“La mayoría de esos 700 partidos fueron con la camiseta que amo”

“No digo que soy buen ni mal jugador, sino que soy parte de un grupo selecto y privilegiado que ha tenido la suerte y la fortuna de jugar esta cantidad de partidos. Y la mayoría de esos 700 juegos fueron con la camiseta que amo. Soy un afortunado por los compañeros que tuve y por los planteles que me tocó integrar”. Del otro lado del teléfono, Bruno Lábaque suena emocionado. No son sólo sus palabras: su voz transmite sensaciones particulares mientras el base termina de desandar recuerdos. Y no es para menos: anoche, en el triunfo ante Olímpico de La Banda (82-81, con lo justo), jugó su partido número 700 en la Liga Nacional de Básquetbol.

¿Qué recuerda del debut? ¿Cuál fue el partido más emocionante? ¿Y el más triste? ¿Qué juego volvió a ver una y otra vez? ¿Cuánto lo marcan las “cagadas”, como él dice? ¿Cómo imagina un partido perfecto? Con Mundo D, Bruno repasó sus 700 juegos, de los cuales 623 fueron con la camiseta de Atenas(además, sumó 48 en River y 29 en Obras).

–¿Tenés muy presente tu primer partido en la Liga?

–Sí: contra Quilmes de Mar del Plata (nota: fue el 13/11/1994). Me hizo debutar “el Lomo” Ligorria, dos días después de mi cumpleaños.

–¿Qué recordás de ese juego?

–Íbamos perdiendo por 20 puntos y ‘el Lomo’ me puso 50 segundos o un minuto. Y pude hacer una bandejita: mis primeros puntos en la Liga (nota: el único doble que hizo en esa temporada).

–De esos primeros partidos, ¿cuáles son los recuerdos más fuertes?

–Más que de algún partido, tengo muy presente la sensación de compartir la habitación con Marcelo Milanesio. Era un ídolo para mí, y lo tenía ahí, me aconsejaba, me hablaba… No lo podía creer. Y fuimos pegando la onda y la relación que tenemos hasta hoy. Es lo que más me queda de esa primera etapa.

–De los 700 juegos en la Liga, ¿cuál fue el que más festejaste?

–El día de los libres decisivos en la final contra Boca, en la temporada 2002/03 (nota: fue el 25/6/2003 y Atenas se impuso 99-89 en dos suplementarios). Fue el primer año después del retiro de Marcelo Milanesio. Era mi primera temporada “solo” y esos tiros libres fueron muy emocionantes. Inclusive me perdí la primera parte del festejo por lo emocionado que estaba.

–¿Y el más triste o el que te dejó alguna espina clavada?

–Un montón. Cuando nos quedamos afuera con Independiente de General Pico y con Olimpia de Venado Tuerto, y las finales con Estudiantes de Olavarría. Perder las finales es lo más feo. Pero el más triste de todos no fue en la Liga: fue el que perdimos en Francia, contra el Olympiakos, en el McDonald’s Championship.

–¿Hay algún partido que volviste a ver muchas veces?

–El de la final con Boca. Me gusta verlo por lo que significó para mí, en un año en el que perdí a mi tío y a mi abuela. Aparte, la gente del club y yo sabíamos que era mi último partido antes de irme a Europa. Se juntaron un montón de cosas. Creo que fue el partido con más nervios y adrenalina. Además, fue un equipo que llegó a estar 13° y levantamos con “el Huevo” Sánchez. Fue un cierre de año redondito.

–¿Recordás algún juego en el que hayas sacado “un conejo de la galera”?

–Uno con Quilmes de Mar del Plata. Perdíamos por uno: “choreé” una pelota, me di media vuelta y la tiré para arriba. Entró con tablero y ganamos. Pero me acuerdo mucho más de los partidos en los que me mando cagadas que en los que juego bien.

–¿Como el de la patada a la pelota contra La Unión?

–Ese es el N° 1. A veces me hacen chistes y depende del estado de ánimo les contesto mal o les contesto bien, porque todavía no lo asimilé. Pero también me duele muchísimo cuando me dan la última pelota para que defina y no entra. Cuando te cuesta un partido, me doy manija y necesito varios días para que se me pase.

–¿Recordás algún vestuario especialmente feliz después de un partido de Liga?

–¿Uno solo? El de mi primer campeonato. Me acuerdo que lloraba y decía: “Pensar que yo antes iba al Corazón de María a verlos, les pasaba la pelota, y ahora estoy acá y jugué”. Y lo veía a Marcelo y no lo podía creer.

–¿Y qué significó para vos jugar en otros equipos de Liga?

–Es muy distinto cuando uno juega por la camiseta que siente y ama que cuando juega porque lo contratan. No es lo mismo cuando vestís la camiseta del club en el que te criaste y en el que hiciste las divisiones formativas. En otros equipos, vas y sabés que te puede ir bien o mal, pero con el correr del tiempo, muchos no se acuerdan ni quiénes pasaron por el club.

–Cuando estuviste en otros equipos, ¿qué representaba para vos jugar contra Atenas?

–Me acuerdo la primera vez contra Atenas: fue en cancha de River. Llegó la hinchada de Atenas, que viaja muy pocas veces de visitante, y menos a Buenos Aires, y tenían banderas y me cantaban. Después del partido subí a saludarlos y me cagaron a pedos en River.

–Y adentro de la cancha, ¿cómo vivías jugar en contra del Griego?

–Duro. Era raro, muy difícil. Jugar en contra, los mensajes previos, mi familia, mi viejo como presidente del club con una mezcla de sensaciones. Era muy extraño. Al principio no entendía nada, pero creo que hice un muy buen partido ese día con River.

–Si mirás hacia el futuro, ¿cómo imaginás un partido perfecto?

–Con Atenas peleando la punta. No quiero estar renegando como renegamos el año pasado o como éste. Quiero estar disfrutando más y quiero ver crecer a los más chicos, como Brunito Colli y “el Tomi” Ligorria. A Brunito yo lo tuve en brazos, y verlo cómo está jugando es algo muy fuerte. Partido perfecto es que Atenas gane y que él la rompa. No veo la hora de que empiece la segunda fase, para ganar y estar en los primeros puestos.

–Te faltan 15 juegos para estar entre los 15 jugadores con más encuentros en la historia de la Liga. ¿Cuántos partidos más imaginás que vas a sumar?

–No pienso mucho en eso. Voy disfrutando año a año, y por ahora estoy jugando muchos minutos y gracias a Dios no tuve lesiones. Ahora me cuido muchísimo y voy partido a partido. El día que piense que no puedo aportar algo o no disfrute en una cancha, seré el primero en dar un paso al costado. Hoy me siento con aire, bien físicamente, y lo disfruto. Pero sé que me queda poco. No sé cuánto.

–¿Y qué significa el hecho de estar entre los nombres que van a quedar en la historia de una Liga por la que pasaron jugadores muy grossos?

–Me da una felicidad muy grande por cómo lo vivo ahora, pero sobre todo por cómo lo vivía antes de ser jugador de Liga. Iba al Corazón de María, les pasaba la pelota a los jugadores y ahora soy parte de este grupo selecto de jugadores con muchísima cantidad de partidos: no digo que soy buen ni mal jugador, sino que soy parte de un grupo selecto y privilegiado que ha tenido la suerte y la fortuna de jugar esta cantidad de partidos. Y la mayoría de esos 700 partidos fueron con la camiseta que amo. Soy un afortunado por los compañeros que tuve y por los planteles que me tocó integrar. Ojalá pueda seguir subiendo para quedar en la historia de la Liga.

LOS NÚMEROS DE BRUNO

> Con 623 juegos, Lábaque es el tercer jugador con más partidos en la historia de Atenas en la Liga Nacional. Lo superan Diego Osella (943) y Marcelo Milanesio (848).

> El base está cuarto en puntos acumulados en el Griego, con 5.638. Lo superan Marcelo Milanesio (10.835), Diego Osella (10.608) y Héctor “Pichi” Campana (7.946).

> Bruno ganó cinco títulos de Liga Nacional con el verde: 1997/98, 1998/99, 2001/02, 2002/03 y 2008/09.

Gabriel Rosenbaun - Mundo D.