Lamentablemente el quinto juego semifinal tuvo una previa con serios incidentes. Un hecho vergonzoso que no se debe repetir en Corrientes, ni en ningún punto del país. El colectivo que transportaba a la delegación de Boca fue recibido con una lluvia de piedras en su ingreso al Parque Mitre.
El micro sufrió la rotura de varios vidrios y lesionó a un par de jugadores, entre ellos, Alejandro Diez y Maximiliano Stanic. El que sufrió las mayores consecuencias fue el primero con un corte en la espalda. “Había un grupo de jóvenes que estaban tomando en ese lugar y empezaron a pegar el colectivo y después llegaron las piedras”, dijo el ala pivote del xeneize. “Cuando me di vuelta para protegerme de los vidrios me corté la espalda. Fueron varios minutos porque el colectivo frenó y la custodia policial, un vehículo que estaba en el frente, fue escasa”.
El jugador también dijo que “en un momento pedimos que abran las puertas para bajarnos y defendernos, teniendo en cuenta que además de los jugadores había algunas familias como la mujer y el hijo de Santiago, que apenas tiene 5 años”, culminó.
Los responsables de las agresiones fueron demorados por los efectivos de la Policía de Corrientes que llegaron tarde al lugar y reprimieron a los vándalos con balas de goma. Después acompañaron al plantel bo-quense, junto a unos 70 simpatizantes visitantes, hasta el estadio “José Jorge Contte”.
La policía llegó al lugar del hecho 5 minutos después de que los violentos lograran su cometido. Ineficacia de control policial para un partido que estuvo caratulado como de Alto Riesgo por el COPROSEDE Correntino.