Por algo es el campeón

Ben Hur perdía por 40 a 31 y con una falta y técnica a Tai Crutchfield -infracción que en realidad fue una lícita barrida de balón a Elías Saad- gestó una jugada de 7 puntos para al fin lograr ponerse cerca en el resultado ante el último de la tabla. De igual manera nada le fue fácil de ahí en más porque los locales llegaron a empatar en 71 a 2,13 del final.

La sensación que dejó el partido fue que Ben Hur salvó un momento muy complicado con una ayuda extra en una noche de la dupla Alejandro Chiiti y Raúl Imosi para nominarlos como para “dejar la academia”. Porque no solo se equivocaron groseramente en la mencionada acción sino que después no pitaron con falta una acción en contra de Jason Osborne.

El interno de Ben Hur iba por la anotación y le dieron con todo arriba al punto que debió abandonar el juego en camilla y con cuello ortopédico. Comparando la falta que sí vieron de Crutchfield ante Saad con esa que no vieron a Osborne, esta última era como para cobrar una antideportiva al cuadrado. Y hubo más. En una pelota que se perdió por el costado primero dieron reposición para el visitante y en el acto señalaron para el otro lado: era de La Unión.

Y si hay que hablar tanto de los jueces es porque quedó flotando una impresión: ¿hubiese ganado Ben Hur sin esa acción de 7 puntos por la falta y técnico a Crutchfield? Nadie lo puede saber, quedó flotando.

La Unión jugó uno de los mejores partido de la Liga. Jugaban el que menos partidos había ganado en la temporada contra el que menos perdió, pero esas diferencias deben haber quedado en el camino hacia Formosa porque fue el local quien expuso los mejores argumentos a lo largo de la noche.

Sometiendo al rival en todo el primer tiempo donde llegó a sacar una máxima de 17 puntos (28 a 11 a 1,40 del final del cuarto inicial). Lo hizo a partir de una gran defensa que no dio lugar a que le bajen rebotes y otra vez con un encendido Crutchfield en ofensiva, más el respaldo de Mariano Franco y la conducción criteriosa de Jair Peralta.

Julio Lamas no entendía nada. Su equipo perdía por 17 con el último. Hasta que fue encontrando soluciones con el tiro exterior de Raimundo Legaria. Sus 15 puntos del segundo cuarto levantaron a la BH que sin embargo no podía ponerse a menos de 9 puntos. Esa era la imagen con la que se cerraba el segundo cuarto hasta el show de Chitti e Imossi. Saad salió en velocidad para el aro visitante y cuando buscaba la bandeja apareció la mano de Crutchfield. Tapó el tiro, con tanta claridad, que la pelota quedó trabada en el aro.

Pero un pitazo marcó falta que generó la bronca de Crutchfield para que reciba un técnico. Cuatro libres y cuatro puntos. Reposición y triple de Legaria. De 40 a 31 para “La U” el resultado cantaba 40 a 38. El mismo Legaria cerró el parcial anotando su tercer triple para que Ben Hur pasara adelante por 1 algo que lograba por segunda vez en la noche. La anterior había sido en el nacimiento del partido con el 2 a 0.

Con mayor predominio de las defensas pasó el tercer cuarto sin que Ben Hur logre quebrar a un rival tocado. Ni siquiera los 8 puntos que sacó en el inicio del cuarto final fueron garantía para Ben Hur (64 a 56) porque La Unión siguió poniendo esfuerzo y tuvo premio a 2,13 del cierre cuando un doble de Ferguson permitió ver el tablero con 71 de cada lado.

Se venía un gran final, un impensado apretado final entre el primero y el último. Y ahí los visitantes no se equivocaron. Con un Diego García bien protagonista lograron ponerse 4 puntos arriba en el minuto final y a los locales no les jugó a favor ni siquiera la reposición alterna en un ataque donde hubo rebote y la pelota quedó entre un jugador de cada equipo. La flecha marcó el aro de La Unión y así Ben Hur tuvo calma porque Legaria sumó desde la línea sacándole valor al mismo triple de Romay que a 28 segundos colocó el juego 77 a 74 para el campeón.

Lo ganó Ben Hur, con todo el esfuerzo del mundo y con lo que quedó flotando, esos 7 puntos que le permitieron ponerse a un paso del rival en el momento más complicado.

Síntesis:
La Unión de Formosa (76): Jair Peralta 17, Mariano Franco 17, Tai Crutchfield 19,
Cal Ferguson 10 y Dario Mansilla 5 (FI); Mario Romay 6, Andrés Berman 0, Omar Cantón 2 y Marcos Jovanovich 0. DT: Frola.

Ben Hur (82): Raymundo Legaria 23, Diego García 18, Ramzee Stanton 10, Jason Osborne 12 y Leo Gutiérrez 13 (FI); Walter Storani 0, Felipe Ederra 0, Martín Vaquero 0 y Fabián Saad 6. DT: Lamas.

Parciales: 28-15, 40-41 y 56-62.
Árbitros: Chitti e Imossi.
Gentileza: Gonzalo De Angellillo - Formosa

En ascenso: Regatas volvió a ganarle a Central Entrerriano

El equipo del parque Mitre consiguió su tercera victoria en serie y se alejó de los puestos de descensos. Fue por un claro 83-63, con una gran producción de Cleotis Brown (5/6 triples), quien definió el partido a 4 minutos del final. Con una mentalidad mucho más fortificada, los dirigidos por Carlos Bualó visitarán el próximo fin de semana a Boca y Quilmes.

Dicen que para que un equipo pueda tener realmente aspiraciones debe exhibir su coraje en los momentos de dificultades. Y anoche Regatas Corrientes expuso un desempeño que no tuvo un juego explosivo ni de alto vuelo, pero mostró otras virtudes válidas (solidaridad y mucha defensa) que le permitieron ratificar su levantada en la segunda fase.

El que lo sufrió fue Central Entrerriano, al que doblegó por un cómodo 83-63, pero que recién pudo saborearse cuando faltando cuatro minutos para finalizar Cleotis Brown –la figura, con 24 puntos– clavó un triple con el que distanció al equipo de Carlos Bualó a quince y liquidó el pleito.

Regatas ahora trasmite esa confianza que dan los éxitos. No aparecieron los brillos, es cierto. Ni se dio tiempo para adornar su producción con exquisiteces. Pero fue un neto vencedor, descargando el peso de sus individualidades –por caso, Brown– cuando las necesidades se lo exigieron.

El desarrollo del juego se intuía. La actitud de Regatas, apoyada sobre el impulso de las últimas victorias (contra Ben Hur, el viernes, y el propio Central, en Gualeguaychú), fue la de buscar el partido desde el mismo salto inicial. Sin embargo, casi nada duró el buen arranque: 6-2. Porque pronto Central le hizo saber que no iba a dejarse llevar así nomás y fue aplicado en la marca. Ensució mucho las ofensivas “remeras” y recuperó varios balones que los tradujo en puntos fáciles de contra.

Tanto que los entrerrianos llegaron a sacar doce de ventaja (24-12) aferrado en el pasaje inspirado de Dionisio Gómez, al cabo su mejor exponente. Recién con el ingreso de Centeno, Regatas se hizo menos permeable y fue achicado la brecha mediante algunos aciertos de Brown.

No se apagó la reacción de Regatas en el segundo cuarto. Aunque le costó, más de Brown y una ráfaga efectiva de Oroná (8 tantos) le sirvieron para retomar el predominio del score promediando el parcial. De ahí en más fue bastante equilibrado. Eso sí, los dirigidos por Bualó parecían más enteros. Central recién en ese momento pudo contar con los goles de Villares (cinco), quien estuvo bien controlado por Martínez y Oroná, alternativamente. Pero vale remarcar lo fundamental que fue la presencia intimidante de Centeno en el poste bajo: 4 tapas.

Bastante más cerrado y deslucido fue el trámite en el tercer período. Apenas Brown escapó al principio de la maraña defensiva de Central, que marcó al límite la línea de pase. Las acciones cobraron más fricción y la visita sumó mucho desde la línea de faltas por forzar en las jugadas de uno contra uno. Gómez y Gabriel Díaz levantaron la bandera de la resistencia en el conjunto entrerriano. Pero Regatas, con seis de Chuckie Robinson cerca del cierre del segmento, estiró a diez la diferencia (60-50). La única mueca de preocupación en el dueño de casa surgía porque Centeno debió retirarse por llegar al límite de infracciones.

No obstante, justamente en la rotación estuvo uno de los puntos más fuertes de esta nueva conquista regatense. La mayor gama de variantes fue demasiado para un Central que igualmente tardó en tirar la toalla. A Regatas le costó darle el golpe de nocaut, pese a que lo tuvo contra las cuerdas casi todo el cuarto período. Hasta que, restando nada más que cuatro minutos, Brown colocó la mira lejana y castigó con un triple que le dio a su equipo quince de diferencia (69-54) y allí sí pareció asunto resuelto. Pero por si hacía falta, el mismo alero norteamericano despachó otro triplazo para que el público correntino, que en gran número volvió a copar el Estadio de los Sueños, delirara de felicidad.

Ya entonces se esperaba el final, aunque los juveniles de Regatas, que no suelen tener muchas chances de jugar, lo aprovecharon en buena medida. Rodrigo Alvarez clavó dos triples más y Avalle también acertó desde la línea de 6.25 metros. Central no tenía nada por hacer, pese al sacrificio de Gómez. Así terminó el partido con toda la gente de pie y feliz. Contenta porque el afianzamiento se logra a base de triunfos, el mejor tónico para aquellos que buscan la consolidación óptima. Las dudas, uno de los principales conspiradores contra los proyectos más pretenciosos, parecen desvanecerse con una energizante continuidad de éxitos.

Síntesis
Regatas Corrientes (83): Hernando Salles 6, Javier Martínez 8, Cleotis Brown 24, Chuckie Robinson 14, Alejandro Reinick 8 (FI); Ricardo Centeno (x) 3, Edgardo Agudo 0, Gustavo Oroná 11, Pablo Pilotti 0, Rodrigo Alvarez 6, Pablo Montanar 0 y César Avalle 3. DT Carlos Bualó.

Central Entrerriano (63): Martín Trovellesi 6, Eduardo Villares 7, Gabriel Díaz 12, Tyler Smith 12, Dionisio Gómez 24 (FI); Martín Melo 0 y Patricio Simoni 2. DT Fabio Demti.

Parciales: 19-24, 43-39, 60-50.
Árbitros: Marcelo Latorre y Juan Fernández.
Cancha: Estadio de los Sueños.
Carlos Zeniquel (h) – Diario Época