Batacazo nacional

Históricamente la Copa Argentina siempre tiene una puñalada preparada para Peñarol. Esta vez, cuando la expectativa es grande, Peñarol tropieza de local ante un equipo TNA. El Nacional de Monte Hermoso jugó un partido muy ordenado en ofensiva, con paciencia e ideas mientras realizó un desgaste atrás que confundió a Peñarol.

El partido fue manejado por El Nacional que tomó distancias de 14 puntos faltando 4:00, sólo el amor propio y la vergüenza deportiva empujó al local y forzó un final cerrado, agónico que tuvo en las manos de Mikulas el tiro del empate.

En el comienzo se vislumbró que sería una noche fatal para el milrayitas en ataque. El equipo de Juan García acumuló gente en el trapecio, ensució el camino al aro y no dejó en ningún momento que Mikulas, Osborne, Pelletieri o Diez se pudieran mover con libertad cerca del canasto rival. Ante los tiros incómodos Peñarol encontró malos porcentajes (2/10 en dobles en el primer cuarto).

Mientras el tiro de tres puntos entró (3/6 en el primer parcial) Peñarol se mantuvo parejo en el partido (16-15), la carencia de gol perimetral no hizo más que evidenciar que no hubo respuestas colectivas ante el mejor andamiaje de El Nacional. Gabriel Mikulas, con gran sentido de ubicación, tomó buenas decisiones y produjo lo mejor del ataque de Peñarol (9/12 en dobles).

La defensa del equipo bahiense (que jugará el TNA de local en Monte Hermoso) alternando la marcación individual y zonal confundió a su rival. A pesar que Peñarol tuvo muchas segundas instancias, sobrecargando el tablero rival (16 reb. of) no pudo capitalizar lo poco que hacía.

Contrariamente El Nacional siempre tuvo buenos porcentajes (57% en triples y 58% en dobles), solo erró los libres (13/24). En el plano individual (aunque ganó por la defensa de conjunto) hay que mencionar a Federico Ferrini (4/6 en triples), el segundo cuarto de Ramiro Heinrich (4/4 en dobles, ½ en libres y 1 rebote ofensivo), los dos triples de Farías y la defensa de Evans en el último cuarto (6 rebotes).

Cuando Peñarol tocó fondo, el técnico Carlos Romano los reunió en un minuto y le tocó el orgullo a sus jugadores que respondieron por instinto, el equipo salió a defender durísimo los últimos tres minutos, encontró respuesta en Festa (un triple, un recupero, un doble), Mikulas (4 pts) y Rodríguez (un triple), incluso con buena posición Mikulas tuvo el tiro del empate del partido a falta de 4 segundos. Haber ganado era una eventualidad, no hubiera cambiado la cara de lo que mostró ni esta crónica.

El milrayitas suma cuatro juegos irregulares en la Copa Argentina sin poder encontrar (ni cerca) el equipo que todos esperan. La euforia de la victoria en el clásico tapó lo que se denunció en la crónica del partido en Pick and Roll: Peñarol jugó mal, pero ganó. Ahora sigue igual, aunque esta vez el partido lo saldó con derrota.

Los atenuantes pasan por las notorias ausencias de Locatelli (contractura) y Pittman (desgarro) y la mala condición física de Jason Osborne. Pero Rodríguez, Mikulas, Pelletieri, Festa, Mata, Muruaga y Ale Diez hacen un equipo en nombres que puede tener más caudal de juego.

El Nacional con el orden, la paciencia, los porcentajes (entraron tiros inverosímiles) y una defensa ENORME de conjunto, se llevó un triunfo que lo pone muy bien para el comienzo del torneo de ascenso. Peñarol debe despejar dudas.

Síntesis
Peñarol (72): Sebastián Rodríguez 20, José Muruaga 9, Marcos Mata 3, Gabriel Mikulas 22 y Jason Osborne 7 (FI) Matías Pelletieri 0, Sebastián Festa 10, Alejandro Diez 3, Rodrigo Álvarez 0. DT Carlos Romano

El Nacional (75): Fabián Sahdi 4, Federico Ferrini 17, Mario Sepúlveda 6, Anthony Evans 10 y Ariel Zago 11 (FI) Sebastián Farías 12, Mariano Castets 5, Ramiro Heinrich 10, Iñaki Ugarte 0 y Guillermo Saavedra 0. DT Juan García.

Parciales: 16-15, 30-35, 52-50
Árbitros: Fabricio Vito - Raúl Lorenzo
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas” (650 espectadores)
Autor: Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.com.ar)

El Chipi la manija

Con una gran actuación de Diego Brezzo, Quilmes logró quedarse con la victoria en Bahía Blanca, ante Estudiantes, por 88 a 82. Los 19 del nacido en Altos del Chipión fueron vitales, debido a que en gran parte del partido, las cosas no estuvieron del todo accesibles para los de Oscar “Huevo” Sánchez. Como un plus, estuvo presente Emanuel Ginóbili.

En la primer ofensiva del cotejo, cuando el elenco marplatense tenía el balón, a la salida de una cortina Calvester Ferguson golpeó sin intención a Pedro Calderón y este quedó tendido en el suelo. Todas las miradas estaban con él, cuando la voz del estadio hizo visible a un individuo que hasta allí, venía ingresando al estadio sin levantar sospechas.

Aprovecho esta pausa (dijo el presentador), para anunciarles que a mis espaldas está haciendo su ingreso a este estadio, Emanuel David Ginóbili. Y allí estaba nomás. Con un saco oscuro y una gorra, detrás de sus padres, Manu iba caminando con dirección a la platea asignada. Muy respetuosos, tanto los chicos como los grandes, esperaron a que se termine la primera mitad para saludarlo y pedirle autógrafos, aunque de manera mesurada.

Volviendo al juego, Calderón fue sustituido por Brezzo, y este comenzó a rendir desde esa ofensiva. De a poco su aporte, junto con el de Robinson se hicieron notar en la pintura de un albo que estaba tan complicado como el quilmeño en defensa.
Gol por gol pasó ese primer chico, con ofensivas muy rendidoras y aros muy desprotegidos. Así todo, fue el visitante el que se benefició por la rápida penalización por faltas sufrida por el local y logró cerrar esos primeros 10 minutos arriba por dos, 29 a 27.

El segundo cuarto fue de Quilmes, ya que dominó mejor los cristales, tuvo mejores ofensivas e incluso mejoró su defensa, aunque el resultado mantuvo la paridad. ¿Porqué? Por que Estudiantes estuvo on fire desde 6.25, y si bien en muchos casos tomo malos lanzamientos, el balón siguió entrando y eso lo mantuvo con vida.

Ya en el tercer acto el partido entró en un pozo. Las defensas no fueron de lo mejor, pero las ofensivas cayeron en errores comunes, y eso, acompañado por las pérdidas no favoreció al espectáculo. El dueño de casa emparejó la lucha aérea, y pudo cerrar un poco la grieta que le generaban los internos rivales doblando en la pintura. Con un solo punto como diferencia, el juego encaró su último periodo con la posibilidad de triunfo abierta para cualquiera de los dos.

En dos minutos el conjunto de la feliz estampó un 7 – 0 que lo distanció en el tanteador, y por un par de minutos dominó el juego, haciendo creer que eso se mantendría hasta el final. Pero un par de errores, bien aprovechados por los anfitriones hicieron que la distancia se acorte a solo tres.

Allí nuevamente apareció Diego Brezzo, tan o más determinante que en el primer cuarto. Esta vez su trabajo en defensa se acrecentó y con eso Quilmes comenzó a cerrar de mejor manera el partido. Con una diferencia de siete puntos lograda sobre los últimos tres minutos, pudo mantener el resultado, y de esa forma, quedarse con una victoria muy trabajosa.

Síntesis:
Estudiantes (82): Titarelli 12, Pizzo 8, Franco 14, Barrera 19 y Ferguson 6 (X) (inicial); Scheines 5, Etchepare 6, Ghirardi 12, Paletta 0, Faggiano 0 y Amore 0. DT: López.

Quilmes (88): Ginóbili 12, Sánchez 4, Stanton 15, Robinson 21 y Calderón 4 (inicial); Brezzo 19, Carabajal 6 y Martínez 7. DT: Sánchez.

Parciales: 27 – 29 / 49 – 49 / 63 – 64
Árbitros: Tarifeño – Valente.
Estadio: Dr. Osvaldo Casanova.
Autor: Emanuel Niel (eniel@pickandroll.com.ar)

Foto: Majo Gil - Depto Fotografía de Pick and Roll
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