¿Habrá final entre ellos?

El calendario ya caminó casi todas las hojas del 2006 y aunque a la Liga la toma por la mitad, en el inconsciente colectivo surge inevitable la burguesa tarea de hacer balances. Todos lo hacemos, yo también he caído en la tentación.

Quizás se justifica desde el receso que se toma la competencia en donde los equipos que venían a todo ritmo, frenan, vacaciones y volver al laburo varios días después. Entre la 8va fecha de la Liga y la 9na habrá nada menos que un lapso de 21 días. Vicios incomprendidos de una liga muy viciada.

Peñarol y Quilmes están 5 a 1 ¿Es real esa diferencia?. Claro que si, los partidos los jugaron y Peñarol ganó 5 y Quilmes tan sólo uno. Pero hay un mensaje escondido muy importante en todos los sentidos: Quilmes ganó el último, cuando los nervios y la presión estaban en estado de ebullición y ambos comprendieron que se están jugando el número uno de la fase regular. Muy distinto sería que Quilmes hubiese ganado el primero y luego Peñarol los siguientes cinco.

La discusión del valor de ganar un clásico y ganar cinco no debe convertirse en un rito tribal propio de hinchas. El significado de ganar el clásico del viernes 22 de diciembre dice mucho más que 5-1. Esto sólo no le alcanza para creerse uno superior al otro.

Si Quilmes le tomó la vuelta o no es imposible saberlo. Habrá que esperar al siguiente clásico, pero al menos desarrolló una variante que no ejecutó en los clásicos anteriores y terminó resultando importante: jugó sin ayudas al poste bajo. La defensa se plantó uno a uno y provocó lanzamientos muy forzados desde el perímetro, complicó el juego de pases y anuló la media cancha rival.

De todos modos la descomunal tarea de Jason Osborne puso el partido en cifras normales. Siempre da la sensación que Peñarol dormido y con la luz apagada meterá más de 80 puntos en el Polideportivo. Juegue contra quien juegue.

Primero hay que decir que Quilmes defendió bien el perímetro pero rápidamente hay que marcar que no ganó por su defensa. Y no me he vuelto loco, solo digo que Peñarol tuvo virtudes en un partido cerrado que lo llevaron a su promedio de gol natural en el Polideportivo (84.9). El partido Quilmes lo gana con su juego de ataque y con su hasta entonces negado tiro de tres puntos. A Peñarol en el Polideportivo le convierten 73.8 pts (en los 10 partidos que jugó de local en la liga). Lo que hizo muy bien el cervecero fue atacarlo.

En los 4 juegos anteriores que se disputaron en el Polideportivo Peñarol convirtió 63 pts (24% en triples), 76 pts (31% en libres), 76 pts (31% en triples) y 86 pts (32% en triples) y salvo en el cuarto partido jamás tiró con una gran porcentaje en dobles (69.7%). Como se verá hubo cuatro partido por debajo de la marca del viernes que sin embargo Peñarol ganó.

En la previa se habló sobre el escaso aporte de los perimetrales quilmeños en los clásicos que sucumbían ante la mejor efectividad de los tiradores milrayitas. Quilmes es el segundo equipo más goleador (85.6 pts) de la competencia detrás de Quimsa (88.1). Y a pesar de la famosa escasez de tiradores que su equipo en teoría presenta tienen un porcentaje de 35.1% en triples que lo ubican 6to en la Liga.

El problema para Quilmes fue tener buenos porcentajes en el Polideportivo (12/52, 22% en los cuatro juegos anteriores). Sólo encontró gol en Neuquén (5/13, 38.5%) pero Peñarol lo mató con un 57.9% (11/19) en el mismo partido. Esta vez el cervecero tuvo gol desde el perímetro en la misma proporción que su rival y aunque el clásico resuelto por un punto lo puede haber definido la suerte, la clave fue que Quilmes por primera vez encontró gol.

Todos estos datos solo sirven para darle una vuelta de rosca a lo que sucedió el viernes. Con porcentajes más reales de ambos bandos, los dos mejores equipos de la actualidad dieron un espectáculo cinco estrellas. Irrepetible en la liga (por el marco) y con jerarquía en la cancha que por suerte devolvió (y más) el precio de las entradas.

De acuerdo a lo visto, Peñarol esta sólido aun en la derrota y tiene el mejor récord de la competencia (17-5). Nada de todo lo bueno que se dijo de Peñarol cambió porque Ginóbili metió el doble con falta. Peñarol es candidato al título porque tiene un técnico que fue muy inteligente para convertir un cúmulo de individualidades en un gran equipo. Salvo Tato Rodríguez el resto defiende para campeón. El base y capitán de Peñarol suple su baja performance defensiva con un enorme talento en ataque.

La misma media cancha (Rodríguez, Locatelli y Pittman) que se cayó a pedazos en el final de la liga pasada con Narvarte ahora se ve potenciada e indestructible con el aporte de Sebastián Festa, José Muruaga y Marcos Mata. Sacrificio, talento y solidaridad son las palabras mágicas.

Luego fue dicho que Osborne y Mikulas representan hoy la mejor dupla en el juego interior de la Liga. Desde que Osborne se puso bien físicamente se transformó en el americano más determinante de la competencia, no por lo números sino por lo que significa en su equipo. Este nivel de Osborne y un jugador tan inteligente como talentoso como Mikulas son una usina generadora de juego asociado. El relevo del juego interior Romano lo resolvió con el juvenil Alejandro Diez. Salvo ocasionales apariciones, Matías Pelletieri no verá minutos importantes en esta liga.

Quilmes tiene el segundo mejor record de la competencia (16-6) y es el equipo de mejor presente. Encadena 7 triunfos seguidos, entre ellos dejó en el camino una doble victoria de visitante ante Atenas y Quimsa, de local a Regatas y Sionista y ahora nada menos que a Peñarol. El cervecero se recibió de candidato al título sobreponiéndose a la flaqueza defensiva de su juego interior.

El cervecero muere con defensa hombre a hombre de local y recurre a defensas alternativas de visitante. Siempre obtiene réditos de un técnico muy inteligente en la estrategia y los principales actores han entendido roles. Quizás Pedro Calderón al principio era quien no sabía para que estaba y los cortocircuitos con el técnico fueron evidentes, pero cuando se definieron los roles que el número uno del juego interior era Robinson y que Calderón debía defender, el equipo creció mucho. El relevo de Calderón es su antitesis, defiende como nadie y le cuesta atacar. Esto le permite al técnico rotar según las necesidades. De la Fuente es un gran comodín en el relevo del alero/ala pivote.

La media cancha de Quilmes sabe de defensas y alternó altas y bajas de acuerdo al nivel individual de cada uno. Quien más creció fue el paraguayo Javier Martínez, al influjo de su talento el perímetro cobró vida propia. De todos modos lo más importante de Martínez fue que su personalidad se la trasladó al equipo, el paraguayo es una locomotora tirando para adelante, incluso cuando esta sentado en el banco. En los play off un equipo con jugadores como Ginóbili, Martínez, De la Fuente y Robinson tienen un plus adicional. Quilmes hoy es puntero y candidato al título.

La esperanza es el brillo que ilumina los rostros de cada marplatense en estos momentos. Un brillo que no debe perderse por los posibles tropezones de los partidos que vienen. Aun en la derrota siempre hay esperanzas. Un ejemplo digno de imitar fue el tigre de los llanos, Facundo Quiroga, cuando en la carreta que lo trasladaba desde Santiago del Estero, sabiendo que sería emboscado para asesinarlo se preguntó “¿habrá sol allá donde nos esperan?”. Facundo Quiroga murió en barranca Yaco asesinado por los hermanos Reynafe, un día nublando.

En el camino de Quilmes y Peñarol a la final habrá muchos obstáculos: Boca Juniors se puso de pie y se despertó el gigante dormido, Regatas Corrientes invirtió dinero para dos campeonatos, tiene la sangre en el ojo y plantel suficiente para llegar lejos, Libertad también cuenta con material para pelearle de igual a igual a cualquiera mientras que Gimnasia de Comodoro si logra que Christopher Jackson llegue en buenas condiciones será el rival a vencer por todos. Hoy manda Mar del Plata en la Liga… al final del cuento ¿llegaran juntos?

Pablo Tosal
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