Quilmes - Peñarol

El polideportivo “Islas Malvinas” en silencio, los jugadores de ambos transpiraron por última vez ante de que se llene de gritos. El último entrenamiento de cada equipo en la noche de ayer dejó como dato la confianza por parte de Quilmes de depender de si mismo, obligando a que sea el rival el que se preocupe. En Peñarol se festeja la enorme noticia de la posibilidad que juegue Bunn, tras su torcedura e inflamación de tobillo que llegará casi sin problemas.

Otra vez se cuelgan los carteles de remanidas frases como “El clásico es un partido aparte” y demás. Pero en la actualidad (la pobre actualidad) de los dos equipos, Quilmes llega un poco mejor. No porque su juego sea más sólido, pero este año las individualidades se destacan por encima del juego de equipo de su rival de siempre.

Por el lado del local, sobresale la vuelta de Claudio Chiappero quien luego de cumplir una fecha de suspensión por al expulsión ante Ferro, estará a disposición del técnico, aunque seguramente no saldrá desde el inicial.

Justamente los cinco iniciales de Quilmes es una incógnita, pero de acuerdo a la estrategia que utilizó el Coach cervecero Alejandro Pepiche en el clásico pasado, es muy factible que Juan Pablo Sánchez continúe con la titularidad en el equipo, que obtuvo el partido pasado con estudiantes de Olavarría.

Por otra parte, la ausencia de hombre altos del Peñarol le da la chance de jugar con Milton Bell de ala pivote en defensa. Cuando Bunn este en cancha, lo tomaría en el individual el rasta quilmeño, claro que con ayudas defensivas. De cualquier manera la variante de Bell de alero y Gray junto a Chiappero en el poste bajo sumará muchos
minutos por más que sea inicial o no.

No obstante como fue dicho en el principio, Quilmes brega porque su rival se ocupe de ellos y no viceversa. No plantea los partidos de atrás hacia delante, más bien confía en su enorme poder de gol (92.8 pts), y le deposita confianza a sus “hombres gol” como Evric Gray (22 pts en 9 juegos), Milton Bell (20.6 pts), Diego Prego (15.8). Casi 60 puntos en sólo tres jugadores.

El déficit lo da en defensa, ya que otorga enormes facilidades (víctima también de una desprolija ofensiva) y permite 95.0 pts en 9 juegos de promedio.

Enfrente, Peñarol viene de caer en la Plata donde tuvo 17 minutos de buen partido, pero como le ocurre habitualmente, sufre baches que le cuestan diferencias de 15 puntos en contra, que luego se le hace muy difícil de remontar.

Sucede que el equipo de Santander no tiene poder de gol: 81.2 (11.6 menos que Quilmes) y desde la llega de Bunn, parece ser muy dependiente de lo que el extranjero pueda realizar en ataque (25.3 pts en 3 juegos).

La mayor preocupación es que ante la sobre marca que genera Bunn, el resto de los nacionales no aprovechan bien sus espacios, y entonces la ofensiva carece de variantes (sobre todo tiro de tres puntos). Ruperto Herrera (17 pts en 9 juegos) lo sigue en el goleo y luego los tres aleros están muy equilibrados en su aporte: Martín Aguirrezabala (8.67 pts), Héctor Minzer (8.11 pts) y Fernando Cavagna (8.11 pts).

La estrategia indica que si Peñarol evita que Quilmes pueda correr el contraataque, con una buena selección de tiros en ataque para tener un feliz retorno a defensa y minimiza las pérdidas, puede llevar el partido en condición de igualdad y aprovechar la presión de llegar a un final parejo.

Quilmes: G. I. Fernández, J. P. Sánchez, D. Prego, M. Bell y E. Gray
Peñarol: L. Diebold, H. Minzer, M. Aguirrezabala, J. Bunn y R. Herrera.

Hora de inicio: 21.30 (transmite VIA 104 FM desde las 20.30)
Árbitros: Roberto Settembrini y Eduardo Alagastino
Estadio : Polideportivo “Islas Malvinas”

Pablo Tosal
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