Quilmes – Peñarol

No hay ninguno igual. No hay partido que se parezca a un Quilmes - Peñarol (dicho hoy en este orden por la localía). Lejos de cualquier regionalismo, es el partido que más pasión despierta entre dos equipos de enorme convocatoria. La ciudad se divide una vez más y una sola parte festejará.

En el historial de los partidos oficiales de la Asociación de Clubes se han enfrentado 49 veces (47 por la Liga y 2 por la Copa Argentina) con ventaja para Peñarol por 28-21. La 50ma. edición oficial del clásico tiene (como toda la historia) sus propios condimentos.

Uno llega bien, el otro no. Uno busca quedar entre los cuatro mejores, el otro busca escaparle al descenso. Pero en el mano a mano siempre hay una condición de igualdad traída por el propio campeonato que entre ellos disputan.

El antecedente inmediato le favorece a Peñarol (99-94), con la victoria del equipo que entonces dirigía Daniel Rodríguez sobre el debut de Bianchelli – Mangone. La virtud de Peñarol fue llevar el partido en el plano anímico que más le convenía. Quilmes no pudo y no supo establecer jerarquías.

Quilmes: En busca de revancha

“Los problemas con Peñarol se arreglan únicamente con Peñarol”, le dijo a Pick and Roll Javier Bianchelli tras la derrota pasada. El entrenador sabía que Quilmes se salió del libreto que lo llevó a ser el mejor equipo de enero.

El futuro llegó y Quilmes tiene la oportunidad de saldar deudas. El factor principal, más allá de lo táctico – estratégico será el emocional. En la última práctica del equipo anoche en el Polideportivo reinó la confianza y el optimismo.

“No podemos volver a entregar el partido con tiros de tres puntos en una cancha que no conocemos, nuestro juego es otro” reconoció Alejandro Mangone a Pick and Roll.

Esta claro que el bajísimo porcentaje en tiros de tres puntos (6/27, 22%) del partido pasado condicionó la victoria, pero más le preocupa al cuerpo técnico que Quilmes se meta en el juego de Peñarol.

“Nosotros tenemos en teoría mas supremacía en el juego interior, con Gray, Buba Aw, Chiappero y Espeche, más los aleros altos, ellos no cuentan con esa posibilidad”, graficó Mangone.

Y razón no le falta, los últimos partidos incluso jugando en Once Unidos, donde le favorecen los puntos de referencia a los tiradores, Quilmes tuvo como prioridad poner la pelota cerca del canasto, utilizando mínimamente el tiro de tres puntos.

El primer escollo que deberán sortear será las distintas defensas zonales que utilizará Peñarol. “No es novedad que ellos utilizan zonas y combinadas para la defensa y hemos trabajado en este aspecto, para no depender del tiro perimetral”, explicó uno de los técnicos.

Además agregó que: “La idea es que Bunn haga los puntos que tiene que hacer, entre 25 y 30, no más, tratando que Peñarol no haga más de 85 puntos en total porque nosotros no somos una maravilla tampoco en ofensiva jugando de visitante y necesitamos una buena defensa”.

Para Quilmes será importante que Diego Prego ataque la posición del “Bicho” Silveira, donde tiene ventajas de centímetros a favor. Si lo condiciona al uruguayo con faltas, podría torcer la historia del partido.

Gustavo Fernández y Luis Cequeira buscarán romper la primera línea defensiva de Nahuel Calvo, no sólo para herir la defensa zonal si no para desgastar al base de Peñarol que juega cerca de 40 minutos.

Peñarol: Quiere imponer el peso de su historia

Es una liga muy complicada para Peñarol, donde no repite ni actuaciones ni formaciones en más de tres partidos seguidos. No obstante desde la asunción de la dupla Bonfiglio – Echevarría Peñarol ganó cuatro y perdió cinco. Como dato saliente merece mencionarse que no fue goleado.

La diferencia en contra más grande fue de 11 puntos contra Central Entrerriano jugando de local en un final de partido desvirtuado, pero aún en al derrota, el equipo llega cerca.

“Lo que más me preocupa es los malos cierres de juego que estamos haciendo, en vez de tener 4 ganados y 5 perdidos deberíamos estar 7-2, pero fue increíble como perdimos tres juegos por malos cierres, contra Ben Hur, Argentino y Gimnasia teníamos para ganarlo”, explicó José Bonfiglio anoche a Pick and Roll.

Y luego ahonda el concepto: “No es que el rival sale a presionarnos toda la cancha en los momentos finales jugándose el resultado, nos esperan en mitad de cancha y nosotros no pudimos siquiera tirar al aro. Contra Ben Hur en el último minuto y medio tiramos una sola vez, después en el resto perdemos la pelota.”

Por tal motivo, Bonfiglio busca trabajar la cabeza del jugador para los momentos de cierre de juego, para no tirar por la borda el trabajo de 38 minutos. El clásico de esta noche según prevé Bonfiglio será de tanteador cerrado.

Otro de los factores que inciden en la merma de rendimiento es el cansancio de los jugadores por acumulación de minutos. Nahuel Calvo, Fernando Rodríguez y Luis Silveira juegan casi 35 minutos (cuando no todo el partido) y Joe Bunn los 40. El banco de suplentes de Peñarol parece haberse reducido a 3 jugadores: Fernando Cavagna, Héctor Minzer y José Fabio.

“Cuando Cavagna ingresa por Herrera me cambia el juego, por Fernando tiene tendencia a abrirse y juega de alero, por eso está sumando mas minutos Fabio” explicó Bonfiglio.

Sobre Quilmes el técnico cuenta que le preocupa: “La cantidad de jugadores que ellos tienen para probar diferentes variantes, ya que puede jugar con Gray de alero, o con Gray de cinco y Prego junto a Vaquero. Tienen la posibilidad de cambiar enseguida de equipo”.

No obstante sobre el partido de esta noche, lo que más le preocupa al “Ruso” es el control mental de los protagonistas: “El partido pasado estuvo muy caliente dentro del campo de juego con muchos roces, y tengo miedo que eso incida en los jugadores que se pueden ir mentalmente del partido. Nosotros tenemos que jugar concentrados y no meternos en discusiones, quien logre no salirse del libreto tendrá ventajas”.

Para Peñarol será importante ensayar el famoso atrape sobre Bunn, entendiendo que Quilmes a pesar de su peso en el juego interior, no posee gente alta para marcarlo por delante negando el pase al goleador. Le jugarán físico.

Todavía el milrayitas espera el partido que el trío Bunn – Silveira y “Nando” Rodríguez se pongan de acuerdo al mismo tiempo. Por ahora se dio en duplas, pero el clásico sería una buena oportunidad para destapar el terceto de jerarquía que Peñarol tiene.

La gente: fervor, pasión y Paz

“Por un clásico en paz” fue el lema que las dos dirigencia en forma conjunta repartieron en una gacetilla a la prensa.

Habrá la inusual y asombrosa cifra de 140 policías, 30 más que el clásico anterior para vigilar a 5500 personas, lo que da un promedio de un policía cada 39.2 espectadores. El último River – Boca en fútbol tuvo 1100 policías para controlar 60.000 aficionados, lo que deja un promedio de 54.5 espectadores por efectivo policial.

Es decir, de la mano del COPROSEDE, y dados los últimos episodios de violencia en el básquetbol, Quilmes – Peñarol tiene más seguridad que un Boca – River. Entendiendo que el básquetbol no representa la violencia del fútbol.

Ajeno a los recaudos policiales, los dirigentes de ambos clubes aleccionaron a los protagonistas para que sea una fiesta dentro y fuera de la cancha.

Los ojos basquetbolístico del país, a través de la televisión estarán puestos en Mar del Plata en la 50ma edición del clásico. La fiesta de todos debe ser una fiesta en paz. El resultado será una anécdota.

Formaciones:
Quilmes: Gustavo Fernández, Juan Pablo Sánchez, Diego Prego, Evric Gray y Boubacar Aw.

Peñarol: Nahuel Calvo, Fernando Rodríguez, Luis Silveira, Joseph Bunn y Ruperto Herrera.

Hora de inicio: 21.10
Árbitros: Eduardo Bellón y Diego Rougier
Estadio Polideportivo “Islas Malvinas”
Ingreso parcialidad de Quilmes por España y Juan B. Justo.
Ingreso parcialidad de Peñarol por Av. de las Olimpíadas.

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar