La más feliz de las noches

A medida que el play off avanza los cruces de partidos son cada vez más interesantes, se van depurando los equipos y queda lo mejor. Estudiantes fue hasta anoche el rival más encumbrado (Seis victorias y dos derrotas) que tuvo que enfrentar Quilmes y el cervecero, de local resolvió con autoridad su compromiso más difícil.

Por su puesto que al ser mejores los equipos, también mejora el espectáculo y anoche se vio un buen partido de básquetbol, que a los aditamentos de “emotivo” e “intenso” se le agregaron “buen juego” y “destellos individuales importantes”.

De movida, mejor Quilmes. A partir de la doble marca con atrape a Shanne Jones en el poste bajo, para quitarle movimiento y bajarle el goleo fue muy efectiva por parte de la defensa tricolor.
El moreno “Bataráz” es hábil, pero no le gusta mucho jugar en equipo, cuando la recibe, o es gol, o la erra, o se la quitan o la tira a los caños, pero no la revierte jamás y esto es una ventaja para la defensa, que Quilmes supo aprovechar.

Pero en un juego donde las defensas eran apremiantes de los dos lados, las individualidades sacaron la diferencia. Quilmes disfrutó de dos estrellas que brillaron con luz propia: Patricio Simoni y Diego Cavaco que con 13 y 11 puntos respectivamente en el cuarto metieron 24 de los 26 de Quilmes.

Diego Rompiendo la defensa desde el perímetro, y fabricando espacios. El “Super pato” aprovechando su oficio en el poste bajo y recibiendo el juego de sus compañeros, ya que era el único jugador del front court por decisión del técnico que mandó a Martín Vaquero de falso ala Pivote de movida.

En el segundo segmento mejoró Estudiantes en su defensa, especialmente sobre Cavaco y el despertar de Julio Mázzaro en ofensiva lo ayudo para remar el partido desde atrás.

El recambio desde el banco otra vez perjudicó a Quilmes, que volvió a demostrar que a sus talentosos juveniles le falta experiencia de Liga y eso no se compra. Titarelli, Pasquinelli, Cavagna y Marina le dieron más a su equipo que el ingreso de Chiappero, Irigoyen, Cequeira y Bruera.

En el mejor pasaje de Quilmes (36-29 a falta de 6:00) dos triples de Pasquinelli y Mazzaro igualó el tanteador y frenó la levantada cervecera. Hasta el final del primer tiempo todo (44-43) fue muy parejo.

La historia estaba complicada para Quilmes, que fue más que su rival pero no pudo, o no supo, sacar ventajas, perdió 11 balones en el primer tiempo víctima de la presión sobre el balón del “Bataráz”.

El nacimiento del tercer cuarto no fue alentador. Diego Alba pisó dos veces el acelerador y dejó parado al Lobito Fernández que no lo podía parar. Fue entonces que Pedro Escaraín tomó una decisión vital, afuera el lobito, adentro el juvenil Emanuel López Cerda. El juvenil tercer base del equipo le dio enormes respuestas al técnico que se jugó una carta brava con el cambio.

Quilmes fue a Zona y el movimiento de la primera línea defensiva era fundamental. Estudiantes atacó la zona con 1/4 en triples, 3/6 en dobles 5 pérdidas y un solo rebote ofensivo. Todo el resto fue de Quilmes, que con el rebote en la mano, corrió el contraataque y marcó diferencias. El técnico Sergio Hernández probó muchos minutos con los relevos Marina y Drazetta en cancha que poco pudieron hacer en ofensiva para su equipo.

En ataque, Quilmes no fue tan dependiente de Cavaco y Simoni y apareció Claudio Chiappero con seis y Vaquero con cuatro, mas un triple de López Cerdán para escaparse a 8 (65-57) al final de tercero.

La recta final fue toda de Quilmes. Ganó el último chico 24-15, merced a su defensa, que, esta vez en individual, fue asfixiante. El extranjero Jones marcó 6 puntos en el tercer parcial y ninguno en el último cuarto y Estudiantes sólo tuvo dos puntos de Pasquinelli en el juego interior. Los rebotes fueron propiedad privada del cervecero (13 de Simoni, 10 de Vaquero, 5 de Cavaco)

Sólo faltaba la frutilla del postre. El porcentaje desde el perímetro era muy malo ya que Quilmes tenía 2/13 en triples promediando el último cuarto. Pero dos triples de Nicolás Pérez y otro de Cavaco le dio al partido la diferencia en el tanteador que se ajustaba al desarrollo: Más de 15 puntos.

Desde hacía largo rato que en Once Unidos se había desatado una fiesta. Que siguió después del partido a modo de homenaje. La gente empieza a creer en un grupo de jugadores que cuando puede gana, pero que siempre le devuelve el corazón cuando juega.

Quilmes (89): G.I.Fernández 2, N.Pérez 8, M.Vaquero 14, D.Cavaco 23 y P.Simoni 26 (x) (FI); E.Irigoyen 3, L.Cequeira 0, C.Chiappero 8, L.Bruera 2 y E.López Cerdan 3. DT: Pedro Escarain.