Ganó a pesar de sus propios miedos

Belgrano históricamente siempre lo complicó a Quilmes, una vez más alzó la bandera y con más personalidad que juego volvió parejo un partido de notable desigualdad de jerarquías.

Es destacable que Nick Greene no pudo jugar por una contractura en su pierna y sin uno de sus internos, el poderío en el juego interior de los nicoleños se vio sensiblemente afectado, ya que Jackie Rogers fue de pivote y el “Lunguito” Julio A. Rodríguez de ala pivote.

El negocio para Quilmes estaba más cantado que “Sr Cobranza” de la Bersuit Vergarabat: debía poner todas las fichas al juego de sus pivotes y llevar las ofensivas lo mas cercano posible al canasto rival.

De lo que debía ser a lo que fue hubo un correlato perfecto en todo el primer cuarto. Con una sólida defensa hombre a hombre, muy intensa de mitad de cancha hacia atrás, Quilmes primero se hizo fuerte en su propio canasto, para luego sacar veloces réplicas.

El “lobito” Fernández, hizo correr al equipo con largos y picantes pases para establecer buenas diferencias.

Cuando no pudo correr, en el 5 contra 5 lastimó con todos tiros cercanos al canasto, no tomó siquiera un tiro franco de 4 o 5 metros, por eso sus porcentajes fueron altos (11/15), y los dos triples (1/2) fueron muy bien tirados, el tirador en soledad, con balance defensivo y rebote ofensivo. Un relojito.

Belgrano se dedicó a buscar tiros rápidos, no provocó rompimientos al canasto y erró desde afuera (1/5 en triples). Con bajos porcentajes, sin rebotes ofensivo y además 6 balones perdidos, los 10 puntos de diferencia del primer parcial estaba justificados: 27-17.

Sin pensarlo todo cambió en el segundo cuarto. El segmento comenzó como lógica continuidad del primero y solo por seguir prolijo el cervecero sacó 17: 34-17 a falta de 8:40.

Sin embargo la rotación desde el banco mató el buen juego de Quilmes. O peor aún, eliminó la prolijidad del equipo haciéndolo parecer al nefasto pasado cercano. Claro que entre esta versión de Bianchelli y el equipo de Pepiche hay una diferencia determinante: Ahora Quilmes defiende siempre.

Lo cierto que sin Chiappero ni Gray en cancha, la dupla Bianchelli - Mangone optó por juntar a dos jugadores de rol juntos como Justin Howard y Julián Espeche. Sacó a Juan Pablo Sánchez por Vaquero y quedaron dos aleros junto a dos pivotes sin determinaciones con el aro, en consecuencia Quilmes hizo todo al revés.

Naturalmente el fracaso ofensivo local, fue bien aprovechado por Belgrano. Apareció Ivan Zuelgaray con 10 pts en el parcial (Dastugue probó casi toda la noche con doble base), mientras se despertaba de apoco Julio Rodríguez. Otro poco de Carlos Colla (un doble y un triple) sirvió para que la visita se llevara el cuarto 22-27 y achicar a 49-44 la diferencia al primer tiempo.

El segundo tiempo fue parejo, intenso y de escaso goleo. Lo más importante fue que Belgrano le torció la muñeca a Quilmes, lo quebró psicológicamente o por lo menos Dastugue lo logró sobre Bianchelli - Mangone.

Belgrano, sin un jugador superior a los dos metros, obligó a Quilmes a dejar a los tres pivote en el banco casi todo el segundo tiempo. Evric Gray fue de pivote, Vaquero de ala pivote y Prego quedó de alero. Quilmes le puso un equipo “espejo” a Belgrano.

Es decir, se preocupó más por lo que pueda hacer el rival que lo que debía hacer para si mismo.

Entonces Belgrano por momentos en zona, o en individual pudo disponer de una buena rotación de sus perimetrales, dormir a Rogers en el banco con tres faltas y no tener que apostar al triple ya que lastimó cerca del canasto. El partido se hizo increíblemente equilibrado.

La nueva torre quilmeña Justin Howard (2 pérdidas, 2 puntos, una tapa en siete minutos) dio la sensación que se la pasó saludando a las plateas cuando ingresó en el segundo cuarto.

Al menos que sus señales hayan sido para sus compañeros que no le pasan la pelota, ni a propósito. Levanta los brazos, se mueve. Si es que le queda algún partido más debería pintarse el pelo de verde y ponerse un silbato en la boca, así quizás se la pasen.

Pero si la desconfianza es grande en Howard, lo más aconsejable hubiese sido ponerlo a Chiappero, pero el error de jugar sin pivote y mantener un equipo bajo en cancha lo llevo a Quilmes a perder definitivamente la línea de juego.

En los últimos 14 minutos Quilmes no metió cambios y llegó a un final cerrado que lo definió un triple de Juan Pablo Sánchez a falta de 40 segundos para poner 79-74, cuando llegó a perder 71-74 a falta de dos minutos.

Lo más positivo de los cuarenta minutos fue la actitud que Quilmes muestra para defender. Se los nota concentrado y concientes de lo que deben hacer. Aunque todavía presenta baches de algunos minutos de distracción es esencial el cambio que sufrió Quilmes en el aspecto defensivo.

Y también es muy beneficioso para la salud del equipo y sobre todo para el futuro que Javier Bianchelli le haya dicho a Pick and Roll minutos después de terminado el partido que cometió un error al jugar el segundo tiempo sin pivote. Podría haber puesto mil excusas, pero prefirió asumir las culpas y ser sincero. Así se puede crecer.

Síntesis
Quilmes (81): G.I. Fernández 3, J. P. Sánchez 15, D. Prego 22, E. Gray 15 y C. Chiappero 8 (FI); M. Vaquero 11, J. Espeche 3, L. Cequeira 2 y J. Howard 2. DT: Javier Bianchelli.

Belgrano (74): M. Trovellesi 4, N. Ferreyra 5, C. Colla 10, J.A. Rodríguez 20 y J. Rogers 14 (FI); P. Rizzo 4, L. Bertuccelli 3, I. Zuelgaray 10 y S. Porta 4. DT: Pablo Dastugue.

Parciales: 27-17, 49-44, 67-61.
Jueces: Eduardo Bellón y Javier Mendoza.
Estadio: Once Unidos.

Pablo Tosal
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