El orgullo de un león herido

El partido fue raro, porque en apenas 8 minutos y medio Peñarol sufrió la expulsión de su entrenador quien muy enojado insultó a los árbitros y se ganó irse muy rápido del juego. Desde allí Peñarol cayó en un pozo de cinco minutos que lo llevó a perder por 13 (25-12). El cielo milrayitas se había llenado de nubes negras, pero el corazón de un león herido despejó dudas. Se hizo fuerte como equipo, y aunque no jugó bien en ofensiva su defensa construyó una victoria muy importante. Kyle Lamonte fue clave con una catarata de puntos en el segundo tiempo.

El partido inició con un juego de rachas y a pura fricción. Boca salía a defender su invicto y Peñarol a cortar la mala racha. Fue 4-0 para el local luego 0-5 para Peñarol y nuevamente 4-0 para el local. Un autentico subi-baja era el partido en emociones, errores y aciertos.

Boca lo tenía encendido a O´bannon (5) y Graves (5) con Alston (6) ganándole el duelo a Leiva. Peñarol reaccionando meramente por los triples (uno de Campazzo, otro de Lauría y uno de Safar). La fricción del partido lo llevó a Sergio Hernández una serie de protestas que derivaron en su expulsión luego de que insulte a los jueces. El partido estaba muy caliente, muy hablado.

Enseguida llegó la reacción de Peñarol luego de tocar fondo. Perdió el primer cuarto 18-13 y llegó a perder 25-13 a los dos minutos y medio del segundo segmento, pero el tiempo muerto del “Tulo” Rivero, asistente de Hernández a cargo del equipo, para serenar al plantel y el ingreso de Kyle Lamonte fueron vitales. La velocidad del único extranjero de Peñarol compensó el estatismo de sus compañeros que solo apostaban al tiro de tres puntos como recurso salvador.

Lamonte no entró fino pero sus penetraciones brindaron 4 puntos, su movilidad complicó a la defensa rival y liberó mejor a los tiradores. En tanto, Boca perdió mucho con la primera salida de Alston y Stanic. El base y el pivote que habían dominado el inicio ya no se reencontraron en el campo. La defensa de Peñarol le puso mucha presión a la línea de pases y desconectó todo circuito ofensivo. Esta circunstancia defensiva se notó mejor en el segundo tiempo.

Los primeros 20 minutos terminaron con Boca siendo más que Peñarol, más prolijo, más vertical para atacar el aro mientras su rival debía recomponerse de la expulsión de su técnico y esa tendencia tan increíble de seguir tirando más triples que dobles.

Pero el comienzo del segundo tiempo lo dijo todo. Fueron tres dobles seguidos como flechas de Kyle Lamonte que llevaron a Peñarol a tomar el liderazgo del juego (33-34). Mientras la defensa iba construyendo un bloque impermeable, Lamonte hacía magia en el aro de enfrente. Oscar Sánchez le cambiaba la marca y movía piezas pero nada cambiaba.

Boca en ataque perdió la línea casi por completo, cayó en la anarquía y empezó a buscar soluciones por la individualidad. El mérito fue desconectar la sociedad Stanic – Alston y no permitirles rompimientos a O´Bannon y Graves. Así empezó a tomar cada vez más tiros forzados y no naturales.

Para el final del tercer cuarto el partido ya estaba en manos de Peñarol que lo dio vuelta con un recital de la “Cobra” Lamonte (14 pts y 7/7 en dobles en el 3er parcial) más un par de triples oportunos sobre el final de Leo Gutiérrez y Leiva.

En el último cuarto nada cambió. Como el partido ya estaba tácticamente en manos de Peñarol el campeón se sintió muy seguro del libreto a seguir. Dejó de protestar (el primer tiempo fue insoportable) y se dedicó a jugar. Mariano Castets le dio una buena mano a Campazzo para que los bases del equipo de Mar del Plata se adueñen del partido.

Stanic tomó la lanza e intentó con tres triples achicar la diferencia pero los erró. Oscar Sánchez probó con una doble base entre Brussino y Stanic con O´Bannon de alero pero nada le funcionó. Boca perdió la receta para jugar un pick and roll con ventaja en cualquier lugar del campo, más bien forzó cada lanzamiento y chocó en varias ofensivas. Así, desdibujado, Boca vio como su rival tomó 10 de ventaja 52-62 a falta de 3 minutos con un Peñarol super inflado en su moral.

En verdad 73 puntos no es un guarismo para ganar de visitante. En esta liga si se pretende ganar fuera de casa al menos hay que hablar de 77 para arriba. Pero Peñarol lo logró porque su defensa fue gigante, las equivocaciones de Boca muchas y la conjunción de ambos el triunfo “milrayitas”. Al final con Boca tirando desesperado de tres y Peñarol yendo seguro a la línea de libres, el cierre del partido fue un mero formalismo. Lo mejor ya se había vivido antes, en un partido raro, emocional, que le sirvió a Peñarol para cortar la racha negativa y de yapa cortar el último invicto que le quedaba a la liga.

Síntesis
Boca Juniors (65): Maximiliano Stanic 7, Larry O´Bannon 20, William Graves 9, Alejandro Diez 3 y Derrick Alston 10 (FI) Mariano Fierro 7, Lucas Barlasina 5, Marcos D´Elia 0, Juan Brussino 2 y Fernando Martina 2. DT: Oscar Sánchez.

Peñarol (73): Facundo Campazzo 9, Selem Safar 13, Nicolás Lauria 5, Leonardo Gutiérrez 12 y Martín Leiva 6 (FI) Mariano Castest 4, Kyle Lamonte 24, Alejandro Reinick 0, Franco Giorgetti 0 y Pablo Barrios 0. DT: Sergio Hernández (exp).
Parciales: 18-13, 33-28 y 65-73
Árbitros: Juan Fernández y Sergio Tarifeño
Estadio: Luis Conde

Foto: www.ligateunafoto.com

Pablo Tosal