Hizo pie en el momento justo

El partido comenzó parejo pero con un hecho puntual y decisivo. La lluvia que caía en Mar del Plata desde la tarde y la alta humedad conspiraban contra el parquet del Polideportivo.

Al lado de cada banco de suplentes la dirigencia del club local proveyó una bolsa de resina para que los jugadores pudieran pasar sus zapatillas para tener una elemento de protección. Pero ya se sabe que cuando el piso no quiere, es muy dificil jugar.

Y lo fue. Tanto que cuando terminó el primer tiempo la sensación fue que la condición del piso desnaturalizó el juego. Los jugadores con la lógica preocupación de no patinar y lesionarse decidieron jugar más alejados al canasto, o mejor dicho, con menos rompimientos, con menos movimientos de desmarques que generó un juego frontal y de tiro alejado al cesto.

Fue eso o en verdad jugaron muy mal. Y quiero creer lo primero. Porque el primer tiempo los dos equipos lucieron lentos, trabados por las defensas de cada adversario y porque no había forma de hacer pie.

De lo contrario es difícil explicar porqué Argentino le cambió pelota por pelota a Peñarol en su casa. Argentino, un equipo de pobre porcentaje de tiro de 3 (34%) con jugadores que son “racheros” pero no confiables tiradores le tiró 14 triples en una mitad a Peñarol en su casa.

La idea original era otra. Como siempre fue ponerle la pelota a Lytch para que se genere juego desde allí. Pero otras vez hay que hablar de Leo Gutiérrez. Y no es que quiera redundar en adjetivos, pero es necesario: Leo lo dominó 100% al goleador visitante. Leo hizo un trabajo de manual, de como acomodar el cuerpo para frenarlo, de como pegarle en lo permitido, jugarle físico, esperarlo por un lado y sacarle la pelota por el lado opuesto. Con inteligencia sublime.

Y los compañeros de Lytch no anduvieron con sutilezas, tampoco lo esperaron tanto. Cuando se dieron cuenta que el extranjero goleador estaba en un cambio abajo que siempre, que era dominado por Leo, ya ni lo miraron. Alguna pelota al poste bajo para Carlwell y el 90% de tiros frontales al canasto. Con o sin oposición. Dependieron con mucha necesidad del tiro de tres.

Lo dicho, entre dos equipos que juegan de frente al canasto, que convierten el partido en un duelo de defensas y triples ¿quienes creen ustedes que va a ganar?

En el Polideportivo Argentino entró en el juego de Peñarol con suma facilidad y el milrayita se lo fue devorando de apoco. Hasta llega al 45-34 del final del primer tiempo. Mata, Leo, Safar, Campazzo respondían al llamado del tiro x tiro y estaban en su salsa.

Para el segundo tiempo la historia cambio. No sé si tuvo que ver pero lo voy a mencionar. El tiempo climatológico cambió, dejó de llover, entró viento caliente (así como ud lee) y el piso se secó. Las zapatillas comenzaron a rechinar de nuevo. Bien podría decirse que Argentino hizo pie un tiempo después.

Argentino volvió al plan original. Rompimiento y descarga. Hundir las ofensivas sobre el corazón mismo de la defensa local.

Y lo voy a mencionar no como pretexto de derrota sino como hecho real y significativo. Los jugadores de Peñarol están pidiendo un descanso a gritos. Leo Gutiérrez jugó un mal segundo tiempo. Se mantuvo en pista 30 minutos seguidos y descansó los primeros 5 del último cuarto. Cuando reingreso no pudo sortear la marca de Weigand.

Campazzo jugó los 40 minutos. Sobre el final fue una sombra. Atrás y adelante. Pero para ganarle a Peñarol en el poli hay que ser inteligente, aprovechar todo (Por ejemplo que el local tiro 7/31 en triples, 23% y 17/33 en libres, 52%). Peñarol luchaba contra si mismo primero y luego contra su oponente. Demasiados frente de batallas abierto.

Además de hacer formaciones incómodas como Rasio - Leiva en el tandem 4-5 que a Peñarol le sienta muy mal. La situación para el local se agravó cuando Fernando Funes se puso la capa de héroe y tuvo un 3er cuarto perfecto.

Funes metió una velocidad que Peñarol no estaba dispuesto a seguir. Fue para el aro como y cuando quiso. Metió 16 puntos hasta el 3er cuarto y fue clave en la remontada del Turco. Otro que sacó la cara en el momento justo fue Nicolás De los Santos quien mostró lo mejor en el 3er cuarto. Acompañado por Axel Weigand (siempre rendidor) Capelli puso en cancha un terceto que le rindió todo tipo de dividendos.

Peñarol quiso aguantar con defensas zonales para tentar al rival a que suicide con su impericia perimetral pero el Argentino del segundo tiempo fue inteligente. Y en solo un tiempo hizo los deberes para ganar. Ante la zona, movió el balón, entró y salió hasta que todo terminaba con una penetración o tiro cercano al canasto.

Cuando Argentino pasó al frente en el tercer cuarto (55-57) ya era inequívoca la sensación de paridad y partido de final con incertidumbre. Además Peñarol iba 5/12 en libres y 1/9 en triples en este cuarto. Viajaba a la línea de libres con porcentajes de olvido (o de dolor) y cuando quería solucionar algo por su acostumbrada vía salvadora de tres puntos no tuvo puntería. En tanto la visita cambió el chip. Dejó de tirar triples y fue para adentro. Rompimientos y sobre carga del rebote con 9/12 en dobles y 2/2 en triples en el segmento.

Los primeros cinco minutos del cuarto final, sin Leo Gutiérrez en el campo fueron de gestión absolutamente defensiva y con Rasio buscando el rebote ofensivo como un gladiador pero chocando en casi todas las posiciones con Leiva. El terceto Campazzo, Safar y Mata estaban apagados.

El tono de paridad del tramo final fue el denominador común. Pero es inocultable que hay jugadores en Peñarol que no dan más. Campazzo, Leo y Leiva son prueba de ello. Y Argentino tuvo toda la energía que le faltó al “Milrayitas”, por dos motivos claros: primero porque están bien preparados físicamente y segundo porque había un espíritu ganador, un deseo de ganar que los llevaba flotando por el parquet del polideportivo. Argentino entendió que se podía tomar la chance y la tomó.

Entre las cosas extrañas fue que Kavon Lytch habitual goleador y MVP de Argentino iba 0 puntos, cargado de faltas y su equipo estaba al frente. Terminó saliendo por faltas, frustrado y apagado, pero con su equipo ganando.

Las imágenes del final fueron emocionantes: ganaba Argentino 65-70 y llegó un triple de Safar más un libre de Leo (69-70). Luego perdió el balón De los Santos y la pelota le quedó al local a falta de 1:29.

Pero estaba visto que no era la noche de Peñarol Tuvo tiro con rebote ofensivo y las dos veces tiro un triple (errados ambos). Con tan solo un doble a falta de 30 segundos se ponía delante. Pero no tuvo piernas, apostó todo ganador a un tiro lejano.

Con más inteligencia, capturando el rebote defensivo ante tanto yerro local Argentino de Junín volvió a ganar en el Polideportivo. En el momento justo con el partido soñado. aprovechó la inteligencia y su coraje para quedarse con dos puntos de oro.

Síntesis:
Peñarol (70): Facundo Campazzo 15, David Teague 5, Marcos Mata 14, Leonardo Gutiérrez 12 y Martín Leiva 10 (FI) Lisandro Rasio 2, Selem Safar 12. DT: Sergio Hernández

Argentino (75): Nicolás De los Santos 9, Oscar Funes 19, Juan Cangelosi 9, Kavon Lytch 0 (x) y Brian Carlwell 11 (FI) Gastón Luchino 10, Axel Weigand 13, Cristian Amicucci 2, Kenell Sánchez 2. DT: Adrián Capelli

Parciales: 21-16, 45-34 y 57-62
Árbitros: Fabricio Vito y Juan Dinamarca
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.net)

Pablo Tosal
@pablotosal
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