El dulce sabor de la derrota

El final es el principio de todo. Luego de un dura batalla, los rostros no reflejaban amargura por la derrota o por la posibilidad perdida, todo lo contrario. Una halo de satisfacción cubría el rostro de las casi 400 personas que Peñarol llevó a Capital.

Y bien mirado, no era para preocuparse, pero si para lamentar la doble chance que Peñarol desperdició este fin de semana. Primero sucumbió ante River, que estaba entregado al 5to o 6to puesto y anoche con Boca, que preservó a Byron Wilson para la sudamericana por un golpe en el hombro y que nada tenia para jugarse.

Pero cuando la pasión se enciende, se dejan de lado las inquisiciones de análisis. Peñarol jugará con Quilmes el play off de octavos de final. Por segunda vez en la historia chocaran Milrayitas y cervecero en una serie de play off. Y eso es lo único que importa. Esta temporada la roba 4-0. ¿Por qué los rostros de los hinchas de Peñarol no habrían de mostrar sino felicidad?.

El partido con Boca fue dramático, cambiante, luchado y tuvo ingredientes de partido de post temporada. El local, salió a cuidar los físicos para la Sudamericana, y especuló con Juan Pablo Rotta de base titular. Pero el juvenil se cargó rápido de faltas y en menos de un cuarto sumó cuatro. Además completó la media cancha con Quinteros y Malara, siendo Matías Sandes el ala pivote. Mucha juventud y potencia.

Peñarol buscó primero vanamente poner la pelota cerca del canasto rival, pero Boca se cerró muy bien sobre su tabla. Con una ráfaga de Paolo (10 pts) sacó las primeras diferencias (21-15).

Después de un primer cuarto a todo gol, Narvarte probó con una formación extraña que le dio buenos resultados. Recurrió a un doble pivote con Barrios y Field más Titarelli de base y Sebastián Rodríguez de escolta más Locatelli de alero. Fue el quinteto defensivo que más alegría le dio en toda la noche.

Afuera Ford por discontinuo, la visita estableció el partido de atrás para adelante. Primero defendió y después con Field (7 pts) y Barrios (8) lastimó el corazón de la defensa local. Ni el ingreso de Burgos y Mc Cray igualó la situación.

En el segundo tiempo Boca recuperó el gol perdido. Con una enorme participación de Martín Leiva (12 pts) quien fue más alimentado por sus compañeros, Boca le puso el juego bien cerca del cristal de Peñarol.

El regreso de Ford (10 pts) le dio un poco de gol a la visita, pero el ausente era “Tato” quien jugó muy bien marcado toda la noche. Sin socios ofensivos a la vista, Ford se quedó muy solo y Boca sacó la máxima (65-56) a falta de 3:50.

Mientras que en el segundo cuarto el local apenas convirtió un doble sobre cinco, en el tercer cuarto metió 8/12. Recuperó la memoria de cómo llevar peligro. Pero dos triples de Ford y uno de Barrios cerraron el parcial 69-68, para definir todo en el último.

Y fue palo y palo hasta el final. Fue clave la salida de Sebastián Rodríguez a falta de 7:10 por cinco faltas (la quinta fue un técnico). Después de la sanción de Settembrini Boca ganaba 82-75.

Juan Manuel Locatelli (10 pts) agarró la lanza y lideró a los suyos en ofensiva, en el marco de un partido que a esta altura era una batalla de empujones, protestas, roces y demás. Como en un play off.

Pero Boca tomó dos rebotes defensivos y un recupero y sacó su arma letal: el contraataque. En un abrir y cerrar de ojos la diferencia se escapó a 9 (93-84) a falta de 3:40.

A esta altura todo el estadio (y los jugadores) sabían que Atenas perdió su juego con Belgrano. La obligación por ganar sobrecargó de nervios el ambiente y todo se hizo muy desprolijo. Con más corazón que idea, Peñarol robó un par de balones, sacó la contra y se puso a uno: 98-97 a falta de 30 segundos.

En la reposición de abajo del tablero, Coronel robó el balón y se la dio a Ford. El extranjero de Peñarol con todo el tiempo de ir a buscar el doble lanzó un apurado triple que no entró. La chance de ganar la tuvo, pero si bien la suerte le fue esquiva, la decisión fue equivocada.

Sartorelli metió uno de dos desde la línea y a falta de 15 segundos Peñarol pudo empatar con dos libres de Ford. Pero nuevamente el americano fijó el destino del super clásico que se viene. Erró el primero y chau partido.

Síntesis
Boca Juniors (100): Juan Pablo Rotta 5, Paolo Quinteros 26, Fernando Malara16, Matías Sandes 10 (x) y Martín Leiva 16 (FI). Dwight Mc Cray 6, Juan Pablo Sartorelli 11, Diego Guaita 7 (x), Alejandro Burgos 3. DT Sergio Hernández.

Peñarol (98): Sebastián Rodríguez 11, Juan Manuel Locatelli 21, Claudio Farabello 6, Sherrel Ford 23 Tylor Field 16 (x) (FI), Pablo Barrios 17, Fernando Titarelli 3 y Alejandro Coronel 0. DT Guillermo Narvarte.

Parciales: 26-19, 42-46, 69-68.
Árbitros: Settembrini – Aluz.
Estadio: Luis Conde – La bombonerita (800 espectadores aprox.)

Entradas de dos precios

Cuando llegó el primer micro de Peñarol a la bombonerita, las entradas al visitante las vendieron a siete pesos. Cuando llegó el segundo, por obra y gracias de la providencia la tarifa aumentó y se fue a quince pesos. Otra vez el bochorno en las boleterías de un club. Hace quince días atrás fue Obras. Ahora Boca, quien a pesar de necesitar más gente en la cancha no facilitó el ingreso visitante.

Incidentes en el mismo lugar de siempre

En la cancha de Boca la salida de los jugadores locales por la manga del túnel, tanto local como visitante, es por le mismo lado: muy cerca de la platea que está detrás del banco visitante.

Allí se colocaron varios hinchas de Peñarol que tomaron a Mc Cray como punto favorito de sus acosos pasionales. Al díscolo extranjero xeneize no se le ocurrió mejor idea que ir a enfrentarlos en lugar de ignorarlos. La cosa no pasó a mayores por la ineficaz, pero siempre tardía labor de la policía que apostó un par de agente al sector. Entre escupitajos, patadas y demás, la manga se rompió en un hecho evitable ciento por ciento.

Pablo Tosal
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