A los piedrazos. Sin sentido. Poniendo en peligro a mucha gente. ¿Los motivos? Incompresibles. Los de Obras sacudieron cascotes desde adentro del club (en el estacionamiento) y los Peñarol contestaron desde la Avenida del Libertador. Lo que había sido una verdadera fiesta, en la previa de la final y durante el partido, quedó opacado en la salida.
Uno grupo de supuestos hinchas de Obras fueron a buscar a la parcialidad de Peñarol. Hubo corridas y las piedras volaron con violencia. Habían pasado 15 minutos del final del partido y la policía debió cortar Libertador, un grupo de Infantería corrió y neutralizó a la gente visitante en el medio de la calle y las consecuencias no tardaron en aparecer.
Un par de autos rotos por los impactos de las piedras, y un dirigente de Peñarol herido. Se trata de Beto González, que estaba junto a su esposa en el estacionamiento de Obras, recibió un piedrazo (le dieron 8 puntos) y debió ser atendido en el hospital Pirovano.