Siempre se vuelve al primer amor

Dicen que la liga esta pareja, apasionante, que es la mejor de los últimos tiempos. Para mí esta rara. Ni buena ni mala. Rara.

Nacionales que van de un equipo a otro, extranjeros que van y vuelven ¡al mismo equipo!, campañas muy malas y solo dos clubes cortaron técnicos (¿aprendieron los dirigentes?), equipo pobres que ponen a los ricos de rodilla y ahora cortes de extranjeros contra reloj para tratar de encontrar la panacea en los últimos minutos. Un aquelarre donde uno debe preguntarse a dónde vamos.

En el marco del “todo puede ser”, una figura de antaño sepultada por muchos de los viejos hinchas de Peñarol, regresa al club que lo vio nacer. Cuando Josh Pittman llegó a Mar del Plata tenía 22 años recién cumplidos y salía de la Universidad. Fue una apuesta fuerte del técnico Marcelo Plá para la temporada 98/99. Josh cumplió una aceptable liga y en 48 partidos alcanzó los 21.8 pts en 36.5 minutos de promedio.

En total, Josh sumó 4 temporadas consecutivas y 174 partidos con Peñarol alcanzado el sitial de ídolo reservado para muy pocos jugadores.

Pero hubo un click histórico que afectó al corazón de los hinchas. En Enero de 2003 Pittman regresó a Mar del Plata pero para calzarse la camiseta de su archienemigo: Quilmes. “Vuelvo a Mar del Plata porque me deben mucho dinero y quiero que me lo paguen”, fue lo primero que le dijo por entonces Josh Pittman a Pick and Roll. Atrás había quedado la “huida” de los extranjeros en el 2002 por el crecimiento del dólar y Josh quedó con cuentas por cobrar en Peñarol.

Pero la gente, que no juzga a los jugadores como profesionales y piensa que deben querer la camiseta como ellos, no le perdonó nunca el cambio de vereda. Entonces el Polideportivo fue un concierto de insultos y silbidos cada vez que Josh tocó el balón en el único clásico que jugó en contra. Ganó Peñarol y Josh Metió 51 puntos.

Luego afianzado como uno de los mejores aleros de la competencia fue contratado por Atenas para las temporadas 2003/04 (20.8 puntos) y 2004/05 (21.7) hasta que fue suspendido doping positivo.

La novela con Atenas comenzó cuando Josh firmó en el medio de liga 04/05 un contrato para la presente temporada. Cuando se enteró meses después los exorbitantes precios que el mercado argentino le pagaba a los nacionales, Pittman exigió un reacomodo de su contrato que obviamente nunca llegó. Empezó el cuento de - no voy - te inhabilito - no voy - te inhabilito – entre el jugador y la dirigencia cordobesa.

Para destrabar la situación Peñarol debió pagarle a Atenas 15 mil pesos para que el jugador este en condiciones de venir y por su puesto conformar a Pittman con el contrato.

Después vendrá la segunda parte de la historia. Peñarol se despende de un pivote blanco, que para que lanzara al aro tenían que pedirle que tire, súper disciplinado en lo táctico y eminentemente defensivo como Tyler Field, lo recambian por un jugador de similares características, más ofensivo pero de 38 años y por último apuestan a un alero tirador de 1.96. El diagrama de Peñarol para el futuro es natural que cambie.

Una pequeña idea de futuro es: Para atacar Peñarol no tendrá problemas, con cuatro abiertos y Bunn hundido, la puntería de “Tato” Rodríguez, Locatelli y Pittman el conjunto de Narvarte debería ser un equipo de 90 puntos a favor.

Luego para defender lo usará a Pablo Barrios como Pivote exclusivo. Barrios deberá sumar una lógica cantidad de al menos 25 minutos, los otros 15 minutos son el problema de Narvarte. Cuando se acaban los recursos el básquetbol permite que comience la táctica y estrategia. Podrá defender con alero altos en zona, darle minutos a Marzili o traer un pivote nacional para que sume otros minutos de relevo. Ya se verá. Pero algo es casi seguro, el rival de Peñarol tendrá que meter muchos puntos para ganar.

Pablo Tosal
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