Que gana Peñarol con Bunn

En los pronósticos que anteceden la liga se lo situaba a Peñarol como un candidato a pelear por mantener la categoría. Como nunca en su larga historia los augurios eran pocos optimistas, o aún lo son.

Concretamente en las primeras seis fechas el equipo de la calle Garay demostró que el rótulo de candidato a la pelear por la permanencia esta bien puesto. Es que a los problemas de orden económicos se le sumaron tres vértices que siempre son difíciles de conjugar: un equipo completamente nuevo, un entrenador debutante en la categoría, extranjeros que no conocían el medio.

A todo esto se sumó el pedido dirigencial de usar los juveniles de su cantera y mejorar la campaña de la temporada pasada. Un caldo de cultivo poco propicio para obtener rápidos resultados.

Con el rodaje de las fechas, el equipo dirigido por Silvio Santander mostró algunas cosas positivas: buena secuencia de pases hasta encontrar el tirador libre, dos bloqueos (directos o indirectos) mínimos por ofensiva, capacidad de lucha en situación de desventaja deportiva y contracción al trabajo en la semana.

Como todo equipo en formación, el tiempo dará el resto, pero su jerarquía individual dentro de los partidos no pudo resolver el abc del básquetbol: meter la pelota en el aro rival.

Tres jugadores nacionales están por debajo de su nivel: Héctor Minzer, Martín Aguirrezabala y Fernando Cavagna. Ellos deben dar mucho más de lo que mostraron hasta ahora, sobre todo porque pueden.

Dos están en un nivel optimo: Ruperto Herrera y Leonardo Diebold, el resto demostró que serán acompañantes (alternando buenas y malas) pero no definirán nada.

El factor “extranjeros” es tema capital ante este panorama. Sólo el/los extranjero/s de Peñarol podrán darle al equipo la potencia ofensiva que le falta. Por eso la salida de Robbie Jones y Amos Gregory estaba cantada, con ellos Peñarol no gana en nada.

Ahora bien, conseguida la contratación de Joseph Bunn, el otrora goleador de la liga nacional con Peñarol y Atenas, el equipo obtendrá un mayor performance en ataque. Aunque difícilmente cambie de manera radical la actualidad del equipo.

Sucede que Bunn tanto en Peñarol como en Atenas tuvo excelentes compañeros, de notable jerarquía. El punto es que si Bunn recibe de espalda al canasto, tarda menos de un segundo en girar y lanzar al canasto con mano derecha con más de un 80% de eficacia.

Cuando recibe a los 3 metros del aro, si no penetra, tiene un tiro corto de muy buen porcentaje (mayor al 65%), en cambio a medida que se aleja del canasto pierde toda eficacia.

Para que Bunn reciba es primordial generarle los espacios. Y es este punto donde Peñarol choca.

Hasta el momento, algunos de los integrantes del equipo han tomado tiros de tres puntos, a pie firme, sin marca, con los dos pies de frente al canasto, y no le pegaron siquiera al aro. Tablerazo. Y no fue una sola vez. ¿Alguna defensa podrá intimidarse por tan poca eficacia ofensiva?.

De no corregir el defecto, Bunn será presa de cuanto atrape imaginen los técnicos rivales. De hecho, Boca y sobre todo Obras, el fin de semana pasado, le dieron lecciones de cómo no permiten el juego de poste alto - poste bajo entre sus internos.

Para que los internos se presten la pelota (como hacía Prickett con Bunn en la 00-01) es fundamental tener abierto a tres puntos un base anotador y dos aleros con gol, para que la defensa no juegue con ayudas. Justo todo lo que Peñarol no tiene. O en realidad no mostró.

Esto no descalifica que Bunn será debidamente usufructuado por sus compañeros, pero todo le costará más. Seguramente veremos un empecinado goleador, con dos o tres defensores.

Rescato las palabras del técnico Silvio Santander: “Mis jugadores nacionales deben entender que Bunn no les ganará él solo a otros cinco, debemos jugar todos”

Con paciencia ofensiva y una correcta distribución de la bola, más las cortinas necesarias, seguramente a Bunn le llegará el balón con situación de ventaja, donde generará de 25 a 30 puntos por partido. Además es bueno recordar que a pesar de defender a un interior, Bunn corre muy veloz el contraataque y muchas veces lo define él mismo.

Por otra parte, las horas de entrenamiento y una mayor dosis de confianza quizás le devuelvan al equipo el tiro de tres puntos, entonces si, Peñarol puede jugarle a cualquiera. Incluso sin jugadores de uno contra uno, tal como está hoy.

En defensa estará el segundo problema de la llegada de Bunn, ya que como se sabe el norteamericano es muy poco propenso a la defensa de fricción. Tiempiesta nato, tiene un excelente timing para el rebote (sobre todo para el ofensivo), pero en defensa da lugar por donde lo encaren.

Por tal motivo, surge casi inmediato el pensamiento que Peñarol defenderá en zona. El técnico Santander le confió a Pick and Roll que usará las defensas zonales (que ya ensayó en Comodoro), pero es amante de la madre de las defensas: el hombre a hombre.

En este punto es bueno aclarar algo: Las defensas zonales no están prohibidas por reglamento, y todavía no he encontrado el libro divino que no permite el ingreso al cielo si es que se defiende Zona. Una más: el primer congreso de técnicos en Europa para determinar como serían los cambios de la regla de 30 a 24 segundos, arrojó que se usarían mucho más las zonas y el Pick and Roll.

Combinadas, pares, impares, o como sea, Bunn deberá ser ayudado mayoritariamente en zona, ya que el rival lo buscará, primero para cargarlo de faltas y luego por su escasa eficacia defensiva. En defensa hombre a hombre, cuando el rival juegue dos contra contra dos, con los otros tres jugadores del lado débil, a Peñarol se le hará complicado ayudarlo a Bunn.

Por último, en medio de todos los análisis, hay algo que vale la pena destacar, incluso para jugadores profesionales, que hacen de este juego su fuente de trabajo y medio de vida: el corazón. Eso no se entrena y esta versión de Peñarol ha demostrado que tiene el espíritu necesario para no darse por vencido.

Todo lo que le falte de juego, deberá suplirlo con corazón, sacrificio y entrega. Como pide su gente y como debe ser.

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar