De espaldas al pasado

Estamos en un tiempo que el respeto por el pasado es un hecho poco habitual. No se habla de levantar un Tótem en cualquier esquina por hechos intrascendentes, más bien se reclama tener conciencia plena del desarrollo de los sucesos, para no tropezar dos veces con la misma piedra y en lo posible, repetir aciertos.

Peñarol fue un cúmulo de problemas en la temporada, con la fortuna que el replanteo que hoy se haga será desde la posición de un equipo de “A”. Ferro, por ejemplo, lo hace pero ya está descendido.

Si no se detiene a mirar el pasado con detenimiento, con un estricto pensamiento critico, Peñarol corre el riesgo de seguir en un camino de autodestrucción que lo llevará a cantar: “Ya son pocos los que quedan, vamos muchachos esta noche a recordar, una por una las hazañas de otros tiempos… y el recuerdo del boliche que llamamos la humedad”, como lo haría Cacho Castaña.

En la debacle administrativa hay culpables y victimas. En una carta dirigida a Max Born
Albert Einstein escribió: “Usted cree en un Dios que juega a los dados, y yo, en la ley y el orden absoluto en un mundo que existe objetivamente, y el cual, de forma insensatamente especulativa, estoy tratando de comprender [...]. Ni siquiera el gran éxito inicial de la teoría cuántica me hace creer en un juego de dados fundamental, aunque soy consciente de que sus jóvenes colegas interpretan esto como un síntoma de debilidad”

Peñarol debería entender que jugar a la tómbola de futuros ingresos por una posible buena campaña es directamente un suicidio institucional.

Lo más claro que tienen los dirigentes es que para que los sponsors (no hinchas) se sumen a su club tienen que pelear por los primeros puestos. Al momento de firmar el contrato con los jugadores (agosto- septiembre), el club cuenta con 300 mil pesos de la televisión, y un estimado de ingreso de venta de entradas, después… el abismo.

Los sponsors, por lo menos los “marplanautas” (como dice Claudio Lassiar), se suman cuando todo esta bien, de lo contrario se esconden. La única manera de sumarlos antes es vender espejos de colores (léase sumar apellidos al plantel). Y en tren de confesiones el básquetbol no le interesa a las empresas (teléfono Sr Jefe de Marketing de la AdC).

Entonces, los dirigentes abdican ante las presiones y sus propias pasiones de hinchas y se dedican a firmar contratos que solamente tienen como respaldo las instalaciones del club.

Si los hinchas quieren que en el club jueguen, Kevin Garnett, Kobe Bryant y Tracy Mc Grady que pongan la plata ellos. Es la única realidad que puede salvar a los clubes.

Como el mundo es manejado por la economía después las medidas son manejadas por el dinero. En el nacimiento de la temporada, Silvio Santander quería viajar a Mendoza para charlar con Juan Pablo Sánchez, pero privó la ausencia de dinero. Para Santander Juan Pablo era titular. No obstante 30 mil pesos parecían exagerados para un chico que alimentaron y forjaron 3 temporadas completas.

Por eso también Silvio Santander cortó a Martín Aguirrezabala en lugar de Fernando Cavagna ya que su sueldo era menor.

Por eso, se cortó a Robie Jones, cuando llegó Bunn, porque el sueldo del goleador en dólares (y muchos) imposibilitaba otro contrato. Cuando se dieron cuenta que eran bunn dependientes, fueron de cabeza a buscarlo a Fernando Rodríguez porque el equipo estaba mal balanceado.

Cuando Peñarol necesitaba un técnico que le de un cambio de aire radical a sus problemas, se eligió por el técnico que dijo: “No se preocupen por mi sueldo”. A sabiendas que su último paso por el club había sido malo.

Todo es experiencia y este año he escuchado en boca de un dirigente “No contratamos lo que queríamos, si no lo que podíamos y en muchos casos lo que quedaba en el mercado”. En parte es cierto, y haber mantenido la categoría suena a premio.

Entonces, ¿Que será de la vida de Peñarol en el futuro?. Un Peñarol que a fuerza de incertidumbre forjó una nueva comunión con sus hinchas. Que metió más de 2000 personas en partidos por el descenso, que fue recibido por medio millar de hinchas en la ruta cuando volvió con la permanencia en la mano.

Todo lo que se logra con sacrificio se valora más y los hinchas este año renovaron su vínculo de amor, muchas veces aletargado por campañas intrascendentes.

¿Cómo podrán usufructuar los dirigentes “el saldo positivo” de la temporada 2003/04?. Será quizás esta premisa el motor del nacimiento de un nuevo Peñarol. Más acorde con la historia de un club tradicional de la liga a lo que se vio como reflejo de las últimas temporadas.

Por lo escuchado en algunos pasillos y de boca de algunos protagonistas, si Sebastián “Tato” Rodríguez no marcha a Europa, Peñarol será nuevamente su casa, Fernando continúa, Juan Manuel Locatelli ya manifestó su deseo de volver. El número uno en la lista de técnicos es el marplatense Guillermo Narvarte. Los extranjeros serían de valor y puede haber sorpresas.

Con el dinero recuperado (no es su totalidad) de la televisión, más decisiones inteligentes, más la certeza de no olvidar el pasado para reverdecer el futuro, Peñarol tiene todo para salir del calvario. ¿Lo logrará?...

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar