Diego Romero habló sobre todo tras su regreso a Quilmes. El por qué de su demora en la contratación, la pretemporada, el armado y su rol en el plantel, el regreso del clásico en una charla con el pivot del Tricolor.
- ¿Cúales son las primeras sensaciones en el regreso a Quilmes?
- Muy contento. En mi anterior paso por el club me trataron muy bien y me encontré con lo mismo. Me están cuidando desde mi primer día y eso a uno siempre lo pone bien. Obviamente esta etapa de pretemporada se hace larga y más cuando se atrasó el comienzo del torneo, pero la verdad estoy muy contento.
- ¿Continuaste entrenando durante el receso? ¿Se siente el cansacio los primeros días?
- Salvo las últimas dos semanas no dejé de entrenar desde el final de la liga pasada. Me siento bien, sin ningún dolor, si un poco falto de aire que es lo normal y también de kilos, que es algo que siempre trato de hacer. Cada comienzo intento llegar flaco para después no tener problemas de dolencias ni lesiones cuando arranca la parte dura de entrenamiento.
- Hubo mucha incertidumbre y ansiedad por conocer tu decisión y tu futuro. ¿Cuál era la situación? ¿Estabas esperando una oferta del extranjero?
- No había ningún misterio. Yo tanto a los dirigentes de Quilmes como de Gimnasia les comuniqué que dos equipos de Brasil me habían pedido una prórroga para mejorar su oferta. Nada más que eso. Es más, cuando hablé por primera vez con los dirigentes de Quilmes les dije que no quería que me esperen para que justamente no suceda esta situación de incertidumbre. Al igual que en Comodoro, les dije exactamente lo mismo y contrataron otros jugadores en mi puesto. Yo no me considero lo suficientemente importante como para que alguien me esté esperando. Si después quedo colgado o sin club es un problema mío y por culpa mía. En ese sentido la dirigencia se portó muy bien, lo entendieron y luego cuando me decidí por suerte salió todo redondo.
- Ya ahora acoplándote al grupo, ¿cómo te recibieron?
- Conocía a la mayoría de mis compañeros y me recibieron bárbaro. Haber hablado antes con ellos fue una de las cosas que convenció de venir. Sabía que se iba a formar un buen grupo, y también me hablaron muy bien del entrenador y el cuerpo técnico. En una liga que dura 10 meses es importante crear un buen grupo de trabajo, que a la larga es lo que termina inclinando la balanza.
- Venís de jugar en Gimnasia con tres extranjeros y ahora llegas a un Quilmes que por el momento no tiene ninguno. ¿En qué influye esta situación a la hora del armado del grupo?
- Jugué varias veces con tres foráneos. Y depende mucho de la calidad humana que puedas conseguir. El año pasado te lo puedo decir y disculpa el exabrupto: “eran de puta madre”. Tres grandes personas, tanto Jason (Robinson) como David (Jackson) y Kahiem (Seawright). A pesar de ser ya grandes y tener sus cosas, laburaron siempre a la par y formaron parte del grupo. También me ha tocado lo contrario: jugar con tres extranjeros y que sean justamente eso, extranjeros. Cada uno por su lado, hacen lo que quieren, no se les puede decir nada. Si a la mañana no quieren entrenar no van o al mínimo dolor no juegan. Tengo la experiencia de los dos casos. Yo soy partidario de jugar con uno solo. Creo que con un buen grupo de nacionales más uno alcanza. Por ahora estamos bien armados. Los partidos y el tiempo dirán si lo necesitamos y en qué posición. Por lo que vi en los primeros días de entrenamiento tenemos muchas variantes, con dos juveniles que juegan como mayores, así que vamos por un buen camino.
- Y dentro de este plantel te tocará ser uno de los hombres de experiencia. ¿Te sentís cómodo con esa situación?
- Lo tomo como algo natural que viene con los años. Ya los últimos años en Gimnasia me tocó serlo y no me va a sorprender tener que hacerlo en Quilmes. Por suerte también están Maxi Maciel, el “Pájaro” Marín, Mario (Ghersetti) que tienen experiencia y con ellos creo que tenemos claro que hay que ayudar y guiar a los más chicos en su proyección. Por suerte hay una buena base de juveniles. Además de que entiendan que esto no deja de ser un deporte. Siempre intento explicarles eso: si se divierten en el grupo, van a hacerlo dentro de la cancha y las cosas le van a salir mejor.
- Hay una anécdota de tu paso en la temporada 2007/8 en la cual tu hermano Sergio* vino de visita a Mar del Plata para un clásico. Habían perdido los primeros y con el en la tribuna finalmente llegó el triunfo. ¿Ya estás en tratativas para traerlo de nuevo?
- Es la idea (risas) pero ahora se complica mucho más. En aquella época tenía más tiempo libre, no era jugador de selección. Pero en alguno de esos viajes que viene a Capital a jugar vamos a ver si lo podemos traer a Mar del Plata que no le queda tan lejos. No creo que sea fácil, pero ojalá venga y tambien se de en un clásico con triunfo.
- Y justamente hablando del clásico ¿te seduce volver a jugarlo?
- Siempre. Es el partido más importante de Argentina. Muchos lo toman como un partido entre equipos de una misma ciudad pero la realidad es que está toda la Liga pendiente de cuándo se juega, de que si lo televisan, del público, el color de las hinchadas. Aunque algunos lo digan para adentro, todos miran el clásico. Por ejemplo, en Comodoro los días que se jugaba poníamos el horario de entrenamiento más temprano para poder verlo. Es muy importante para la Liga, no sólo para Mar del Plata, que el clásico vuelva y esperemos sea una gran fiesta.
- ¿Cuándo es la idea del cuerpo técnico arrancar con el básquet y finalizar la pretemporada?
Espero que sea mañana (risas). Por suerte a la mañana estamos haciendo un poco con pelota, para ir integrando la idea de juego, pero seguramente tenemos 10 días por delante de correr y esfuerzo físico. Ya más adelante empezaremos con los sistemas pero aún nos queda una última parte de pretemporada que será importantísima para la puesta a punto.
Foto: Diario El Atlántico. Fuente: Martín Segura - Esto es Quilmes