Peñarol reencontró su camino

Tenía que ganar. Era demasiado pensar en un Peñarol con doble derrota de local cuando podía tener su equipo completo y descansado, pero el fixture, que no da respiro, le puso un rival de altísimo vuelo en frente. Y sufrió al menos 30 minutos hasta que con autoridad Peñarol supo resolver un juego muy luchado, que por largos momentos se habló más de lo que se jugó, difícil para los árbitros (impecables ambos todo el partido) y que se transformó en un buen espectáculo en términos generales.

La liga en estado puro. Mucha defensa, mucho scouting sobre el rival y acciones individuales para burlar los dispositivos defensivos. Peñarol y Boca regalaron un juego de fricciones que fue entretenido. Primero el local sacó una rápida ventaja (11-2) con tres triples (Campazzo – Teague y Mata). Pero Campazzo tuvo que salir por una molestia y al mismo tiempo Néstor García mandó rápido a la cancha a Daniel Santiago por Marcos Delia en apenas dos minutos de juego. Estas dos circunstancias juntas ayudaron a Boca a recuperarse y pasar al frente 15-17 con parcial 4-15.

Pero el “Milrayitas” tuvo un sprint final de cuarto que fue brillante. Lo cerró con parcial 14-3 de la mano de un encendido David Teague que empezaba a mostrar que esa sería su noche. Al contrario de lo que siempre sucede el tándem interior Leiva-Gutiérrez estaba contenido y con baja producción, era la media cancha la que le daba de comer a Peñarol.

En Boca nunca hubo tiro claro. Tenía muchos problemas para pasarse el balón y la mayoría de las resoluciones eran individuales. Y dentro de ese contexto Fede Van Lacke estaba muy apagado.

En el segundo Phillip Mac Hopson le dio a Boca mayor vértigo para romper por habilidad la primera línea defensiva y generar algunos huecos que la defensa de Peñarol no mostraba. Con Ale Diez como socio en el ala pivote y Santiago en el poste bajo, Boca emparejó la lucha y se puso abajo 31-29 luego de perder por 11.

Peñarol también se recostó en una zona y protegió su canasto de Santiago con ayudas invitando al tiro al rival. Campazzo aportó puntos y en el peor cuarto del juego Boca sacó leves ventajas (17-19). El entretiempo dejaba todo abierto 46-39 para el local.

En el tercer cuarto el tri campeón fue encontrando el partido por doble circunstancia: 1) el tiro de tres puntos, 2) la zona de Boca.

David Teague fue un verdadero asesino de espacios. Cada vez que tuvo el tiro con o sin oposición no perdonó con porcentajes sorprendentes. Metió 15 puntos en solo un cuarto y su primer doble en realidad fue un triple con el pie pisando un centímetro la línea de 3, por eso se lo dieron doble. Es decir intratable!.

Néstor García sabía que no podría sobrevivir en el partido sin su juego interior y tenía tempranamente cargado de faltas a De Groat y a Santiago. Pero dijimos que fue un partido hablado y de mucho roces. Faltas ofesivas, técnicos por hablar. No falto nada. Y “oliendo” como venía la mano, el técnico de Boca arriesgó con una zona aún con la mano incandescente de Teague. La apuesta era a cara o cruz. Y fue Cruz.

Teague no perdonó nunca. En el mejor partido desde que esta en Peñarol se mostró infalible en la corta y larga distancia, en la penetración, en la ayuda defensiva. Si hubiera que calificarlo anoche Teague tuvo un 10. por eso también anoche sus compañeros le pasaron el balón como nunca.

La monumental actuación de Teague, bien ayudado por su equipo, contrastó con la solitaria tarea de Daniel Santiago en Boca que no encontró socio perimetral para ayudar a su equipo. Stanic, Van Lacke, lo poco que jugó Migliori, Aguerre, Hopson, nadie. Boca era inofensivo con el tiro de frente al canasto. Y Peñarol no lo perdonó. Le sacó una máxima de 16 puntos 67-51 con mucha rapidez, situación que le permitió controlar el juego.

En el último cuarto Leo Gutiérrez terminó de ratificar que es humano, que a veces tiene juegos donde nada de nada le puede salir, por más que lo intente. Tischer que entró a sacar Santiago de la cancha lo consiguió con todo éxito. Sumó su quinta falta al tiempo que Santiago también lo hacía por un foul cruzado. Se pegaron de lo lindo.

Boca sin Santiago y sin De Groat casi todo el último cuarto solo le tocaba aguantar el final. Pero Peñarol no pudo repetir los guarismos perimetrales del 3er cuarto (5/5 en triples) y se deshilachó un poco. Y aunque nunca llegó a discutir el triunfo Boca dio batalla, aguantó con lo que tenía.

Apareció tardíamente Fede Van Lacke, quien (al igual que Hopson) nunca miraron el aro de tres puntos e insistieron con la penetración, facilitando la trampas defensivas del local. Stanic metió dos triples y Boca achicó a 8 (84-76) a falta de 2:25. Fue lo más cercano que estuvo. Campazzo, Mata y Leiva cerraron muy bien el juego para darle a Peñarol una alegría en un momento necesario.

Síntesis
Peñarol (97): Facundo Campazzo 20, Davi Teague 32, Marcos Mata 15. Leo Gutiérrez 6 y Martín Leiva 16. (FI) Matías Ibarra 0, Lucas Tischer 2, Selem Safar 4, Lisandro Rasio 0 y Fernando Podestá 2. DT Sergio Hernández

Boca Juniors (78): Maxi Stanic 8, Federico Van Lacke 15, Federico Aguerre 10, John De Groat 5 y Marcos Delia 0 (FI) Daniel Santiago 18, Phillip Mac Hopson 13, Franco Migliori 0 y Alejandro Diez 9. DT Néstor García

Parciales: 29-20, 46-39 y 73-56
Árbitros: Rougier - Alaniz
Estadio Polideportivo Islas Malvinas

Foto: Majo Gil (@MajoPick / mjgil@pickandroll.net)

Crónica: Pablo Tosal
@pablotosal
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