Sólo el sabor de la victoria

Quilmes y Gimnasia de Comodoro dieron un pobre espectáculo. Aburrieron a todos y ni siquiera el hecho de la paridad alimentó el suspenso del final. Llegaban como dos equipos necesitados y fueron eso… un duelo de pobres.

Para Quilmes quedó como regalo el gran valor de la victoria. Necesitaba ganar y ganó. Llegaba golpeado por cuatro derrotas consecutivas y no andaba para lujos ni grandes actuaciones. Su necesidad primaria era ganar. Y Gimnasia, llegó envuelto en problemas, con un solo extranjero y el mal momento de juego. El resultado del partido fue lógico, previsible.

El primer cuarto fue lo mejor del local en el partido. Quilmes sacó ventajas con la gran marca de Chiappero sobre Freeman y la andana ofensiva de Gray (11 pts) lastimando cerca del canasto. La media cancha de Quilmes superó al rival y Gimnasia pagó con 8 pelotas perdidas en 8 minutos.

En el segundo cuarto Gimnasia dio vuelta la historia. Chiappero se sentó con dos faltas, liberándose Freeman (8 pts) y en la rotación Gimnasia encontró el mejor equipo en cancha. El ingreso de los pibes De los Santos y Hagg fue el revulsivo visitante al tiempo que Quilmes se perdía con los cambios. “Yo me tendré que acostumbrar también a la nueva rotación”, se sinceró Bianchelli después del partido.

Cuando reingresó Todd Williams se vio su versión más anotadora. Dejó de jugar tanto para el equipo, como en el primer cuarto, fue más individualista seguramente porque “leyó” el partido. Quilmes careció de juego asociado en ofensiva y en la batalla la virtud fue tomar la lanza y salir también a pelear.

Gimnasia había dejado todo muy parejo en el entretiempo (42-41) y pasó al frente en el tanteador al comienzo del segundo tiempo, hasta tomar una luz máxima de 4 (46-50).

En la desprolijidad general del partido (que se transformó en bodrio) se mantuvo la diferencia de 4 para la visita casi hasta el final del tercer cuarto, cuando Quilmes logró igualar gracias a tres acciones positivas de defensa que le permitieron correr.

En el pasaje final fue una invitación al desorden. El primer doble del último cuarto lo marcó Juan Pablo Sánchez cuando llevaban jugado dos minutos y medio. Gimnasia tardo 5 minutos y 14 segundos en convertir (por Freeman desde la línea) su primer punto del segmento y Quilmes apenas gozaba de una diferencia de 4 (62-58).

Hasta que se animó Todd Williams y miró el aro desde lejos. Cuando lo más probable era que le peguen a un espectador tras un tiro errado, el extranjero metió dos triples seguidos para abrir el partido. En 40 segundos Quilmes tomó una diferencia de 10: 71-61, a falta de 3 minutos que sentenció el juego.

Fueron 40 segundos de euforia. Después volvieron a la realidad y siguieron sin encontrar el aro. Gimnasia tuvo que errar 6 triples en el último cuarto para encontrar recién el primero. Muy difícil que gane con esos porcentajes.

El visitante bajó los brazos, Quilmes hizo su negocio y se quedó con la primera victoria de la segunda fase. Necesaria como el pan nuestro de cada día. Nada mal para un paciente famélico.

Síntesis
Quilmes (74): G. I. Fernández 7, P. Gil 21, T. Williams 14, E. Gray 21 y C. Chiappero 4 (FI). J. P. Sánchez 6, E. De la Fuente 0, M. Gagey 0. DT: J. Bianchelli/A. Mangone.

Gimnasia CR (64): E. Martín 6 (x), G. Cocha 18, F. Senitzky 0 (x), E. Freeman 17 y P. Simoni 6 (x) (FI). R. Herrera 10, N. De los Santos 4, S. Haag 3. DT: José Pestugia.

Parciales: 22-14, 42-41 y 58-58.
Árbitros: Pablo Estévez y Mario Aluz.
Estadio: Once Unidos (900 espectadores)

Pablo Tosal
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