Se cansó y se fue

Estalló el verano diría Crónica TV en placa roja y casi como un émulo podría decirse lo mismo del Club Quilmes y su actual verano político.

Después de 8 años ligado al club como directivo, Juan Carlos Reusmann decidió no renovar su mandato como Secretario General, dejando la Comisión Directiva acéfala en un puesto clave.

Reusmann, mano derecha del presidente Oscar Cano, maneja un discurso oficial parecido al de “Chacho” Álvarez cuando dejó el gobierno de De La Rúa. “Me sentía muy presionado, hace 8 años que no voy ni a un restaurante con mi mujer y solo vivo para el club, era necesario que me tomara un respiro para el bien de mi salud. Por su puesto que seguiré apoyando al presidente y a la institución en lo que pueda, pero desde afuera”, le dijo Juan Carlos Reusmann a Pick and Roll.

Su voz cansada daba un mensaje mesurado, medido y exacto, para no revolver más el cuchillo en la herida. “Me costará mucho dejar el club, es parte importante de mi vida, pero este año fue de un desgaste total, sobre todo porque ante la ausencia de Oscar Cano los miércoles (NdR: viajaba a Buenos Aires por la AdC) tuve que reemplazarlo y es mucho peso. Recién ahora que dejé me di cuenta lo estresado que esta estaba”, confesó luego.

Lo cierto es que esta herido en su orgullo por tener que irse de esta manera. El detonante de un situación ya corrompida fue la continuidad de Alejandro Pepiche ligado a la institución.

Según pudo averiguar Pick and Roll, la gota que rebalsó el vaso se produjo el lunes cuando debía definirse la situación del campus de reclutamiento de verano con Pepiche como imagen y protagonista, situación a la cual Reusmann se negaba.

Los argumentos que esgrimía el ex Secretario general del club eran lo mismos que en su momento usó con Oscar Sánchez: La coherencia dirigencial.

En su momento, Reusmann había dicho de la situación de Oscar Sánchez: “Es una locura firmarle un contrato a un técnico en el mismo año en el cual se le acaba de rescindir uno”. De aquellas palabras solo quedan en el recuerdo: “Yo no firmaré ese contrato”.

En esta oportunidad, el echo es el mismo, “Pepiche se fue mal con toda la gente, el periodismo y algunos directivos, y ¿todavía se lo premia con la continuidad?”, habría dicho Reusmann en su círculo intimo.

Su posición coherente entre palabras y hechos no fue bien recibida en la Comisión Directiva, que a la reunión del Lunes llegó con el tema definido y no lo sostuvo a debate. Obligando Reusmann a la salida del club.

Mientras algunos allegados al club sostienen que el presidente hace y dispone a voluntad, sin contra, otros pueden ver que, con el alejamiento de Reusmann, queda expuesto a un peligroso vacío de poder.

Los últimos suspiros del 2003 se van muriendo para Quilmes entre quejas y preocupación para un año que no fue para nada positivo. Al momento del brindis del 2004 el deseo será por año de alegrías. Una año que tape problemas del pasado y cimiente las bases de un futuro próspero.

Pablo Tosal
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