El lobo profundizó la crisis del decano

La nueva ficha extranjera que anoche comenzó a ocupar Cliffton, despertó más expectativas de lo que este jugador finalmente produjo, aunque con el aliciente más que justificado de aún desconocer los movimientos grupales.

Técnicamente, Cliffton es un jugador muy bien fundamentado, muy rápido y con buena capacidad de salto; su deficiencia, al menos en lo poco que se pudo observar de momento, es la incapacidad para lanzar detrás de la línea de los 6,25 y un apego a la defensiva menor de lo que mostraba Roberts.

De todos modos, es muy apresurado evaluar lo que este jugador pueda ofrecerle al “Decano”, pero lo que sí quedó en claro es que es un jugador tremendo en el uno contra uno, y cuando encuentre el espacio ideal en la cancha seguramente producirá un buen golpe de efecto en el plantel.

La mayor virtud de este Pico durante toda la temporada ha sido la velocidad y cooperativismo en la ejecución de sus sistemas ofensivos, y acaso la racha adversa que atraviesa el “Decano” signifique en lo psicológico el famoso síndrome del superhéroe, es decir, el abuso del individualismo, el creer que un sólo jugador puede salvar al equipo.

En el juego, esto se traduce en lanzamientos apresurados, en ofensivas interrumpidas donde debió haber continuidad, y eso es precisamente lo que le pasó a Pico en los primeros minutos del partido.

Afortunadamente, Pico se repuso y volvió a las fuentes, equilibrando el mayor poder bajo las tablas de Gimnasia, que fundamentalmente con los buenos aportes de Benítez y Savoy, marcaba diferencias en ese sector.

De esta manera se fue estableciendo la tendencia del juego, cada uno con sus propios y diferentes argumentos. La paridad en el marcador no fue una mera casualidad, sino más bien un eco exacto de lo sucedido sobre el parquet.

Así fue el desarrollo hasta el promedio el tercer cuarto, Pico con un Robinson implacable desde el perímetro y nuevamente con todas las alternativas que le ofrece la fluidez en sus ofensivas, tal como marcáramos anteriormente.

Gimnasia por su parte, con la preponderancia en el juego aéreo y una defensa que se fue ajustando efectivamente sobre los rompimientos rivales.

En esos momentos Pico tomó una ventaja de 8 puntos (la máxima a su favor), pero a partir de allí Oroná con dos triples comenzó a construir la levantada visitante y asimismo su gran noche.

El inicio del último segmento fue una prolongación de lo sucedido en los minutos finales del tercer cuarto. Gimnasia no sólo tomó la primacía en el marcador, sino que extendió el envión y sacó cifras definitivas ante la nula respuesta del local.

Ahí llegó el peor momento de Pico en el partido, un profundo bache anímico (con un Del Sol desconcertado), donde ni siquiera un último intento de dejar un equipo sin hombres internos en cancha (buscando velocidad para presionar todo el campo), pudo quebrar una mala racha que ahora se extiende a 7 juegos sin vencer


Síntesis
Pico FC (92): Andrés Del Sol 9, Mauricio Beltramella 11, Jefrey Clifton 11, Mauricio Hedman 15 y Michael Robinson 30 (FI); Fernando Larrañaga 4, Cristian Balcels 7, Matias Damiani 5, Christian Negrotto 0. DT: Carlos Bualó

GELP (105): Leandro Lauro 9, Mariano Cerutti 20, Gabriel Moravansky 12, Jorge Benítez 24, Patrick Savoy 13, (FI); Gustavo Oroná 21, Bruno Oprandi 6 y Santiago Ramati 0. DT: Gonzalo García.

Parciales: 27-24, 51-51 y 72-74.
Arbtiros: Jorge Fabi - Claudio Vaisman.
Estadio: Parque Larrea - Pico

Fuente: La reforma