Ella, Thais Scolari; él, Luciano Bitti. Los dos tuvieron a disposición toda la cabecera que da espaldas a calle Santa Fe. El Aprevide no envió efectivos para controlar el derecho de admisión, sabiendo que no vendrían visitantes. Aunque a la dirigencia local le había llegado que sí viajarían hinchas desde Mar del Plata. Y, en consecuencia, sumaron 16 efectivos de infantería, quienes se apostaron en el límite del pulmón.
“¡No hicimos nada!”, bromeó Tati, la hija de Scooby, fiel hincha milrayita. Su acompañante contó que estuvo viviendo en La Feliz. “A veces vuelvo. Allá tengo familia”, explicó Luciano, quien lució la 10 de Peñarol.