Momento de Crisis

La Liga es larga es una afirmación simple con total validez. En una disciplina profesional donde 10 a 12 voluntades van juntas por todos lados, durante 10 meses, compartiendo egos, alegrías y miserias es natural (y hasta esperable) que surjan todo tipo de controversias. Salvo que se contrate a un grupo de atorrantes amigos, armar un equipo y que congenien todos es casi utópico.

De tal manera los equipos, por ausencia de disciplina, por momentos especiales de cada individuo, lesiones o un largo etc; pasan por situaciones de caídas. En la presente temporada, de los equipos que se armaron para estar en los primeros puestos del torneo, lo pasó Boca Juniors y salió. Después Libertad de Sunchales y también salió.

Regatas Corrientes quiere encontrar el camino para salir del mal momento. Gimnasia de Comodoro también tuvo/tiene su crisis. La última victoria en Mar del Plata podría ser la puerta de salida, se verá mas adelante. Ahora es el turno de Quilmes que cayó en 5 de los últimos 6 partidos. Peñarol aún no pasó ninguna crisis, aunque se debe esperar hasta el miércoles, ya que con dos derrotas de visitante, más el arduo partido que le espera con Boca pueden surgir desencadenantes. Pero hablamos que de los seis candidatos al título, cinco tuvieron su crisis de temporada.

Es para destacar que Quilmes jugando mal en el 2007 haya estado a dos tiros de la punta. Contra Central entrerriano de local, perdió en suplementario, con el tiro del final a su favor. Contra Gimnasia de Comodoro, perdió de local por uno, con doble tiro para ganar. Y si hubiese metido las dos bolas hoy sería puntero de la Liga. ¿Es notable no?. ¿Eso habla bien de Quilmes, mal de la Liga o que acá cualquiera le gana a cualquiera?

Lo primero que surge inevitable es: Cuando el técnico Oscar Sánchez afirmó que su equipo era el mejor de la liga no era verdad. Quilmes pocas veces jugó muy bien. Siempre dio la impresión que tenia más para dar. Apoyado por su defensa y su juego de pases. Pero si fue el más regular de diciembre que lo llevó a la punta.

Ahora que Quilmes jugando mal no encontró resultados, (podría haber ganado aquellos dos partidos mencionados) estalló una crisis por los últimos 13 minutos de juego con Madryn, que fueron lo peor de la Liga para Quilmes. De aquí surgen varios disparadores que vale la pena analizar.

Perder cinco partidos en el ámbito profesional es un desastre para un equipo de punta. Tiene que ser así porque se esta faltando el respeto a los dirigentes que consiguen el dinero y a la gente que apoya. Por lo tanto un equipo que pierde 5 partidos sobre 6 no puede entrenar con una sonrisa.

Este concepto no es mío, es extraído de varios exitosos entrenadores en esta liga y en otras importantes en el mundo. Cuando un equipo pierde, todos deben estar fastidiosos, contrariados, cabrones, se acaban las risas y se tensa el músculo de la cara sólo a la espera del próximo partido. El único objetivo en la semana es el partido siguiente y no el asado de la noche. Eso es profesionalismo y respeto por la gente involucrada.

En Quilmes surgieron voces antes del partido con Madryn que actuaron de voz cantante por el grupo. “Estamos entrenando mucho”. “No soy feliz en los entrenamientos, menos en el partido”, “No hay resto físico para las exigencias”, fueron algunas de las cosas que salieron a la luz.

Es conveniente en este punto hacer un pequeño stop. Lo diré en primera persona. La experiencia acumulada en los años de profesión ha provocado en mí un sincero descrédito por el jugador de Liga Nacional. En su gran mayoría (siempre hay dignas excepciones) los jugadores de Liga Nacional son profesionales solo para cobrar el sueldo. No se entrenan, no se cuidan, no se comportan, no obedecen, no atienden a la prensa o la gente como profesionales.

El jugador de esta Liga de tercer mundo ha descubierto que con un poquito de esfuerzo le alcanza para perdurar 10 años en primera, cambiando de club en club, exigiendo contratos que ni por asomo retribuyen con su trabajo. Pienso en mi viejo que maneja un remis diciéndole al patrón que prefiere laburar dos horas en vez de doce porque no labura feliz.

El jugador por excelencia es caprichoso, mal criado, exigente, una verdadera maquina de pedir para 10 y otorgar para 4. Incluso hay muchos periodistas que tienen miedo o compromiso de hablar en descrédito de la tarea profesional de un jugador porque confunden su crítica con la parte personal. Cuando un jugador no entrena o juega mal se critica su labor, no a la persona. Entonces es fácil que el jugador aun dando muy poco y siendo responsables de las cosas, sea protegido por la prensa, apañado por los dirigentes y entrenadores y beneficiado en las crisis.

Hay muchos entrenadores que toman como conducta no molestar al jugador. Lo suben a un pedestal imaginario y le dan todos sus gustos. Hablan de códigos, para no hablar mal del jugador y a veces son tan evidentes en las excusas de una derrota, que cuando se acaba la culpa a los árbitros o la cancha un día dirán que los atacó un OVNI en pleno partido. Eso no son códigos, eso es rozar la estupidez. Pero es entendible porque hay mucho argentinismo en ese código de defensa del jugador. Y contra la idiosincrasia de un pueblo no se puede.

Surge también un pensamiento más con respecto a este tema. En un club un Director Técnico profesional de liga salva su trabajo sólo si el equipo anda bien y gana. Un jugador salva su trabajo y puede duplicar su sueldo si su planilla individual es buena. ¿Quién de los dos entonces piensa más en el beneficio del equipo?. Por su puesto que cuando se prueban todos los cambios posibles, ante los momentos de crisis, el entrenador puede ser el gran problema.

En este enero 2007 Quilmes ha tocado fondo en su producción. Padece la crisis que otros equipo atraviesan y dependerá de la astucia dirigencial para salir del mal momento. La Liga esta llena de ejemplos. Gimnasia de Comodoro en enero del 2006 estaba 13º en la tabla de posiciones y ya sabemos que fue un campeón para aplaudir de pie. El mismo Quilmes en la temporada 00/01 perdió 13 partidos consecutivos en la A1 y luego terminó sacando a Atenas en los play off por los cuartos de final. Yendo más atrás Quilmes en el TNA 98/99 perdió 7 partidos consecutivos en el TNA1 y salió campeón con todas las series en desventaja deportiva.

Quizás había una diferencia de aquellos recuerdos a este presente. Nadie hablaba mal del trabajo cotidiano en la intimidad del grupo. Aquí surgen disparadores de algunos jugadores que la dirigencia deberá atender o ratificar. Restarle importancia y apelar a la unidad grupal o tomarlos cómo válidos y actuar en consecuencia. Al menos esa es la historia hoy de este equipo que a finales del 2006 era un príncipe encantado y en un mes se convirtió en sapo.

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar