Guarda que vengo

El viernes a las 20 horas aproximadamente más de un hincha de Peñarol se preguntaba por el destino, miraba el cielo de reojo y aún en la fe infinita que vive en el hincha sabía que la parada era harto complicada. Un poco más de 50 horas después la felicidad tiene cara de futuro. Primero se sacó con solvencia a Conarpesa de encima y anoche a Gimnasia de Comodoro, dos rivales difíciles, que se vieron muy superados por Peñarol.

Fue un baile, de principio a fin. La equivalencia se rompió con el comienzo mismo del partido. Las primeras ventajas llegaron de la mano de Sebastián Rodríguez (cuando no!).

A esta altura de la Liga es necesario meter un freno y analizar lo siguiente: cualquier scouting liviano y precoz sobre Peñarol dice que Ford y Rodríguez son los hombres a detener si quieren vencer al milrayitas. Una y otra vez, “Tato” desarticula defensas con la misma facilidad y cuando él no funciona, Peñarol se queda a media luz.

Anoche en la primera jugada le sacó una falta Eloy Martín, en la segunda Cocha fue sobre él, le “quebró” la cintura en el uno contra uno y le sacó la segunda falta a Eloy Martín, que venía en ayuda, en menos de un minuto. El partido fue una secuencia continua del base de Peñarol dominando los tiempos del partido.

En menos de 4 minutos Peñarol ganaba 12-7, pero sus 5 titulares ya habían convertido. Gimnasia salió con el libreto de proponer un partido amarrete, de tanteador bajo, para no darle la pelota rápida a Peñarol. Pero se les quemaron los papeles. El local llegaba al gol con facilidad y Gimnasia contestaba con ofensivas de 10 a 15 segundos. Un despropósito táctico que Tolcachier no pudo corregir nunca.

Cuando restaban dos minutos para el cierre del primer parcial la diferencia ya era toda una premonición de cómo sería la historia: 24-8. La anemia ofensiva de Gimnasia era preocupante. No encontró nunca solución al trabajo de Field y Ford en la pintura contra Scales y Herrera o Simoni.

La diferencia de 11 (27-16) del primer cuarto, se fue acrecentando en el inicio del segundo cuarto (32-16) con un Peñarol que mostraba sus dientes a la hora de definir ataques rápidos con tiros de tres puntos.

El equipo de Narvarte fue un relojito y metió 7/8 en triples (y 11/13 de cancha) en el segmento, haciendo estéril cualquier intento de defensa visitante. En ofensiva, Gimnasia gozó un ratito de la dupla Scales (8) y Cocha (6) pero muy poco para detener el vendaval llamado Peñarol.

El segundo tiempo mostró una reacción de actitud visitante. Salió a presionar bien arriba el traslado del balón y defendió más duro. Tomado mejor “Tato” Rodríguez, la bandera la levantó Juan Manuel Locatelli (7 pts), quien en las últimas fechas levantó mucho su nivel ofensivo.

Gimnasia, quizás harto de tanto viaje, de la seguidilla de partidos, de su plantel veterano, con el fastidio a cuesta de no encontrarle la vuelta al partido se fue mentalmente del juego. Gabriel Cocha protestó una falta y le sancionaron un técnico. Siguió la protesta y lo expulsaron, cuando Peñarol ganaba por 16: 62-46.

Los patagónicos perdieron ahí definitivamente la brújula del partido y se cayeron a pedazos. En un minuto (a falta de 4:30) la diferencia era de 28: 74-46.

El último de cuarto fue un adorno. Sirvió para confirmar que no fue la noche del goleador temible que suele ser Sherrel Ford que apenas convirtió 10 puntos (2/3 en dobles y 1/4 en triples). Después el partido fue un correcalles que decoraron los juveniles.

Peñarol puede haber jugado el mejor partido de la temporada. Dejó a su rival en 65 puntos y convirtió 108. Fue un León defendiendo, desde el perímetro hasta el juego interior. También contó con la complicidad de una flojísima labor ofensiva de Gimnasia que maldijo la suerte que tuvo en Mar del Plata.

La cara de los jugadores visitantes era como la cara de los poco afortunados que le cantan el quinto “cero” consecutivo en la ruleta. Solo quieren cambiar fichas (si les quedó) y salir corriendo.

Ahora Gimnasia volverá a su casa. Los hoteles, los viajes, el cansancio parece que encontrará una momentánea tregua. El futuro inmediato de Peñarol se llama Estudiantes de Olavarría de local, para después poner proa a Buenos Aires y visitar a River Plate y Boca en ese orden. El cuarto puesto depende de la suerte de Atenas. El pasaje directo a los cuartos de final es una lucha emocionante donde Peñarol viene gritando: guarda que vengo.

Síntesis
Peñarol (108): Sebastián Rodríguez 29, Juan Manuel Locatelli 21, Alejandro Coronel 8, Sherrel Ford 10 y Tyler Field 9 (FI) Pablo Barrios 14, Fernando Titarelli 10, Marcos Mata 5, Maximiliano Marzili 0, Martín Nóbile 0 y Matías Bonfiglio 2. DT Guillermo Narvarte.

Gimnasia CR (65): Eloy Martín 0 (x), Gabriel Cocha 11 (exp), David Scott 9, Jervaughn Scales 18 y Ruperto Herrera 9. (FI) Patricio Simoni 7, Santiago Hagg 3, Lucas Saúl 2, Matías Subiabre 2, Nicolás De los Santos 4, José Alessio 0. DT Enrique Tolcahier

Parciales: 27-16, 59-39, 83-53
Árbitros: Fabi – Comelli
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas” (1200 aprox)

Pablo Tosal
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