“Escuché razones patéticas y absurdas”

Por la tarde, temprano, se sabía que el “Zeta” ya no era más el técnico bataraz, por lo que sorprendió verlo minutos antes de las 19 en el gran gimnasio. “Esta es una situación difícil”, reconoció, mientras recibía el saludo de Pedro Reyes, los jugadores deambulaban por la cancha y Laginestra iba y venía. Estaba tranquilo el “Zeta”, conocedor de historias varias y repetidas en esta Liga Nacional de básquetbol.

¿Daniel, te sorprendió el desenlace de esta situación?

No. No porque uno ya ha aprendido a conocer a los clubes en situaciones como esta, cómo actúan los directivos, entonces no me sorprendió. Siempre supe que yo podía ser una de las salidas por la que podían optar los directivos en un momento de crisis.

Generalmente, optan por el técnico...

Alguien tiene que pagar las cosas que se hacen mal, y generalmente son los entrenadores. Yo llevo varios años en esto y uno ya lo sabe, y sé los riesgos que se asumen cuando pasan situaciones de este tipo.

¿Creés que hubo algo más detrás de todo esto?

No me corresponde a mí decirlo ni analizarlo. Porque si yo me pusiese a analizar que pudo haber gente que actuó de mala fe, que a lo mejor ocurrió, entonces me hubiese ido. Pero, como siempre, privilegié quedarme para tratar de solucionar las cosas. Nunca me permití pensarlo tampoco.

Los resultados no se dieron, ¿pero qué fue lo que se hizo mal, haciendo una autocrítica?

Creo que faltó mayor actitud a la hora de jugar. Nosotros éramos conscientes de eso y era lo que intentamos transmitir desde un primer momento. Nosotros jugábamos más de veinte finales en la segunda fase, y no todos los partidos se tomaron como una final. En esa situación, todo está muy pendiente de un hilo, está todo muy precariamente atado. Creo que si hubiésemos mostrado más madurez, era diferente. Pero miremos una cosa: en esta situación, todo el mundo tiene problemas. Los directivos, los jugadores, los extranjeros, el entrenador, todos tenemos problemas. Pero si uno antepone los problemas personales por encima del equipo, esto se va al diablo. Creo que lo que ocurrió acá fue que cada uno de nosotros no supo poner al equipo por encima de los respectivos problemas personales.

¿Le hacés algún reproche a los jugadores en ese sentido?

Los jugadores no tienen que hablar, los jugadores tienen que jugar. La mejor forma de que un jugador cumpla con su trabajo es cuando respalda a un entrenador y respalda el accionar de los directivos, y es cuando sale a la cancha y defiende, toma rebotes, corre el contragolpe y juega lo que se tiene que jugar. El reproche que yo le hice a los jugadores ellos lo saben, fue en el momento oportuno, cuando creí que debí decírselo. Yo actúo muy honestamente; a lo mejor de una manera medio estúpida, pero creo todavía en la mirada de frente y en decir las cosas como corresponde, en el momento que uno las siente y las piensa. Si alguien no actuó de esa manera, será problema de él.

Los dirigentes decían que el plantel no tenía buena relación con vos. ¿Es así, qué te dijeron los dirigentes?

He escuchado mil razones, algunas hasta patéticas y absurdas. Pensé que ya había escuchado todo en esto, pero lo real es que acá, alguien -que es el que manda- tiene que entregar una cabeza para hacer ver que está al frente de la situación, comandando una crisis difícil. Y la cabeza que siempre está disponible es la del entrenador. Entonces se quema al entrenador en la plaza pública, como diciendo estoy implementando soluciones. Pero evidentemente las soluciones no han sido de fondo.

¿Hablaste con Trapani?

Sí, hablé con él y los directivos por la mañana. Me dieron un montón de explicaciones que no acepto. Yo no me manejo por lo que me dicen, sino por lo que me decís de frente o escucho de frente. Soy una persona bastante abierta y cuando veo algo que no me gusta lo digo y también pretendo el mismo trato de la otra parte. Pero cuando empiezan que alguien me contó, que fulano de tal dijo, entonces eso no me gusta. A lo mejor hay gente que se siente cómoda en ese nivel. Yo no.

Macías renunció porque te echaron. ¿Cómo tomás ese gesto?

Charly es una gran persona y a mí me dio mucho gusto trabajar con él. Tuvo un gesto que yo valoro mucho. Queda muy poca gente en este medio que trabaja con tanta honestidad, con tanto sentimiento y pasión por lo que hace. Repito: mi opinión es muy subjetiva porque lo considero un gran amigo, lo aprecié como persona y como profesional, y tengo el mejor concepto de él.

¿Cómo sigue lo tuyo ahora?

No sé. Esperaré acá hasta que se resuelva el tema legal y después me iré a mi casa, o me tomaré unas vacaciones.

Dario Fariña, Diario el Popular.