Facundo Campazzo Las charlas que tenemos en los hoteles. Después de partidos malos o buenos. Hay muchas cosas por corregir y él nos junta para hablar. Y antes de las finales nos juntó para ver cómo íbamos a afrontar los partidos. Yo creo que potencia a todos. A cada uno de nosotros. Es el motorcito nuestro. Y cada vez que juega, llama la atención y nos hace jugar mejor a los más malos. Nicolás Lauría Es inconformista. No se conforma con nada. Podemos ganar y jugar bien, pero siempre tiene algo que decir. Una crítica buena. A veces, por ahí te rompe un poco las bolas que te diga de juntarte al “toque” en la pieza, para hablar, cuando perdiste un partido y estás caliente. Pero tanto él como Martín (Leiva) tratan de hacer eso. Este año nos reunimos más que el año pasado, para ver qué nos estaba pasando, cómo podíamos mejorar los sistemas de juego, para que cada uno se sienta más cómodo en lo que tiene que hacer. Siempre sale de él. Suma muchísimo porque te hace estar siempre atento y no dormirte en los laureles.
Matías Ibarra Tiene un poder de intuición para detectar situaciones, como todo líder. Sabe cuándo estás muy relajado y no te das cuenta, pero él te lo hace ver. Por momentos, cuando pensás que es todo dramático, te hace minimizar situaciones. Esa intuición para abrirnos los ojos a tiempo, me llama mucho la atención.
Pablo Barrios Hace lo que hace un líder y capitán del equipo. Capaz que venimos de cinco de días estar juntos y al otro día comemos un asado. Y lo hace él. Hace unas mollejas terribles. En la comida misma charlamos un poco de básquet y después ya nos relajamos. Es algo lindo.
Alejandro Reinick Tiene una mentalidad ganadora que contagia a todos los demás. Siempre quiere ganar cosas. Tiene objetivos altísimos y se los propone día a día, partido a partido y entrenamiento a entrenamiento. Y a nosotros nos arrastra. Si estás al lado de alguien que ganó todo lo que ganó y jugó todo lo que jugó, no te podés quedar atrás. Te obliga a la exigencia. Él propone cosas y los demás tenemos que seguirle el ritmo.
Selem Safar Aparte de potenciarse él en momentos difíciles, potencia al resto. Te da tranquilidad y te eleva al máximo, por cómo es dentro y fuera de la cancha.
Marcos Mata Lo que veo yo es que, por ahí uno no se da cuenta que está relajado. No sé, ganaste un partido importante y después, pensás que estás metido, pero en realidad no. Vas al entrenamiento, entrenás fuerte y todo, pero es como que no estás haciendo las cosas bien. Y como dice Nico, a veces te rompe las pelotas que te diga algo porque vos creés que estás metido. Te lo marca bien y te lo hace saber. Por ahí te molesta, pero te ayuda a vos y al equipo. Nos guía a todos para el mismo lado Después llegás a tu casa, te ponés a pensar y decís “puta madre, tiene razón.
Por Bernardo Rolón y Ricardo Juan Fotos: Florencia Di Sciascio. Gentileza Diario El Atlántico