Quiero verte otra vez...

Se fue. El Goleador que conquistó todos los títulos posibles a nivel de clubes se cansó del básquetbol profesional y busca tiempo para su familia y su nueva profesión: la Política.

Atrás deja escrita la historia más brillante entre los goleadores de la Liga. Goles contra todos los equipos y de todos los colores. Asumiendo siempre la responsabilidad en los momentos calientes.

El capítulo final, según el diario La Mañana, cuenta que Campana se reunió la semana pasada con la dirigencia de Atenas y anunció que pretendía seguir en actividad, aunque con algunos cuestionamientos, como entrenar en un solo turno debido a su actividad como concejal. Y más allá que en los verdes habían aceptado, no fue bien recibida la petición del ahora ex jugador, quien en noviembre cumplirá 40 años.

En tanto, que el diario la Voz del Interior rescata un sinceramiento del jugador: “Desde que asumí como concejal –cuenta Campana– mis responsabilidades han ido creciendo y tengo miedo de no poder cumplirlas. Hoy, con todas las obligaciones que tengo en el Concejo Deliberante, no puedo seguir jugando”.

Sobre su condición física, no dudó: “Me siento bien, creo que puedo seguir jugando, porque terminé la Liga físicamente bien. Pero la realidad es que tengo muchos compromisos en mi vida y no puedo afrontarlos a todos juntos”.

Lo cierto es el adiós. Sus pocas ganas a seguir sacrificándose, siendo un pibe más entre los pibes, tirándose de cabeza al piso por cada pelota, como si nunca hubiese ganado nada.

Portador de una llama que lo distinguió como pocos en la elite, Campana no sabe de medias tintas. Siempre fue a todo o nada. Y su corazón – corazón de campeón- lo obligaba a aparecer en los cierres de partidos.

Hace poco tiempo atrás, nada menos que el histórico jugador de los Boston Celtics, Larry Byrd, sostuvo que cualquier jugador puede hacer muchos puntos en cualquier liga del mundo, pero lo que diferencia a los grandes son los que hacen puntos en el final del partido. ¿No es cierto, Pichi?

En primera persona cuento que hace mucho tiempo atrás, cuando Juan Espil todavía jugaba la Liga Argentina, al igual que Jorge Racca (que emigró tiempo después), le pregunté Oscar “Huevo” Sánchez, si tenía que elegir entre Campana, Espil y Racca para definir un partido, a quien le daba la responsabilidad de la última bola. “Al pichi”, contestó sin dudarlo.

Habrá mil anécdotas de él. Cada jugador de esta liga tiene una, cada técnico y cada periodista tendrán la suya, pero lo que todos tenemos en común es una enorme devoción a este jugador que hizo de su profesión un ejemplo.

Y eso es doloroso. La liga va quedando vacía de ejemplos, de grandes figuras. Con otra sangre, Campana representaba el último bastión de una estirpe que jugó la Liga nacional en su etapa romántica.

Los amantes del básquetbol perdemos una figura. Los jóvenes jugadores pierden más… pierden un espejo en el que ya no podrán mirarse.

Sus Palmares:
Siete veces campeón de la Liga Nacional (seis con Atenas y una con GEPU)
Cuatro veces elegido jugador más valioso de la temporada.
Tres veces elegido mejor jugador de las finales.
Máximo anotador en cuatro temporadas.
Máximo anotador en la historia de la Liga Nacional (17.357 puntos)
Récord de puntos en un partido para un jugador nacional (62)
Récord de dobles convertidos en un partido (24)
Récord de Libres convertidos en un partido (25)
Participó en 15 ediciones del Juego de las estrellas
Siete veces elegido como jugador más valioso del Juego de las Estrellas
Único jugador que logró la doble corona: Ganador del Concurso de Vocaldas y de Triples.
Campeón de la Copa Wiliams Jones con Obras Sanitarias en 1983
Campeón con Atenas del Panamericano de Clubes (1996)
Tres veces campeón con Atenas de la Liga Sudamericana

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar