No aflojan

Por las 30 razones de “Chucky”

En Bahía Blanca, Quilmes superó a Estudiantes por 95 a 92, con una gran actuación de Clarence Robinson quien terminó con 30 unidades. El aporte desde el perímetro por parte de Javier Martínez y la buena segunda mitad de Juan Pablo Sánchez también fueron claves.

El cervecero arrancó bien el encuentro. Plantado en una defensa con ayudas, rápidamente tomó la batuta y se escapó 10 a 3, sobre los primeros tres minutos. Por su parte Estudiantes no encontraba la manera de cuidar su canasto y solo la figura de Stalin Ortiz sobresalía.

Al entrenador local no le quedó más remedio que pedir minuto, y luego del tiempo muerto su equipo reaccionó. Con una ráfaga de 7 – 0, el albo se puso a tiro, pero el cambio de defensa propuesto por Oscar Sánchez dio resultado. “Sepo” dejó de defender a Ortiz, y quien lo pasó a hacer fue Javier Martínez, quien rápidamente brindó soluciones.

El ataque tricolor se fortificó, y al juego interno se le sumaron las bombas de 6.25, las cuales abrieron aún más la brecha. Al cabo del primer chico la ventaja de Quilmes fue de siete, 26 a 19.

La realidad fue otra en el segundo periodo. Diego Brezzo ingresó con el pie izquierdo, y en 1:13 de iniciado el cuarto, cometió tres faltas: una en ataque, otra en defensa, y la restante por hablar, la cual Rougier indicó como “técnica”. Con los errores del “Chipi” el dueño de casa se puso a dos, y la paridad se hizo presente.

Si bien ambos equipos comenzaron a sumar pérdidas, el anfitrión equivocó los caminos para pasar al frente, y de esa forma, el marplatense pudo aguantar. El equipo del “Huevo” encontró en la línea de tiros libres la tranquilidad para sacar un par de puntos de luz, aunque un par de rebotes logrados en ataque por parte de Levy le dieron a Estudiantes la oportunidad de irse al descanso largo abajo solo por uno, 45 a 44.

Nuevamente el acierto del técnico quilmeño se vio reflejado en el parquet. Con la vuelta de vestuarios se produjo el ingreso al terreno de juego de Juan Pablo Sánchez, y con él, Quilmes encontró otra arma más en ataque y una buena opción defensiva, ya que con su aparición el tricolor pudo presionar más sobre las líneas de pase, y a su vez, cargar con mayor presencia su propio cilindro.

A su vez, y sobre la mitad del tercer acto, con la salida de Esteban De la Fuente y el ingreso de Sebastián Ginóbili, el equipo de Avenida Luro encontró su mejor tridente perimetral (Ginóbili, Sánchez, Martínez). Con esta fórmula en cancha, y la certera tarea en ataque de “Chucky” Robinson, el marplatense vivió su mejor básquet. Obligando a su rival a tomar malos lanzamientos, todo hacía suponer que la arremetida final, aún jugando los últimos instantes del tercer cuarto, estaba al caer.

Esta nunca llegó, aunque la paridad vista en el tercer chico no se repitió. La diferencia de cuatro a seis puntos nunca corrió peligro y si bien el partido entró en un pozo de fricción donde el que perdió fue el espectáculo, Quilmes, a la larga, se vio beneficiado.

Estudiantes no pudo corregir el gran problema que le generó en la segunda parte Robinson, y este, entrando como “trailer” o jugando en pareja con Calderón supo sacar provecho de la situación. Ramzee Stanton volvió a ingresar luego de no ver acción en todo el tercer capítulo, aunque su aporte no desequilibró.

Sobre el final, y ya palpitando el clásico, el puñado de espectadores de Quilmes que viajaron a Bahía Blanca dejaron un mensaje muy claro: “Este viernes cueste lo que cueste, este viernes tenemos que ganar”.

Síntesis:
Estudiantes (92): Fernando Titarelli 19, Stalin Ortiz 22, Mariano Pizzo 0, Jamaal Levy 18 (X) y Gerardo Barrera 2 (X) (FI); Calvester Ferguson 4, Agustín Amore 0, Nicolás Paletta 0, Mariano Franco 24, Javier Scheines 3 y Martín Ghirardi 0. DT: Guillermo López.

Quilmes (95): Sebastián Ginóbili 9, Javier Martínez 19, Ramzee Stanton 8, Clarence Robinson 30 (X) y Pedro Calderón 13 (FI); Agustín Carabajal 5, Diego Brezzo 0, Esteban De la Fuente 2 y Juan Pablo Sánchez 9. DT: Oscar Sánchez.

Parciales: 19 – 26 / 44 – 45 / 65 – 68.
Árbitros: Rougier – Mendoza.
Estadio: Dr. Osvaldo Casanova.
Público: 550 espectadores.

Autor: Emanuel Niel
www.pickandroll.com.ar

Una solidez marca registrada

Tuvo que hacer un buen esfuerzo, pero finalmente logró un premio merecido. Peñarol encontró una dura oposición en Obras Sanitarias, al que superó anoche por 74 a 61, por la séptima fecha de la segunda fase de la Liga Nacional “A” de Básquetbol. El “milrayitas” sigue primero y en esa condición, con Quilmes como su inmediato (y único) escolta, llega al superclásico de mañana, que será uno de los más trascendentes de la historia.

El equipo de Garay y Santiago del Estero no brilló, pero su defensa volvió a imponer condiciones, y a la hora de atacar, repartió los tiros correctamente, con cinco jugadores en doble dígito.

Obras intentó frenar el ritmo ofensivo de Peñarol destinando a un defensor más alto (Daniel Chaher) para marcar a “Tato” Rodríguez. Pero el local casi no encontró dificultades para atacar en los primeros tramos del partido. Fue contundente con una impecable efectividad (3 de 3) en triples, defendió bien, dominó el rebote y se escapó rápido 11 a 2, en menos de tres minutos de acción.

Pero tras un oportuno “minuto” pedido por Pablo Dastugue, Obras fue otro rival. El “tachero” reaccionó defendiendo mejor, atacando con más ideas y así pasó el buen momento del local. Los “aurinegros” se pusieron a tiro de empate y tuvo que entrar Josh Pittman, recuperado de su lesión (esguince de tobillo) y volviendo a la actividad tras cuatro partidos.

El resto del primer cuarto mostró a un Peñarol defendiendo aceptablemente pero desdibujado en ataque, excepto en el minuto final, asumido con actitud, corazón y también jerarquía individual. La destacable tarea defensiva de Juan Manuel Locatelli sobre Byron Wilson fue lo mejor de un “milrayitas” con altibajos.

En general, a lo largo de ese primer tiempo, el equipo de Carlos Romano defendió aceptablemente. Tuvo algunas distracciones, es cierto, pero permitió nada más que 33 puntos de su oponente. El gran inconveniente lo tuvo adelante, donde lució deshilachado. No jugó como otras veces, tampoco tan mal, y aún así, por escaso margen, ganó el primer tiempo. Claro que contra cualquier otro equipo con pretensiones le podía haber ido bastante peor.

En la segunda mitad aparecieron bastantes más imágenes del Peñarol “bueno”.
Al margen de la positiva entrada en juego de Pittman, lo que se observó fue un equipo decidido a atacar de otra manera. Con menos tiro abierto y en cambio con la decisión de explotar los posteos de Jason Osborne y Gabriel Míkulas

La mala producción de los bases, Julián Olmedo y Ezequiel Lamas (el propio entrenador “tachero” admitió que se estudian un par de cambios en el equipo) simplificaron el andar del local, que terminó de abrir la brecha tras una falta técnica sobre el entrenador rival. Dastugue protestó -no sin razón- una falta muy discutible que favoreció a Matías Pelletieri. Peñarol aprovechó casi todo en esa jugada y se fue al último descanso con una ventaja casi decisiva en ese contexto de partido.

Su acostumbrada solidez defensiva le permitió a Peñarol administrar correctamente esa diferencia en el segmento final. Y en ataque, en buena medida con Sebastián Festa como base y “Tato” Rodríguez como escolta y aportando gol, para colaborar lo que aportaron José Muruaga y los internos.

Obras apenas oponía alguna intermitencia de Silas Mills y el tiro exterior de Federico Pollio (3 de 3 en triples) y muy poco más. Lo suyo fue digno, pero no estuvo ni cerca de poner en riesgo una victoria trabajada, sí, pero indiscutible del puntero de la Liga.

Síntesis
Peñarol (74): Sebastián Rodríguez 12, José Muruaga 15, Juan Manuel Locatelli 7, Jason Osborne 10 y Gabriel Míkulas 14 (FI). Sebastián Festa 4, Josh Pittman 11, Alejandro Diez 0, Marcos Mata 0, Matías Pelletieri 1, Nicolás Lauría 0. DT: Carlos Romano.

Obras Sanitarias (61): Julián Olmedo 0, Daniel Chaher 6, Byron Wilson 4, Silas Mills 15 y Tyler Field 15 (FI). Ezequiel Lamas 0, Fernando Calvi 9, Federico Pollio 11, Patricio Rodríguez 0, C. Cortés 1. DT: Pablo Dastugue.

Parciales: 23-17, 35-33 y 58-44.
Árbitros: Alejandro Ramallo y Fabricio Vito.
Estadio: Polideportivo Panamericano (1700 espectadores – dato suministrado por la dirigencia de Peñarol)
Foto: Gentileza Diario Ole:
Crónica: Sebastián Arana – Diario La Capital