matías Ibarra 2. DT Fernando Rivero

Boca (79): Lucas Faggiano 4, Selem Safar 28, Patricio Prato 14, Gary Flowers 13 y Robert Battle 12 (FI) Marcos Delia 5, Lucas Gargallo 0, Rodrigo Funes 0, Alejandro Diez 3. DT Carlos Duro.

Parciales: 14-19, 25-33, 55-58
Árbitros: Estevez – Sampietro – Zalazar
Estadio: Polideportivo Islas Malvinas

Fotos: Majo Gil (@MajoPick)
Crónica: Pablo Tosal (@Pablotosal)
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