Clásico Lógico

La poca gente en las tribunas es consecuencia lógica del presente de los dos equipos. Ya ni la fe, ni la esperanza movilizan a los hinchas. Acaso el amor depositó a 2500 almas en el Polideportivo porque siempre habrá gente para los clásicos, pero no era nada del otro mundo saber que el espectáculo, condicionado por la necesidad de ganar, sería flojito. Y lo fue.

En este partido de pivotes dominados, de tiros errados, de ofensivas trabadas, de lucha, intensidad y jugadores sacando ventajas en acciones más bien generadas por sí mismo Peñarol demostró otra vez que está un paso arriba que Quilmes, y que tiene un peso individual mucho más específico. Esta claro que todo esto es el marco de una liga donde pocos equipos juegan lindo, pero la gente no le da la espalda al juego trabado, sino a los pobres presentes.

El primer cuarto fue muy raro. Peñarol arrancó como una tromba y sacó 10 puntos en un abrir y cerrar de ojos (2-12 en los primeros 4 minutos). Quilmes probó mal con una zona 2-3 y no tuvo réditos, además perdió 5 balones. De la fuente metió dos cambios claves. Sacó la zona y a López (el emblema por entrega) y puso a Cangelosi, con todo lo resistido que es el alero. “Juanchi” metió 7 puntos en 4 minutos y lo frenó a Jones (6 pts) que estaba picante con el aro.

Quilmes contestó con un parcial idéntico 12-2 y el partido se igualó en 14. Todo raro. Desde allí Quilmes siguió con la mejoría y Peñarol perdió el rumbo. El cervecero sacó 6 de ventaja (22-16) con un parcial extendido de 20-4. Un triple de Leo Gutiérrez en el peor momento le devolvió el alma a los hinchas milrayitas que no entendían nada de lo que estaba pasando.

El juego cambió con el ingreso de Campazzo y Vega por Rodríguez y Jones. Peñarol metió mucha presión defensiva. Así consiguió que Quilmes lanzara muy forzado al aro. Luego tuvo una virtud más: una vez que tuvo el rebote en la mano pudo correr la cancha, generalmente con Vega y Mata como punta de lanza.

En seis minutos del segundo cuarto el equipo de Sergio Hernández era dueño del partido por doce puntos. Con un parcial 5-23 ganaba por una amplia diferencia de 27-39. Quilmes, confundido, volvió a apostar por una zona 2-3 de ejecución lenta. Peñarol nunca se sintió tan cómodo, rotó el balón y encontró tiros claros que los metió con facilidad (triples de Mata, Leo y Vega).

El partido era un vaivén, otra vez con la defensa individual el cervecero tuvo lo mejor y logró cerrar el primer tiempo abajo por 5 (38-43) con la lucha de su defensa, un triple de Piñero y el empuje de Nico Romano.

Este pequeño párrafo es para el entendimiento de la zona: conceptualmente no está mal lo que hizo Quilmes, su rival la venía pateando de tres puntos en los últimos tres partidos, y encima estaban con Assie y Romano en cancha, pero Peñarol los malos porcentajes de triples no los tiene contra zona sino contra defensa individual.

En el tercer cuarto Peñarol volvió a tomar distancia. Quilmes se puso a dos (41-43) y todo el tiempo amenazaba con meterse en el partido y discutir el resultado, pero como se dice habitualmente “siempre le faltan 20 guita para el peso”. Cada vez que hizo ingresar a Keep el pivote blanco foráneo pasó un bochorno. Apenas pudo sacarle faltas a Leiva y Reinick, pero más bien perjudicó de lo que ayudó.

La defensa de Peñarol le fabricó un cerco a Assie que forzó casi todos sus puntos y aún así con un enorme Nicolás Romano se puso a 3 (49-52). Allí se fue decantando el partido por el tan mentado peso de las individualidades que mencionamos. Tato Rodríguez, un héroe de mil batallas, contestó a la brasileña y clavó un triple, Cangelosi erró el suyo y en la contra, Mata entró por línea de fondo, Keep tardó un año en cubrirlo y cuando llegó lo único que vio del pibe fue la dorsal de la camiseta enterrando el balón. Fue acción una acción de lujo (tapa de esta crónica) de dos y uno por la falta. En la acción siguiente, Tato castigó otra vez con un triple por el eje desde 7 metros. Fue un parcial de 9-0 para tomar una ventaja de 12 (49-61) que prácticamente liquidó el juego.

Después de empujar 6 minutos, Quilmes sufrió en apenas 50 segundos un vendaval en contra y Peñarol casi lo obligó a colgar los remos.

Para el segmento final la distancia nunca fue menor a 10 puntos. El milrayitas, jugando con Legaria y Tato Rodríguez juntos repartiendo la base tuvo el cierre justo para proteger el balón y bajar el elevado número de pérdidas (8) que tuvo en el primer tiempo.

Quilmes le tiró el corazón en la cancha pero en el básquet la actitud sola no gana partidos. Mata metió dos triples, uno de Tato y otro de Leo Gutiérrez le pusieron el broche.

Quilmes en cambió erró todos los tiros que usó para bajar la distancia. Jugó sin Edwards que será cortado por la lesión y también jugó sin Keep (el pivote jugando así no ayuda). Dio lo que tenía para dar y se llevó un resultado lógico.

Peñarol también dio lo que tenía para dar. No cambió su juego en 40 minutos, cambió el resultado. Después de perder 3 partidos seguidos encontró la victoria. No son unos fenómenos como no eran un desastre. Como el clásico devaluado que vimos, es lo que hay, cotiza en baja.

Síntesis
Quilmes (64): Martín Müller 0, Esteban López 6, Facundo Piñero 8, Nicolás Romano 21, Brice Assie 17 (FI); Jason Keep 1, Juan Cangelosi 11 y Leonardo Peralta 0. DT: Esteban De La Fuente.

Peñarol (76): Pablo Sebastián Rodríguez 13, Michael Jones 13, Marcos Mata 17, Leonardo Gutiérrez 18, Martín Leiva 0 (FI); Sebastián Vega 9, Raymundo Legaria 0, Alejandro Diez 4, Alejandro Reinick 2 y Facundo Campazzo 0. DT: Sergio Hernández.

Árbitros: Alejandro Ramallo y Roberto Smith.
Parciales: 22-19, 38-43 y 52-61.
Estadio: Polideportivo Islas Malvinas (2500 espectadores)

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.net)
Crónica: Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.net)


Hello, Frank

Con una descollante actuación del escolta Frank Williams, autor de 26 puntos (5-8 triples y 8 asistencias), más el aporte de Anthony Glover (13+13), el Ciclista Olímpico vapuleó a Sionista de Paraná 91 a 67.

Los dirigidos por Fernando Duró dominaron el juego de principio a fin a partir de una sólida acción defensiva y sumaron así su segunda victoria seguida en la Segunda Fase de la Liga Nacional. En los paranaenses, que tuvieron una noche desconocida, dio la cara el base Luis Cequeira (15).

En el primer cuarto, Olímpico funcionó a través de ataques dinámicos (parcial 10-4) con Cavaco encendido (8 pts. 2 triples), y Glover dominante en la pintura. Sionista lento y previsible hizo poco ante la gran defensa negra. Con 4 minutos para el cierre, la brecha era de 16-6 a partir de una amplia supremacía en el poste bajo del dueto Young - Glover, las mandadas de Williams y un bombazo final de Villares para cerrar 23-14.

En el segundo cuarto, Olímpico comenzó impreciso. El daño que seguía haciendo en la pintura no podía cristalizar en el marcador, hasta que otra daga de Villares de 6.25 sacó una luz de 11 tantos, 28-17. La defensa fue lo mejor del Negro que casi no cedió opciones a Sionista desdibujado. A partir de allí se vino una tormenta de triples (Williams 4, Trovellesi y Villares) que establecieron el claro 47-25, con 2 minutos todavía por jugarse. En el epílogo, Pato Rodríguez le hizo foul a Williams afuera de la línea de 6.25 y los libres le permitieron al ex Chicago Bulls conseguir una marca de 19 tantos en el parcial y el sorprendente 54-33 del primer tiempo.

Tras el descanso largo, el local continuó con facilidades para llegar al gol a distancia (Williams, Trovellesi y Benítez). La diferencia llegó a ser 71-48 con amplio dominio del local que no perdió la intensidad defensiva en ningún momento. La jugada del parcial fue un tapón de Young a Robinson, que terminó en canasta del extranjero de Olímpico tras una gran corrida por el eje de cancha.

En el último cuarto nada iría a cambiar. Buenas rotaciones y todos los cuidados posibles para evitar sorpresas. Aunque la extrañeza de la noche ya estaba realizada. Triunfazo del Negro para seguir creyendo que se puede.

Síntesis
Ciclista Olímpico (91): Martín Trovellesi 10, Diego Cavaco 11, Frank Williams 26, Anthony Glover 13, Kevin Young 10 (FI); Eduardo Villares 9, Jorge Benítez 9, Gabriel Cocha, Ariel Hillebrand. DT: Fernando Duró

Centro Juventud Sionista (67): Luis Cequeira 15, Javier Martínez 11, Daniel Hure 2, Matías Fioretti 2, Lashawn Malloy 5 (FI); Patricio Rodríguez 3, Ramiro Iglesias 2, Clarence Robinson 18, Alejandro Zilli 10, Lucas Machuca. DT: Sebastian Svetliza.

Parciales: 23-15; 54-33; 77-53; 91-67.
Árbitros: Silvio Guzmán y Fernando Sampietro.
Estadio: Vicente Rosales.

Foto: Diario El Liberal
Crónica: Guillermo Japaze (www.basketdesantiago.com.ar)