Obras desató un temporal en Mar del Plata

Comienzos de 0-3 en la Liga hubo muchos que luego terminaron en finales felices. De todos modos en el Polideportivo Islas Malvinas la historia dirá que en el inicio de un camino nuevo para Quilmes con la tercera derrota la tempestad amenaza con destruirlo todo. Y hay que ser directos con la consecuencia antes de ser superficiales con la crónica: ¿Qué espacio queda en el futuro de Quilmes para trabajar con tranquilidad si ya la perdió toda?.

Obras Sanitarias jugó bien, tuvo el oro que le faltó ante Boca donde el porcentaje le dio la espalda, incluso ante tiros bien tomados. En la noche del martes en el poli metió los tiros claros que no puedo el domingo en su casa. Y tuvo en Juan Gutiérrez un killer excepcional para castigar cada acción defensiva que lo descuidaba. Cuando el partido todavía era partido, Juan Gutiérrez fue la pieza clave.

Fue evidente que Obras tuvo el dominio de los dos costados de la cancha. Atacó claro, certero, con Osimani sacando ventaja de la marca de Hopson y haciendo jugar a sus compañeros y con Juan Gutiérrez superando la pobre marca de Román González. Obras también se aprovechó de un desconcierto generalizado en Quilmes que nace de su impericia para atacar.

Ante Peñarol y Estudiantes, Quilmes atacó mal pero al menos mostró conducta defensiva. Ante obras fue un fantasma llevado de lado a lado de la cancha sin marcar presencia en ninguno de los dos aros.

Cuando Juan Gutiérrez, que llevaba 7 puntos en 5 minutos metió un triple más (10) Maffei lo sentó a su marcador: Román González y allí se empezaron a desnudar casi todas las falencias. Si Román González que llegó como el jugador franquicia no puede cumplir en ninguno de los dos aros, que queda para el resto: poco.

Pablo Espinoza y Lewis encontraron grietas importantes en el corazón de la defensa rival y atacaron de cerca el canasto rival. Obras sumó 25 puntos en el cuarto inicial con solo dos triples. Quilmes era un flan defensivo y atacando sumamente anárquico.

Obras le planteó una defensa muy cerrada que doblaba la marca del pivote. Lo encerró y le quitó la pelota de las manos sin dejarlo mover. El “Chuso” luce lento, física y mentalmente, y Johnsen y Hopson, los otros dos baluartes del equipo no responden tampoco. Así los que tiene que sacar la cara son los jugadores que deberían ser los llamados de rol.

En el segundo cuarto el local arrimó la diferencia de 14 puntos a 8 (19-27) pero se encendió Julio Mázzaro y metió 9 puntos seguidos (4 ataques consecutivos) para desbaratar toda intención de reacción quilmeña. Fue un parcial 9-0 para darle rápidamente la delantera por una tranquilizadora diferencia (19-36).

Maffei mandó el plan “B” y “C” a la cancha. Lo corrió a Mázzaro primero con Eseverri y luego volvió Ferreyra, fue a defensa zonal 2-3 y cajón sobre Mázzaro. Nada le funcionó. Lo único que no hizo fue lo que le dio resultado más tarde: extender la defensa todo el campo doblando dos por uno el balón.

El primer tiempo cerró 27-45 con resultado puesto para Obras. El partido ya tenía ganador no por la diferencia sino por las formas. Quilmes fue borrado de la cancha. La visita llegó al final de los primeros 20 minutos con 11 asistencias de equipo, 5 recuperos y 19/32 de campo (59%).

En el inicio del 3er cuarto llegó el final del partido. Quilmes salió con más gol pero su defensa siguió siendo una invitación a que la ataquen y justamente detrás de un desacierto defensivo de Román González con Lewis el entrenador decidió cambiarlo y retarlo. González que venía de meter sus únicos dos puntos en todo el partido discutió con el técnico y tuvieron un cruce muy fuerte de palabras.

El jugador le habría dicho “No me pongas más”, mientras Maffei le recriminó que el técnico era él y lo ponía o sacaba de acuerdo lo necesitara el equipo y si no estaba de acuerdo “que se vaya”. Estas calenturas eran hijas del problema principal: Quilmes en cancha no mostraba más que desconcierto. Los chicos de Obras no eran los Globetrotters pero ganaban cómodo 42-68 (26 puntos de visitante!)

A veces un resultado se explica por las virtudes, otras tantas por las miserias del perdedor. Y en verdad Obras hizo un partido para ganar. Fue más inteligente en lo táctico, tuvo dos administradores de juegos notables como Osimani y Konsztadt (que mantuvo la línea del base titular siempre) el goleador como Juan Gutiérrez y actores de reparto de destacada participación como Lewis, Espinoza y Mázzaro. Lanzó con buenos porcentajes y cuando tomó algunas resoluciones de 24 segundos ahorcados por el reloj la metió también.

Cuando un equipo juega mal como Quilmes se termina culpando el “todo”. Pero eso no dice nada. Muchas veces algunas individualidades tienen también que saber dar la cara cuando las cosas no andan en conjunto. Así es el juego del básquetbol. Eso que tuvo Obras para meter un triple o doble oportuno, con marca y chicharra sonando, Quilmes ni en sueño.

Salvo por Brian Morris. Hasta acá lo mejor que hizo Hopson en la temporada fue presentarlo a su amigo. El ala pivote suplente se cargó la responsabilidad a la que el propio Hopson le escapa. Al igual que Román González deja las resoluciones difíciles en manos de otros y ni siquiera aporta en defensa.

La tripleta Hopson – Johnsen y González no rinde de acuerdo a lo esperado y en Quilmes este es el origen de todos los males. Terminan Eseverri, Piñero, Morris, Ferreyra jugando como héroes y no como jugadores de rol. Britton Johnsen se resintió de una molestia en el aductor y no jugó el segundo tiempo. Tampoco hizo nada en el primero.

Hubo lugar para lo pintoresco, para lo folklórico que levantó a la gente. Quilmes con decisión, con corazón salió a marcar presión todo el campo doblando al hombre con balón en el cuarto final. Obras se confundió y aunque rompió con algunos pases largos la presión todo el campo perdió varios balones, se apresuró y permitió que Quilmes empujando y con el goleo de Morris de 26 puntos descuente la ventaja a sólo 9 (64-73) a falta de largos 5:00.

Esa defensa extendida que la probó al final era una moneda al aire. Porque estaba con Morris de Pivote, Piñero de ala pivote y tres perimetrales. Necesitaba jugadores atléticos para correr el campo pero el reingreso de Juan Gutiérrez y Julio Mázzaro terminaron por liquidar cualquier tipo de pretensión en Quilmes.

Al final la diferencia se acrecentó nuevamente porque Quilmes erró un par de triples desesperados para acortar y Obras se aprovechó con elegancia de la defensa todo el campo con pases largos y bandejas fáciles. El resultado final es un reflejo importante de lo que pasó. Obras salió de perdedor sacándole 16 puntos (74-90) de visitante a un equipo que sufre varios problemas.

Para Quilmes quedaron los malos momentos de ver a un desencajado Román González queriendo pelear con la gente que lo insultaba a la salida del partido. Contenido por sus compañeros el “Chuso” entró al vestuario a calmarse. Pero la sensación de que algo que nunca estuvo sano se rompió es innegable.

Síntesis:
Quilmes (74): Nicolás Ferreyra 12, Mac Hopson 15, Tyler Newbold 5, Britton Johnsen 2 y Román González 2 (FI) Facundo Piñero 10, Esteban López 0, Gregorio Eseverri 4, Brian Morris 24, Gonzalo Gorostiaga 0. - DT: Daniel Maffei.

Obras (90): Martín Osimani 2, Julio Mázzaro 15, Pablo Espinoza 6, Juan Gutiérrez 30 y Lawrence Lewis 20 (FI) Alexis Elsener 10, Alejandro Konstadt 4, Tyler Field 3. - DT: Julio Lamas

Parciales: 15-25, 27-45 y 42-68
Árbitros: Osvaldo Bautista, Oscar Martineto
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”

Foto Majo Gil (mjgil@pickandroll.net)

Crónica: Pablo Tosal
En twitter @pablotosal
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