Ayer, el plantel de Quimsa tuvo día libre y Javier Mojica lo aprovechó para seguir descansando, tras noches de acción en Corrientes, donde Quimsa llegó hasta la final. El escolta boricua dijo que no hay que pensar más en el Súper 8 que se escapó, sino que deberán estar enfocados en el resto de la temporada.
“Ganar el Súper 8, un reto bien grande. Obviamente nos falta mucho en la temporada para llegar a las finales y eso es más grande todavía. Pero ahora sabemos que tenemos un equipo que puede jugar duro y llegar muy lejos. Ayer y durante el viaje de vuelta a Santiago, pensé mucho en lo que podíamos hacer y en lo mal que jugamos. Ahora tenemos que enfocarnos en el resto de la temporada”, fueron las primeras declaraciones del escolta boricua.
-¿Estás satisfecho con tu rendimiento? -Todavía no estoy satisfecho con el trabajo que estoy haciendo. Estoy trabajando para mejorar mi juego. Uno de los trabajos que hago es tirar la bola y en estos momentos, mi tiro no está llegando. Con mi tiro, el equipo va a mejorar.
-¿Por qué el 44 en tu espalda? -Desde High School (escuela secundaria) juego con la 44, desde el noveno grado. Cuando era chiquito, tenía la habilidad de terminar la jugada con una bandeja. Había un jugador que se llamaba George Gervin y el nickname que le dieron era Iceman. Él tenía el número 44 y de momento salí con ese número, que luego usé por muchos años.
-¿Vas a tomar algunas precauciones mañana por ser martes 13? -¿Por qué? ¿Qué es mañana?
-Es un día de mala suerte. -No creo en la mala suerte, ni sabía que mañana era un día de mala suerte. Mañana por la mañana tenemos físico, después tiros en la cancha y práctica por la noche. Mañana es otro día de trabajo, otro día para mejorar como jugador. Sólo eso.
-¿Crees en Dios? -Sí, mucho.
-¿Crees que Dios te ha recompensado después de los problemas familiares que padeciste durante tu infancia? (Su padre estuvo preso por el tema drogas). -Todo lo que pasó en mi vida, me ha permitido crecer como hombre. Si ven los juegos, yo siempre antes de empezar tengo los ojos cerrados, porque estoy rezando a Dios para que me dé fuerza para competir en este deporte.
-¿Cómo crees que los va a recibir la afición el viernes? -Jugar en casa es importante y obviamente tiene que ser con victoria para nosotros. Jugar en frente de nuestra fanaticada, que nos apoya en los malos y en los buenos momentos, es para nosotros un incentivo.
-¿Te dolieron los silbidos en Bahía Blanca? -Para mí fue algo bien triste, pero sé que es un trabajo y hay que seguir delante. Me dolió un poquito, porque si sabían lo que pasaba fuera de la cancha iban a entender la decisión que tomé para salir de Bahía. Nunca en mi vida me había pasado.
-¿Sentís que estás insertado en el grupo? -Creo que me he adaptado al equipo y a la ciudad. Ya sé lo que necesitan de mí para ayudar al equipo. Y todo el mundo me cae bien. Obviamente, con James Williams y Ramzee (Stanton) estamos en ese círculo, pero me cae bien todo el mundo. Tengo a Seba (Vega), que vive en este mismo edificio. Me cae bien Penka, que es una persona que tienes que tener a tu lado, porque él es de Santiago y es alguien que te va a enseñar mucho. Estoy feliz de tener otra oportunidad de jugar en la Argentina y más en un equipo como Quimsa, que me ha tratado muy bien.