Obras cazó al León enjaulado

Compartía una charla a puro básquet con mi amigo y colega porteño Matías Traversa y su observación me hizo reflexionar: “todos juegan a ganarle a Peñarol, es el Boca del básquet, si le ganan y más en Mar del Plata, pueden perder con cualquiera porque les cambia el humor”, me dijo. Días pasado había afirmado esto Martín Leiva a los micrófonos de Pick and Roll radio “todos quieren ganarnos y nos juegan motivados y a morir. Somos nosotros los que tenemos que aceptar estas cosas”.

Le recordaba a mi compañero que Peñarol, como pocos casos en el mundo, está sin sus tres titulares de mitad de cancha: Sebastián Rodríguez, Kyle Lamonte y Marcos Mata, que hasta hace un mes entrenaban juntos. Raro, pero aún así el equipo no se cayó a pedazos. Y gustos más, gustos menos, con discrepancias, con objeciones yo afirmaré: Lamonte es el mejor escolta de la Liga y Mata el mejor alero. Si quieren lo charlamos.

Lo cierto es que hoy Peñarol salta a la cancha con Campazzo (20 años), Safar (23 años) y Lauría (23 años) en su media cancha titular y se le exige como si fueran los estandartes. Y esto no es lo curioso, sino que los chicos respondan a este llamado como si en verdad lo fueran.

Anoche Obras Sanitarias jugó mejor que Peñarol y el resultado final no se condice con el desarrollo. En Capital Federal, diez días atrás ganó por 14 en un resultado más amplio de lo debido. Anoche fue al revés. Acaso no debió sufrir tanto pero Peñarol lo acorraló con el empuje y el miedo propio de Obras de que no se le escape un partido que tenía en el bolso.

Y para los muchos que vieron el partido (lindo marco en el Poli) habrán notado que hay cosas que no se pueden disfrazar: Peñarol le metió la voluntad y la garra de siempre, pero es difícil ganar siempre así. Obras jugó a taparlo a Leo Gutiérrez sin dejarlo mover (y Leo no tuvo un buen partido), Leiva fue contenido (y poco utilizado). Entonces las chances empezaron a reducirse. Y sacaron la cara Facundo Campazzo y Selem Safar, pero jugando a lo Batman y Robin parece más un acto de heroísmo que de básquet.

El partido se abrió con un juego de rachas. Obras atacó con Lewis y Juan Gutiérrez (7-12) y Peñarol contestó con un minuto pedido por Sergio Hernández y un furioso parcial 14-0. Llamó la atención que Lamas no parara el partido en la remontada de Peñarol, dejó que sus pupilos reaccionen y el local lo arrasó para dar vuelta el juego (21-12). Leo Gutiérrez mostró el camino, pero hubo gol en todos los titulares y buena circulación de balón. La defensa se cerró y Obras fracasó desde el perímetro (1/7 en triples)

En el segundo cuarto el “Tachero” mejoró ostensiblemente con los cambios. Encontró todo tipo de soluciones en los jugadores suplentes. De hecho la banca sumó 22 de los 39 puntos del primer tiempo. Afuera Osimani, Maye y Lewis que daban poco, fueron los nacionales los que levantaron a Obras. Lo de Ale Konsztadt fue brillante metiéndole presión a Campazzo y atacando con decisión el aro, Espinoza y Field le dieron fortalezas en las tablas y Elsener velocidad.

Peñarol se repitió en el dogma de tiro perimetral (creería que para el equipo de Sergio Hernández el tema del triple ya es algo religioso) y no le fue bien (2/9) con la problemática que jugando sin Leiva perdieron toda referencia cercana al canasto y terminaron el segmento con 0/4 en dobles.

En el inicio del tercer cuarto parecía que Obras le sacaba la distancia para liquidar el juego pero no logró consolidar los siete puntos de ventaja (42-49) y Peñarol que empezó el segmento errando cuatro triples seguidos ¿adivinen que hizo? Si… metieron luego cinco seguidos. Es el ADN del equipo que mata y muere del mismo modo. Con los tres triples de Campazzo, otro de Leo y uno más de Safar el “milrayitas” empató en 61.

Los titulares de Obras por fin sacaron la cara por el equipo y sumaron un tercer cuarto de muy buena factura. Maye con 9 pts, Juan Gutiérrez (9) y Lewis (4) alimentaron la ofensiva de su equipo para empatar el parcial en 26. Peñarol cerró el tercer segmento con 4/6 en dobles y 5/13 en triples, guarismos que sorprenden. Obras fue más ortodoxo y lanzó 9/12 en dobles y 2/4 en triples.

Para el tramo final del juego Peñarol cambió por primera vez el chip y decidió atacar el aro con penetraciones. Y cosa curiosa pero cuando fue para abajo a tomar tiros de mayor porcentaje erró cinco bandejas consecutivas. La defensa de Obras le invitaba el primer paso a Campazzo hacia el canasto para evitar el pase final. Dio la sensación que la apuesta defensiva de Lamas fue dejar la pelota en manos de Campazzo paro tomarlos al resto.

A falta de 4 minutos Obras sacó una ventaja más que interesante (69-77) apoyado en Konsztadt y Juan Gutiérrez, marchando por la avenida central hacia un triunfo cómodo. Pero Campazzo estaba empecinado en ganar y su empuje contagió a todo un equipo y un estadio. Leo Gutiérrez que lee muy bien el juego se dio cuenta que no era su noche (erró los últimos siete tiros de campo) empezó a alimentarlo a Campazzo como goleador (cambiaron los roles).

Y lo que parecía un imposible llegó. Hubo empate en 79 con un estadio que estaba en llamas. Peñarol jugando la heroica con la bandera levantada por Facundo Campazzo (28 pts, 7 reb, 8 asistencias, 4 recuperos). Obras había tenido un par de virtudes en el descontrol: Solidificó su canasto con el rebote defensivo, puso el balón en las manos más conveniente, pero cometió errores (5 pérdidas) malos tiros y la defensa de Peñarol que salió a buscar el partido todo el campo con presión recuperó pelotas desde la ansiedad del visitante.

Como diría el Indio Solari “Dios no está en los detalles de hoy” y cuando Campazzo tiró sus últimos dos triples para quedarse con el partido los erró. Diferente a Martín Osimani que jugó un partido discreto, superado por la marca, errático, definió el juego como un grande. Fue para abajo en la última bola, se apoyó en la marca, tiró igual con tablero y la metió.

Para un Obras que jugó a repartir el goleo, que aprovechó estratégicamente las ausencias del rival, que tuvo respuestas individuales alternativamente en varias manos, la victoria está muy bien. Debió sufrir porque del otro lado hubo un equipo que no conoce de renuncias y Peñarol con lo que tiene fue para adelante. A veces perder no es una mala noticia.

Síntesis
Peñarol (79): Facundo Campazzo 28, Selem Safar 17, Nicolás Lauría 9, Leonardo Gutiérrez 13 y Martín Leiva 6 (FI) Franco Georgetti 2, Pablo Barrios 3, Alejandro Reinick 1, Mariano Castest 0. DT: Sergio Hernández.

Obras (81): Martín Osimani 6, James Maye 14, Lawrence Lewis 8, Julio Mazzaro 7 y Juan Gutiérrez 16 (FI) Alejandro Konztadt 13, Alexis Elsener 6, Tyler Field 6, Pablo Espinoza 5. DT: Julio Lamas.

Parciales: 23-16, 35-39 (12-23), 61-65 (23-23), 79-81 (18-16)
Arbitros: Oscar Bautista y Sergio Guzmán.
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”.


Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.net)

Pablo Tosal
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