Siempre hay una primera vez

Alguna vez se le tenía que dar a Peñarol. Hasta ayer, los milrayitas habían visitado en nueve ocasiones el Polideportivo de Gimnasia y siempre, por cosas del destino, se fueron con una derrota en sus manos.

Durante esta temporada, en la segunda jornada de la Zona Sur, la peña acarició el milagro. Un doble de Sherell Ford, en tiempo regular, le dio el triunfo al elenco marplatense; pero luego, la dupla arbitral, compuesta por Alagastino y Sedán, se encargó de anular la conversión y la visita cayó en dos tiempos suplementarios. Ese fue un aviso porque meses más tarde Peñarol dio la nota.

El 4 de febrero de 2005 quedará en la cabeza de los fanáticos de las estadísticas y en la mente de los seguidores de Peñarol. Ese día, la peña, obtuvo por primera vez en la historia una victoria en la ciudad de La Plata. Fue por 94-89, luego de sufrir y gracias al trabajo de Ford y Tyler Field.

Gimnasia comenzó mejor las acciones. Defensa dura, no permitiendo los posteos de Sebastián Rodríguez sobre Cristian Cadillac, y goleo repartido para tomar el control del encuentro.

Gustavo Oroná se anotó con 2/2 en triples, Cadillac estuvo sereno para atacar el aro y Rahein Brown y Kofi Danquah se adueñaron de la pintura para que el local sacara la máxima de 9 (19-10).

Peñarol confundió caminos. Estuvo apresurado, no gozó de efectividad, Ford no gravitó en ataque y para peor Tyler Field sumó tres faltas personales en menos de diez minutos. El lobo, con el apoyo del público, soñaba con extender la paternidad y escapar del descenso.

Todo se dio vuelta en el segundo cuarto. Ford recibió juego y cargó con las ofensivas visitantes. Juan Manuel Locatelli empezó a correr el contragolpe y en un abrir y cerrar de ojos Peñarol puso un parcial de 12-5.

El encuentro se hizo entretenido y de ida y vuelta. Nadie se otorgó respiro y se empezaron a castigar con dobles y faltas que permitían ir a la línea por un adicional. Brown tomó la posta en el local; mientras que Ford se erigió como el goleador visitante.

Peña ganaba por dos y en la contra Gimnasia pasaba a ganar por uno. Así se dio el juego hasta que el local comenzó a perder balones reiteradamente. Peñarol se tranquilizó, fortaleció su defensa, y pese a que se bancó todo el cuarto sin Field, cerró mejor las acciones para ganar por 44-42 el primer tiempo.

El tercer capítulo continuó de la misma forma en que se había cerrado el primer tiempo. Dos equipos que no se otorgaron respiros; aunque la figura de Ford crecía lentamente.

El americano y último ganador del concurso de triples se hizo un festín a la ofensiva. Lanzó poco desde 6m25 pero pelota que recibió en las cercanías al aro, pelota que mandó a guardar. Poco le importó a Ford la cuarta personal de Rodríguez porque sabía que esta era su noche.

Locatelli y Field se asociaron a la perfección con Ford. Peñarol comenzó a mandar y estableció importantes ventajas. Eduardo Cadillac le dio descanso a su hijo y probó con Juan Manuel Rivero como base para encontrar soluciones. Un triple de Jorge Sánchez más un par de penetraciones de Oroná acercaron a los locales. La visita buscó espacios para sus internos y sacó 7 de ventaja para entrar cómodo al cuarto final (62-69).

Los milrayitas respetaron al pie de la letra su libreto defensivo y ofensivo y la diferencia no bajó de los seis puntos. Gracias a las penetraciones de Locatelli sacó una máxima de 9 (62-71) hasta que llegó el momento de Facundo Venturini.

El pibe de Gimnasia, que tiene una temporada soñada y cada día pide más minutos, hizo sonar el despertador del local con 4/4 en triples. El lobo, de la mano de Venturini y Cadillac, puso un parcial de 19-11 para quedar 81-82 abajo en el marcador con 3m30.

Peñarol era un desconcierto. No tenía un ataque certero y no podía detener los triples de Venturini. Por ello Guillermo Narvarte, sabiendo que se venía el huracán platense, pidió minuto y el entrenador solito se ganó el juego con un par de retoques.

Locatelli se le pegó a Venturini por toda la cancha, Field borró a los internos locales y Gimnasia, nervioso, con dos pérdidas consecutivas, perdió peso ofensivo. Ford y Field, como dos leones en la pintura, le dieron el toque final a una victoria histórica de Peñarol en la ciudad de La Plata.

Síntesis

Gimnasia y Esgrima La Plata (89): Cristian Cadillac 14, Gustavo Oroná 15, Jorge Sánchez 10, Rahein Brown 17, Kofi Danquah 11 (FI), Santiago Ramati 0, Facundo Venturini 17, Juan Manuel Rivero 5, Gabriel Moravansky 0. Entrenador: Eduardo Cadillac.

Peñarol (94): Sebastián Rodríguez 7, Juan Manuel Locatelli 20, Claudio Farabello 7, Sherell Ford 26, Tyler Field 23 (FI), Fernando Titarelli 3, Pablo Barrios 4, Alejandro Coronel 4. Entrenador: Guillermo Narvarte.

Parciales: 25-21, 42-44 y 62-69.
Jueces: Marcelo Latorre y Roberto Smith.
Estadio: Polideportivo de Gimnasia y Esgrima.

Apostillas

Guillermo Narvarte: “La carga emotiva del clásico nos jugó en contra. Es difícil centrase en un juego porque hay poco tiempo entre un partido y otro. La gente de Peñarol me había comentado que el equipo nunca había ganado en La Plata y yo contestaba que todos los años siempre gano un partido en esta ciudad. La otra vez creo que habíamos ganado legítimamente y un fallo arbitral nos dejó con las manos vacías. El equipo leyó la previa de los diarios de La Plata y dolió mucho saber que nos llamaban los hijos de Gimnasia, pero lo más importante fue que tras un juego duro como el clásico supimos sacar adelante este partido”.

Juan Manuel Rodríguez
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