La expectativa tras el triunfo en Ferro y la posibilidad de ingreso al super ocho generó una noche con mucho calor en Once Unidos. Se vivió una fiesta en las tribunas. El borderó oficial dijo que había 1700 personas y el griterío fue grande durante el partido. Pero lo mejor llegó al final.
Con la derrota consumada y el partido terminado, la hinchada quilmeña (más 300 personas) desplegó una bandera gigante y con bombos y redoblantes celebraron por 45 minutos. Desde las 23.15 que terminó el partido hasta las 24.00 que se apagó la luz brindaron una verdadera muestra de afecto a los jugadores que primero devolvieron saludos saliendo a la cancha y luego uno por uno cuando, ya bañados, abandonan el estadio.