Obras (0) – Peñarol (1) (Juego 2 – Final)

Después del inicio de la serie, la final tiene que ganar en riqueza, al menos la historia que en los playoffs nunca un partido es igual al otro tiene mucho de cierto. Habrá mejoras por parte de los dos y en los ajustes que se realizarán vive la previa del segundo partido.

Ya hubo un round de estudio que ganó Peñarol que dio vuelta la ventaja de cancha y solamente ganando los partidos como local (3) que tiene en su poder podrá consagrarse como campeón. Pero esto dice la teoría, la práctica es mucho más compleja, porque la localía no será en esta final precisamente un elemento decisivo. Los protagonistas lo saben.

Lo que sí ha cambiado después del primer partido es la mirada de la serie. Porque es inocultable que Peñarol mandó un mensaje, que Obras lo ha recibido y habrá que ver que acuse de recibo hace de ese mensaje.

Sigamos la siguiente pregunta ¿Por qué Sergio Hernández decidió jugar mayormente con Reinick en lugar de Leiva, más minutos de Ibarra en lugar de Campazzo en el primer tiempo, entre algunos movimientos diferentes a su versión más tradicional?

En principio no fue un problema de faltas, ni Campazzo ni Leiva llegaron a la tercera en el primer tiempo. Incluso Sergio Hernández ha sabido mantener a jugadores cargados con faltas si el partido lo ameritaba. En este caso, las respuestas más naturales que surgen del uso de la rotación que hizo el técnico de Peñarol son dos: 1) Está testeando la serie 2) Prepara el banco para una serie larga.

Profundicemos en esto. El tema de testear la serie lo puede hacer desde la conciencia segura de haber pasado por este stress de cargar con la final por cuarta vez de manera consecutiva y cuatro veces anteriores más. Hay una gimnasia muy entrenada en saber definir los tiempos de una final. Creer que la serie se termina en el juego 1 es un error que no comete. Tampoco lo hace Lamas, que tiene sobrada experiencia, pero Obras va cargando evidentemente con el peso de su primogénita final.

Tampoco testear significa arriesgar situaciones inverosímiles que puedan rifar un triunfo. El objetivo es ganar, pero en esa búsqueda está quien puede arriesgar más y quien lo hace en menor medida. Peñarol puede hacerlo y lo demostró. El “Oveja” necesita saber que respuestas tendrá de una formación y otra, cuánto daño puede hacer Obras ante diferentes formaciones en cancha.

Preparar el banco para una serie larga es un tópico difícil de explicar. Porque un banco se preparara en 44 fechas de la fase regular pero aquí la preparación no es para hacerlos mejores, sino acomodar a cada jugador en su lugar y saber con qué y cuándo se puede lastimar al rival. ¿Alguien podría anticipar si Reinick podría herir la defensa rival?. La jugada de la noche fue la penetración mano derecha de Pablo Barrios con pase picado para que Reinick termine con bandeja pasada a una mano. Barrios y Reinick al mismo tiempo casi no han jugado nunca en un partido en toda la temporada en ocasión de un juego que no estuviera liquidado. Y no tengo el dato pero creería que nunca jugaron juntos un tercer cuarto. Ibarra jugando más que Campazzo en el primer tiempo, otra vez Giorgetti jugando de escolta ante un perímetro bajo. Las pruebas fueron constantes.

Estas imágenes son elocuentes que hubo una voluntad de prueba, de testeo y de preparación de serie larga más arriesgada en Peñarol que en Obras.

Por su parte, Lamas fue más ortodoxo a la hora de establecer el partido uno. Dispuso que sus jugadores titulares lleven el peso del juego inicial.

También es una respuesta hija de una planificación de la final, el entrenador de Obras luego del diagnóstico que sólo él puede hacer de su propio grupo habrá determinado que en el juego 1 a la hora de buscar el partido debía hacerlo con el peso de sus titulares. Casi no tocó el banco en todo el segundo tiempo, salvo los obligatorios por las salidas de faltas de Fells y Field. Este condicionamiento de primera final en la vida de Obras pasó su factura. Esos 40 minutos los tenían que pasar y lo pasaron, la diferencia de experiencia en finales entre un plantel y otro es grande.

En el rubro estrategias, Peñarol se notó más entero con su plan de juego. Lo ejecutó bien y lo fue resolviendo de un modo más natural. Así sacó 17 puntos de ventaja. Lo más extraño que hizo desde lo táctico fue sin dudas su defensa zonal, convencional 2-3, que tiró en el segundo tiempo.

Sergio Hernández es un entrenador que prueba muchas variantes. Salió campeón en Estudiantes de Olavarría jugando zona 1-3-1 siempre de visitante. Lo ponía a Wolkowyski de arquero y preparaba de esa forma una salida formidable de contraataque. Pero en este ciclo exitoso de Peñarol casi no usa las zonas. Salvo casos muy raros o eventuales. En la noche del lunes, nada hacía prever o suponer que vaya a zona. Pero lo hizo.

Las zonas defensivas no siempre son para aprovecharse de la falta de tiro perimetral del rival, tampoco son exclusivamente para proteger mejor el rebote propio. A veces sencillamente son para cambiarle el ritmo ofensivo al rival. De esto sabe mucho justamente el técnico de enfrente: Julio Lamas tiene por regla muchas veces premiar a su equipo con defensas zonales detrás de una conversión. Si erran vuelve hombre a hombre. También lo hace para cambiarle el ritmo al rival.

El resultado final de todo este análisis es: Peñarol mandó el mensaje de la superioridad de temple para animarse a hacer cosas diferentes. Tuvo el dominio y el control de juego poniendo a Obras casi todo el partido en la incomodidad de forzar casi todo. Julio Mázzaro no se desprende de su marca, Washam se ve obligado a jugar mucho uno contra uno, Juan Gutiérrez debe alejarse mucho del canasto y son el tridente donde Obras apoya su estructura ofensiva. Con un agregado. Todo lo que le pasa al conjunto Tachero, para bien o para mal, pasa primero por las manos y la cabeza de Osimani. El uruguayo no anduvo 50 % por la marca y 50% porque no es Dios y a veces simplemente no anda.

Sin embargo me atrevo a decir que hubo solo 4 minutos cuando Obras se animó a ponerse en Plan “B” de manera evidente y hacer cosas diferentes. No las hizo por convencimientos ni por plan, sino por desesperación. Fue cuando Peñarol le sacó 17 de ventaja (60-77). Si Obras se suelta la serie puede tomar color.

Con este panorama servido en una mesa muy apetitosa se viene un segundo juego lleno de nuevas aventuras y situaciones dignas de ver. Los dos mejores equipos de la temporada todavía tienen mucho que decir.

Posibles formaciones
Obras Sanitarias: Martín Osimani, Julio Mázzaro, Tony Washam, Juan Gutiérrez y Darren Fells. DT Julio Lamas.

Peñarol: Facundo Campazzo, Kyle Lamonte, Marcos Mata, Leo Gutiérrez y Martín Leiva. DT Sergio Hernández

Hora: 22.00 (TyC Sports)
Árbitros: Alejandro Chitti, Fernando Sampietro y Oscar Britez
Estadio: Obras Sanitarias.
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Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.net)

Pablo Tosal
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