Regatas dejó “sin aliento” a Gimnasia con el último tiro

Abran paso señores, que ahí viene Regatas como un expreso fuera de control, al que nadie lo detiene. Una muestra más de evolución “psicológica” dio anoche el equipo de Carlos Bualó, al vencer por 93-91 al local Gimnasia, que arrastraba un invicto de 11 partidos en su estadio Socios Fundadores y que terminó cabizbajo por la conversión de dos sobre la chicharra del paraguayo Javier Martínez. Los dos puntos, le permiten a los del parque Mitre aferrarse al 8º puesto.

Podrá analizarse más detenidamente si fue merecido o no el resultado para Regatas, pero al menos fue un ganador moral, ya que buena parte de las 2000 personas que le dieron un buen marco al reducto “mens sana” despidieron con aplausos a los jugadores regatenses. Y sí, de ahora en más Gimnasia (y todos los equipos de la Liga) sabrá que con Regatas no hay que fiarse, porque da batalla hasta el final.

Es cierto, puede que, después de un arranque promisorio (7-0 en poco más de un minuto), los dirigidos por Bualó hayan cedido un poco la iniciativa; pero en los momentos clave, jamás dieron la espalda y se llevaron un triunfo de oro que florece aún más un presente resplandeciente: porque acumuló su sexto éxito consecutivo (cuarto ininterrumpido de visitante). Y más meritoria todavía la victoria si se miran las estadísticas, ya que ahora Gimnasia está a un punto nomás de Regatas, que también lo sigue a media unidad a River (podría quedar 6º si gana mañana en Madryn y los otros dos no).

Quedó dicho, Regatas largó afilado. La dupla Robinson-Reinick, gestora de 17 puntos en el parcial, se hizo sentir en la pintura; y los cortes al aro fueron muy efectivos (bien en ese aspecto Martínez). Gimnasia, que se mostró al principio lento en la rotación defensiva, contestó vía Thornton, de mucha destreza y capacidad atlética en la llave. Hasta que a los 6:35 de juego se puso al frente el local con cinco seguidos de Cocha.

Pero Regatas expuso más de sus internos para mantener la paridad y un doble “de costa a costa” de Martínez dejó las cosas 25-25 iguales, tras un triple del citado Cocha.
No obstante, Gimnasia salió a jugar con más decisión al segundo chico. Sendos triples en tres ofensivas seguidas le permitieron escaparse a ocho (36-28) promediando el parcial y su público, por demás bullicioso, ya presagiaba otro final feliz. Especialmente porque Regatas acusaba ciertas falencias en el ataque fijo (Brown estuvo a contramano de sus últimas actuaciones).

Acaso la mayor virtud del equipo patagónico durante esos momentos haya sido la mejor predisposición para buscar las pelotas divididas (ofreció mucha lucha para quedarse con segundas opciones). Encima, cuando fue a descansar Thornton, el que alzó la bandera fue Scales (10 en el segundo cuarto).

Regatas se sostuvo con un poco de Robinson –a la postre figura clave, por su goleo– y el acompañamiento de Salles. Bualó buscó soluciones en el banco y las encontró, a medias. Porque sólo Oroná se hizo notar; Centeno se cargó rápida de faltas (las tres a Scales) y Agudo se dedicó más a la marca; en cambio el capitán descerrajó un par de triples y estuvo derecho en los libres (5/5).

Fue por eso que Gimnasia, aún luciendo más compacto, no sacó mayor diferencia (48-41) al cierre del primer tiempo.

Eso sí, en la mitad del tercer cuarto parecía que el dueño de casa podía decorar otra noche de alegría con su gente. Sus activos perimetrales (sobresalió Moldú, que luego saldría por faltas) le dieron una ventaja de 61-50 y las chances de Regatas amagaron con apagarse. Por suerte fue nada más que una sensación, porque el visitante se repuso con una defensa zonal, que le permitió asegurar los rebotes. Ya por entonces se hacía cada vez más incisivo Martínez y Oroná lo escoltaba, para que Regatas se ponga nuevamente en partido (72-68) entrando a la última recta.

Para más, un triple de Martínez generó cierto murmullo en la parcialidad “verdolaga” porque el equipo del parque Mitre se puso 71-72 y arremetía. Fue allí cuando surgió una andanada de triples de Masieri (3/3 en ese lapso), que pudieron ser letales. De hecho, Gimnasia sacó diez de ventaja (87-77) faltando casi medio período. Y allí pudo haber radicado el pecado de los comodorenses: dejar con vida a Regatas. Martínez tomó la iniciativa, Chuckie continuó inquietante en el poste bajo, Brown quiso enmendar su mala noche con 5 puntos fundamentales y todos, cada uno en su rol, apoyaron para una remontada inesperada.

Cuando quedaban poco menos de tres minutos la ventaja favorecía a Gimnasia por un triple apenas. Más vibrante se tornó el cotejo a falta de 1:39, porque el score era sólo 88-87 para el local, y desde allí el relato: falta en ataque de Scales y doble de Alvarez (89-88 Regatas); doble pérdida de Thornton (en la segunda, un rebote pegó en su espalda) y con 19”3 por jugar, Martínez es cortado con infracción; el paraguayo mete el segundo nomás y deja a Regatas 90-88; entonces, inteligentemente Oroná frena con falta a Jones; el moreno estadounidense apenas encesta el primero y tras tomar el rebote el que recibe la infracción es Brown.

Para darle más suspenso, el alero regatense mete uno (91-89) y en la contra, empata Thornton. El suplementario tocaba la puerta cuando Martínez se apuró con 4”6 en el reloj y con un tiro poco ortodoxo, dejó “sin aliento” a Gimnasia. Para felicidad de todo Regatas y Corrientes.

Síntesis
Gimnasia (91): Gabriel Cocha 16, Pablo Moldú (x) 22, Charles Jones 4, Ruperto Herrera 7, Damon Thornton 18 (FI); Jervaughn Scales 10, Leandro Masieri (x) 14 y Santiago Haag 0. DT: Fernando Duró.

Regatas (93): Hernando Salles 4, Javier Martínez 23, Cleotis Brown 8, Clarence Robinson 31, Alejandro Reinick 12 (FI); Gustavo Oroná 13, Edgardo Agudo 0, Ricardo Centeno 0 y Rodrigo Alvarez 2. DT: Carlos Bualó.

Árbitros: Pablo Estévez y Claudio Vaisman.
Parciales: 25-25, 48-41 y 72-68.
Estadio: Socios Fundadores.
Carlos Zeniquel (h) – Diario Época
Foto Gentileza: El patágonico