El final fue para el festejo. El juego fue emotivo y a Boca le costó. Festejar, disfrutar de una victoria en paz hubiera sido lo lógico. Pero a ésta gente no se le puede pedir lógica. Todo lo bueno que hizo dentro de la cancha se opacó ante la mirada de pocos, por responsabilidad de tres o cuatro supuestos “hinchas”.
Algunos personajes que habitan las populares de Boca no entienden que el llamado folclore del fútbol no es parte de un juego de Básquet. Y con la idea de “copar la parada”, tres jóvenes transitaron libre y tranquilamente por los pasillos del Luis Conde, se acercaron a la zona de prensa e intentaron robarle la bandera que identifica a la transmisión radial de Lanús, Soy Granate, encabezada por Juan Martinich.
“Increíble situación de violencia viví en La Bombonerita. Terminado el partido 3 barras se cruzaron y me robaron la bandera de la transmisión. Me increparon y se retiraron impunes por el campo de juego. Vinimos a trabajar y tenemos que sufrir un momento horrible”, relató Martinich en su cuenta de Twitter.
Sin presencia policial. Ausente, como ocurre últimamente en la Bombonerita cuando se lo necesita. Hubo tirones, empujones y algún cara a cara peligroso. Los que sí son simpatizantes del básquet de Boca repudiaron el accionar violento. Y los pibes saltaron de la popu hacía la cancha, cruzaron por el rectángulo de juego al trotecito y se retiraron plácidamente como si nada hubiera pasado.
Minutos más tarde, llegó la policía. ¿Tarde o ausente? Dos efectivos ingresaron a la cancha por la misma puerta que usaron los supuestos “hinchas” para salir segundos antes. Seguro los cruzaron en el camino. Pero. Acá no pasó nada. Parece ser un “siga, siga” sin sentido.
Finalizado el juego y mí trabajo. Casi 30 minutos después. Camino por los pasillos de Boca hacia el estacionamiento. Cerca de la sala de conferencias de prensa que está ubicada a metros de las canchas de fútbol en donde entrena el plantel profesional de Boca, y... ¿a quién me cruzo? A los pibes que apuraron y que trataron de robar la bandera del colega de Lanús. Si. Tranquilos, libres, caminando por el club. Impunemente.
Otra vez se empaña la fiesta. Fue ante la mirada de pocos y me tocó verlo de cerca. Una vergüenza.