Y la banda siguió tocando

Cuando vemos el básquetbol ejecutado con velocidad y precisión difícil es que escapemos al elogio. Así también lo entendieron algunos plateístas de Peñarol que debieron someterse el embrujo del buen juego y terminaron aplaudiendo las jugadas del visitante.

Ben Hur fue desde lo estratégico y lo táctico superior a Peñarol, pero también hubo jugadores que respondieron cada vez que fue necesario. Peñarol a su vez, regalo todo el primer tiempo que defendió con una tibieza llamativa. En el segundo, a la hora de la lucha emparejó en defensa, pero cuando fue a buscar gol fracasó con casi todos sus intérpretes.

El primer tiempo de Peñarol 43 – Ben Hur 57 no debe olvidarse por varios motivos. En principio la sorpresa la dio Peñarol que en la primera jugada del partido se plantó en zona triángulo y persecución individual en Legaria y Gutiérrez. Después Peñarol cambió zonas y asignaciones (cajón y uno sobre Gutiérrez) pero nada resultó. Además de la zona muy pasiva de Peñarol, Ben Hur la atacó como un reloj de perfección suiza: tic – tac, tic –tac, y a otro cosa. Fueron 8/12 en triples en solo 20 minutos.

Cuando Ben Hur no erosionaba la defensa de Peñarol con los triples (provenientes de Gutiérrez y García), lastimaba con su juego de pase, corte al canasto y bandeja por el centro de la defensa. Eran puñaladas que la visita hundía en el corazón de la defensa milrayitas. Además, por más zona que Peñarol implementó, Ben Hur tomó 6 rebotes en ataque, es decir, además de los buenos porcentajes dominó el juego aéreo y las tablas.

Aunque fue importante la soltura, la plasticidad, la táctica y sobre todo la efectividad con que Ben Hur atacó (57 puntos y tiró para 88, 64%) lo mejor estuvo en defensa. Pocas veces en la temporada Peñarol fue maniatado en ataque como anoche. Primero Osborne y luego Gutiérrez fueron sobre Bunn. En realidad sobre Bunn privó un dispositivo lógico. Cerca de las tablas lo custodió leo Gutiérrez y cuando el ala pivote se alejaba era Osborne quien lo seguía.

Como también Lamas entendió que cuando Bunn toma la pelota genera cosas importantes, sino puntos al menos faltas, privó que el pase al juego interior fuera efectivo. Entonces Raymundo Legaria y Felipe Ederra tomaron bien a Sebastián Rodríguez para que no sea manija. Sobre todo en la marca en el pick and roll. “Arriaban” a Tato casi hasta la línea de mitad de cancha con al presión sobre el base.

Como respuesta apreció con intermitencias Locatelli, y al estar lesionado Mariano Byró, sus reemplazantes Marcos Mata y Claudio Farabello aportaron sacrificio y marca pero no puntos.

En los primeros 20 minutos Ben Hur atrás y adelante fue una maquinita de hacer todo bien. Diego García terminó el primer tiempo con 17 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias. Brillante. Ramzee Stanton, persigue la posición del balón como si tuviera un sonajero hizo 13 puntos en el primer cuarto, y con Leo Gutiérrez es afano.

Hubo un mucho mérito de Ben Hur con su defensa, porque obligó a Narvarte a sentar casi todo el segundo cuarto a Bunn que recién volvió a falta de 3:45 para el final. Tácticamente Lamas le torció la muñeca. Sebastián Rodríguez (9 pts) jugó el unipersonal para que la diferencia no fuera mayor.

La primera jugada del segundo tiempo fue todo un detalle. Después de la lluvia de triples del primer segmento, Peñarol insistió de movida con la zona y Legaria en absoluta soledad clavo un triple para ampliar la diferencia a 43-60. Luego de un par de intentos fallidos más en ataque de Peñarol, ya era robo: 49-69.

Entonces Narvarte sentó a Field y mandó a Pablo Barrios otra vez a la cancha, pero esta vez Peñarol ejecutó su defensa madre: hombre a hombre y le puso la cuota de sacrificio y temperamento necesaria. Desde allí (5:50 para el final) Ben Hur solo metió 7 puntos en el resto del cuarto.

El mismo criterio se utilizó en el último segmento Peñarol siguió en hombre a hombre, intenso, luchado, peleado y Ben Hur, (que venía suelto a todo gol, divirtiéndose contra la zona) sólo anotó 12 puntos en el último cuarto.

El equipo de Julio Lamas puede no anotar pero jamás se olvida de defender. Cuando el partido se le hizo cuesta arriba en ataque siguió trabajando intensamente en defensa con un Gutiérrez que maniató a Bunn. Tanto lo frustró que Navarte lo mandó al banco gran parte del último cuarto.

Entre Pablo Barrios (el mejor de Peñarol) y Juan Manuel Locatelli guiaron a su equipo en ataque, pero a la hora de convertir los tiros francos, solitarios de tres puntos que pueden acortar la distancia, Peñarol careció de puntería (8/26 en triples, 30%). En dicho rubro Claudio Farabello tuvo 0/5, Rodríguez 1/3, Locatelli 3/10, y Barrios 4/7.

Peñarol regaló un tiempo sumido en una zona combinada muy pasiva, que no el reportó ningún beneficio. No cometió foules, le tomaron rebotes en ataque, le penetraron por el eje, la bombardearon desde lejos. Cuando se despertó, luchó. Pero ya era tarde y Ben Hur no perdona errores.

El equipo de Julio Lamas es una orquesta muy afina, que tiene intérpretes que leen la misma partitura y que saben cuando tocar. El paso del campeón por Mar del Plata dejó estelas en la mar.

Síntesis
Peñarol (79): Sebastián Rodríguez 13, Juan Manuel Locatelli 19, Marcos Mata 2, Joseph Bunn 18, Tyler Field 11 (FI) Pablo Barrios 14, Mariano Byró 0, Claudio Farabello 2, Alejo Meire 0. DT Guillermo Narvarte.

Ben Hur (88): Raymundo Legaria 13, Diego García 21, Ramzee Stanton 15, Leo Gutiérrez 19, Jason Osborne 12 (FI), Walter Storani 0, Felipe Ederra 2, Leandro Palladino 6. DT Julio Lamas

Parciales: 20-33, 43-57, 62-79
Árbitros: Chitti – Latorre
Estadio: Polideportivo Islas Malvinas (1300 personas)

Pablo Tosal
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