Peñarol recargado

Otra prueba superada, otro paso dado con una justeza impecable para Peñarol. Los duelos ante Regatas, Libertad y Lanús, todos ganados por amplio margen le dan la cuota de ilusión que necesita para encarar el tramo final de una temporada atípica. La derrota ante Sionista es un despertador justo para marcar que la irregularidad del equipo existe.

Para Lanús, con la posibilidad matemática de alcanzar a Regatas en la punta, el partido era de suma importancia. Vital también para probarse en una cancha donde este año ya se había ido con una derrota donde lo borraron de la cancha. Ambos jugaron cosas importantes y en verdad hubo un solo equipo: el local.

En el inicio se mostró clara la situación de juego con Lanús profundizando con Battle. Y después de las primeras dos conversiones la defensa lo miró más de cerca y más cerrada. Era el momento para que apareciera un perimetral y primero fue Adrián Boccia (6). Hasta allí, en los primeros 7 minutos y medio de partido el juego era parejo (13-10). Peñarol aunque apresurado en ataque tenía un buen balance defensivo y Campazzo manejando inicialmente todo.

Y la historia empezó a cambiar drásticamente después del tiempo primer muerto de Sergio Hernández porque su equipo cerró el primer cuarto con un parcial 10-2 en dos minutos. Campazzo - Mata y Leo, un tridente conocido por todos, se hizo presente.

La sequía de Lanús tuvo origen en los ajustes defensivos de Peñarol. Battle fue contenido por Martín Leiva librando una batalla fantástica entre ambos pivotes. Lo cierto es que una vez que Boccia salió del juego y Battle no pudo recibir el balón era el turno del perímetro de Lanús de entrar en escena y eso nunca ocurrió.

Nicolás Laprovíttola soñara con esta noche donde jugó su peor partido del año, no anotando puntos, sin poder pasar el balón (3 asistencias y 3 perdidas) y por sobre todo sufriendo en la vereda de enfrente a un incontenible Campazzo. Nico cuya dos únicas anotaciones de valoración negativa en toda la temporada fueron justamente contra Peñarol (anteriormente -4 también en el Poli) venía de hacerle un partidazo al mismo rival en el inicio del año en Lanús, donde anotó 20 pts y 24 de valoración. Pero esta noche sencillamente no estuvo.

Y con el base apagado, pieza fundamental en la estructura de Santander, tampoco hubo una rueda de auxilio ante la emergencia. Ni Lucas Pérez, ni Patricio Prato, ni Leonel Schattmann. Salvo Boccia que sumaba cómo y cuándo podía.

Con un perímetro inofensivo Lanús hizo lo que pudo. Contuvo a 37 puntos finales en el primer tiempo a Peñarol dándolo todo en defensa. Pero su ofensiva de 25 puntos no podría jamás lastimarlo al campeón en su casa. Santander buscó desesperado que el equipo reaccione y sobre todo no se desordene pero en una crisis ofensiva la terminó sacando barata en el primer tiempo con una distancia de 12 (37-25) que podría haber sido de más.

A Peñarol esos primeros 20 minutos le dieron gusto a poco, porque dominó bien pero en el segundo cuarto erró los 5 triples que tiró y eso le bajó el guarismo a 14 puntos en el parcial. Su conducta defensiva fue la que marcó la línea del juego. Con Tischer en un gran relevo de Leiva, con una media cancha de mucha velocidad para cerrar espacios y ayudar a sus internos. La defensa de Peñarol fue tan buena como carente de variantes la ofensiva del rival.

Algo que no sucedió en el tercer segmento. Peñarol encontró los tiros perimetrales que se le negaron en el segundo cuarto. Fueron 5 triples en el parcial en cuatro manos diferentes para abrir a la defensa del rival. Mata y Tischer tenían problemas en el poste bajo para convertir cerca del canasto, ante un buen cierre de Lanús, Leiva tenía acciones positivas (menos los libres) pero fue el perímetro el que apareció para darle gol al equipo.

En Lanús, también hubo algo más de gol pero cada vez que quería arrimar, Peñarol le metía un triple y con todo el esfuerzo de mantener distancia de 12 abajo se encontró por 16 al cierre del tercero (60-44)

El partido terminó en los primeros pasajes del último cuarto. Facundo Campazzo, que en el juego se lució con un par de acciones de otra liga, metió dos triples seguidos y al distancia se hizo de 22 (68-46). Desde allí los técnicos siguieron buscando intensidad, los jugadores variantes, pero todo estaba terminado. Llegaron luego los cambios y finalmente los juveniles. Estaba todo dicho.

El duelo de bases tuvo un ganador muy claro en la cancha que se trasladó a la sensación de cada equipo. Los 18 puntos de Campazzo marcaron el ritmo sostenido por sus compañeros que alternadamente fueron secundándolo. Del otro lado Lanús no mostró a ninguna individualidad capaz de sostener el partido cuando todo era cuesta arriba.

Peñarol dio una prueba de oro manteniendo la localía firme, después del mal trago de Sionista. Le vuelve a ganar a un rival directo y alimenta su ilusión en la recta final de la competencia. Lanús no encuentra la llave para hacer pie en Mar del Plata, yéndose otra vez frustrado sin poder mostrar el buen equipo que es.

Síntesis:
Peñarol (78): Facundo Campazzo 18, David Teague 8, Marcos Mata 14, Leonardo Gutiérrez 6 y Martín Leiva 8 (FI) Selem Safar 11, Lucas Tischer 4, Lisandro Rasio 7, Matías Ibarra 2, Julián Morales 0, Nicolás Madrid y Fernando Podestá 0. DT: Sergio Hernández.

Lanús (62): Nicolás Laprovíttola 0, William Mc Farlan 7, Adrián Boccia 14, Patricio Prato 6 y Robert Battle 8 (FI) Lucas Pérez 2, Facundo Giorgi 4, Marcelo Rodríguez 3, Fernando Matina 12, Carlos Schattman 6. DT: Silvio Santander.

Parciales: 23-12, 33-25 y 60-44
Árbitros: Alejandro Chitti y Julio Dinamarca
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”

Foto: Majo Gil (@MajoPick / mjgil@pickandroll.net)
Crónica: Pablo Tosal (@pablotosal)

www.pickandroll.com.ar