¿Se juega sin descensos?

A lo largo de la historia de la Liga Nacional los dirigentes han trazados una gran cantidad de transformaciones en el reglamento para favorecer la competencia. Sin miedos en la toma de decisiones han sabido modificar estructuras siendo el básquetbol profesional la disciplina que más cambios tuvo en los últimos 20 años.

Pero nuestra Liga nunca se había atrevido a tanto. Diez de los catorce clubes que hoy habitan en la categoría “A” quieren que se cierren los descensos “si o si”.

Los que son partidarios de continuar con el sistema de descensos (aunque bajando el número a uno solo) son Boca, Peñarol, Atenas y Regatas. El resto quiere cerrar la competencia. Por esto mismo en estos días se efectúan en Santiago del Estero reuniones privadas entre un sector de presidentes de Clubes para trabajar en la medida. El tema es muy complejo y va más allá del área deportiva.



¿Por qué los clubes quieren cerrar el descenso?.

En primera instancia para frenar la suba de salarios de los jugadores nacionales y extranjeros. Además el sistema deportivo lleva a que al menos 3 o 4 clubes por temporada echen a sus técnicos buscando un cambio de rumbo para poder frenar una caída que los llevaría al descenso. Esto deriva en terminar pagando hasta dos salarios de entrenadores por temporada. Este año Obras, Libertad y La Unión ratificaron que nadie esta exento de esta posibilidad de pelear abajo, incluso con altos presupuestos. El miedo como ejemplo es eficaz.

En segundo término a comienzo de este 2013 hubo un llamado de atención muy grande cuando La Dirección Nacional de Migraciones del Ministerio del Interior de la Nación metió sus ojos en los extranjeros que venían de “vacaciones” al país por más de 3 meses. Los clubes saben además que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) esta con un sistema de control estricto nunca antes visto. Y es tiempo que el básquetbol profesional emprolije definitivamente sus cuentas.

Para que los clubes tengan un proceso de adaptación y regularización de papeles y quede todo ordenando deberán gastar un dinero que hoy no tienen.

Como el 30% (aproximado) del total del presupuesto se va en el gasto operativo (hoteles, traslados, comida) es imposible que ese sector de erogación se pueda disminuir. Al contrario, sube inexorablemente cada año al ritmo de la inflación.

A los clubes le quedan dos salidas: generar más ingresos o achicar los gastos de salarios. Las empresas en términos generales cuando se ven en que sus números están en rojo echan trabajadores. Acá no pueden porque el reglamento del básquetbol profesional les exige el número de trabajadores. En ese sentido es diferente a una empresa, pero lo que su pueden hacer es bajar el nivel salarial de esos trabajadores para emprolijar los papeles tributarios.

Con un sistema de descensos cerrados el problema de reducción de salarios quedaría controlado. Los clubes que quieran luchar por el campeonato podrán pagar lo que quieran por ser campeones, los que no vayan por el título no estarán obligados a gastar una suma importante de dinero en contratar jugadores porque el peligro de descenso no existe.

En este punto es donde el hincha común e incluso el periodismo discute cómo afectará deportivamente realizar una competencia sin riesgos de descensos. Las variantes son muchas y puntualizarlas es una trabajo interesante pero dentro de la competencia deportiva hay un bien tangible que aún no se ha cuidado nunca: los clubes.

Los jugadores, los entrenadores y los agentes son los mayores beneficiados del actual sistema de disputa. A diferencia de las normas que se dictan en la economía dentro de una competencia como la Liga Nacional el valor lo pone la oferta y no la demanda. Vale decir, los jugadores cotizan por arriba de lo que los clubes están dispuestos a pagar.

¿Y por qué los pagan? La razón más sencilla es porque pueden y segundo por miedo a no tener un equipo competitivo. Pero dentro del “pueden” se esconde lo siguiente: pueden pagarlo en relación del detrimento de otras áreas de estructura de la competencia. Incluso los jugadores han tomado con tranquilidad y normalidad el atraso en sus haberes. Y muchos de los jugadores saben que si sus clubes no llegan a una instancia deportiva alta es posible que haya riesgos de poder cobrar su sueldos.

La cúpula dirigencial de la Asociación de Clubes encabezado por el Contador Eduardo Bazzi advirtió una y mil veces las consecuencias nefastas de pagar suma siderales de dinero en algunos contrato de jugadores. En la Argentina es muy eficaz el sistema de control administrado desde los estamentos corporativos de árbitros y jugadores, que lograron generar el sistema de pagos de deudas a través del Certificado de Cancelación de Deudas.

No obstante los clubes fueron cada vez más alto en los presupuestos y cada vez más arriba en sus deudas. En este punto la AdC se quedó sin ningún tipo de respuestas y control al respecto. Ahora los clubes están tomando la iniciativa de control de gastos con el pedido (en realidad la exigencia) de jugar en una competencia cerrada.

Para los que abonan la teoría de que es imposible abandonar el actual sistema deportivo descensos el latiguillo preferido es “que nadie les pone un revolver en la cabeza a los dirigentes a la hora de firmar un contrato. Lo hacen porque quieren”. A esto los dirigentes responden que eso es una falacia: El valor del mercado no lo ponen los clubes por el contrario lo sufren ellos.

Para que prospere una liga de descensos cerrados en la próxima Asamblea los clubes deberán votarla por mayoría simple. Son 16 votos de “A”, 8 de TNA. Es decir que sobre un total de 24 votos posibles los que proponen cerrar la liga deben juntar al menos 13 votos. Y hoy son diez.

De todos modos, lo que averiguó Pick and Roll es que independientemente de la votación habría un planteamiento de imponer la propuesta o que la temporada 2013/14 no comience. No al menos con estos clubes “disidentes”. Se sospecha también que los dos clubes que asciendan esta temporada votarán a favor de cerrar la competencia.

Los anexos de la propuesta de cerrar los descensos son muy interesantes porque se establecen una cantidad de normativas y obligatoriedades que tienden a generar estructura y mejorar la competencia (Marketing, mejoras edilicias, infraestructura, profesionalización de áreas, reformulación de plantillas, etc.). Los sistemas de control para que ello ocurra son los que más deberán discutirse.

Lo que se ha charlado en principio del total del tiempo que dure la competencia cerrada serían inicialmente dos años.

Con respecto a lo que se hará con la segunda categoría de nuestro básquetbol profesional (TNA), donde muchos ven una muerte prematura de la competencia hay que aclarar que la idea es de aumentar el número de participantes de “A”, por eso la propuesta habla de eliminar descensos pero no de eliminar ascensos. Podrían ser dos ascensos por año igual que hoy hasta llegar a 20 equipos.

En los próximos días se develarán los detalles de este anticipo que hoy salió a la luz sobre la idea que encabezan algunos clubes pero que sin duda está tan fuerte en la unión de los dirigentes que lo proponen que no se visualiza ninguna otra salida que no sea la expuesta.

Pablo Tosal
@pablotosal
www.pickandroll.com.ar