A Peñarol no le sobró nada para ganarle a Lanús 76-69 y cortar la racha de derrotas. Esta versión del “Milrayitas” tenía como premisa ganar y lo logró a puro sacrificio. Adrián Boccia fue la figura en un equipo que, deslucido, impuso jerarquía contra un voluntarioso Lanús.
Autor:Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.net)
Peñarol sin Campazzo va a otro ritmo. Eso es más cantado que el himno, es imposible reemplazar a uno de los mejores bases de América. Ahora ¿es solo eso?. Peñarol está en otro ritmo y Lanús, un equipo de limitaciones, con un tercio del presupuesto del multicampeón marplatense lo complicó al extremo en su casa.
Es bueno ir atendiendo los problemas de Peñarol que se desnudan ante la ausencia de un hombre que suele tapar todo a puro talento. La dependencia de un jugador es patrimonio de cualquier equipo del mundo, pero la ausencia de Campazzo le ha quitado a Peñarol toda su frescura en ataque. Perdió tres partidos seguidos y sudó hasta la última gota ante Lanús de local. Eso no es casualidad.
El juego se inició con un parcial de 0-13 que hacían sonar todas las alarmas del polideportivo invitando a Peñarol a desperar del letargo. Minuto del "Tulo" Rivero y vuelta a empezar pero 13 abajo. Lanús lució efectivo en ataque, repartiendo el goleo en diferentes manos, metiendo todo y aprovechando que Peñarol erró todo lo que tiró y perdió balones (dos de Leiva y una de Boccia).
Después del minuto la reacción lo llevó a meter un parcial 8-0 con Gabriel Fernández por Leiva (sin dudas el jugador que más siente la salida de Campazzo). El cierre del primer cuarto se equilibró por la salida de Kavon Lytch con dos faltas y el tanteador se cerró a 17-21.
Para el segundo cuarto Peñarol continuó con la mejoría defensiva y logró muchos tiros forzados del rival, rebote y .... nada. No hubo "punch" en ataque para rematar la gestión defensiva.
Tibio, con escasas ideas más que el recurrente tiro de tres puntos, Peñarol luchaba atrás y la "timbeaba" adelante. El técnico de la visita confió en Ariel Eslava que rindió con creces pero tuvo que rotar a sus extranjero entre sí por sus problemas de faltas.
Lo de Lytch merece un párrafo especial. Ya la complicó toda en Bahía cuando Lanús ganaba por diez. Se peleó con el público, se ganó una técnica, tuvo que salir. Desdibujó al equipo. Hizo lo mismo contra Quilmes. Hilvanó él sólo un parcial 17-0 pero se peleó con la platea, técnico y al banco. Con Peñarol hizo lo mismo. Es por escándalo el jugador ofensivo más talentoso del equipo pero se pierde en peleas, con los rivales, el público y los árbitros. Conspira todo el tiempo contra su equipo más de lo que lo ayuda.
Lanús es un equipo de bajos recursos individuales en ofensiva. "Si no defendemos a morir no podemos ni presentarnos a jugar" le dijo Miguel Volcan Sánchez a Pick and Roll Radio acaso exagerando la situación par graficar que son un equipo de bajo goleo.
El final del primer tiempo fue favorable a Lanús 33-35 habiendo ganado el parcial Peñarol 16-14. Los números de los primeros 20 minutos hablaban: el local tiró 9/15 en dobles y 3/16 en triples. Una relación entre dobles y triples tirados que solo tiene Peñarol en casi toda Sudamérica. Y lo hace sin ningún tipo de problema, es su ADN.
Para el tercer cuarto se vio lo mejor de Peñarol en todo el partido. Apoyado en el tridente Giorgetti (6 pts) , Boccia (3 asistencias, 2 recuperos) y Leo Gutiérrez (10 pts) tuvo gol en diferentes posiciones, pases, tiros limpios. Además Leiva, tan vital en la estructura, empezó lentamente a entrar en juego. El equipo del Tulo Rivero con los titulares encontró una buena dinámica ofensiva.
Lanús por su parte no se quedó atrás. Apareció más suelto Orresta, más parecido al conductor del Estudiantes del TNA, que se hizo firme dueño de su equipo y encontró a Julio Mázzaro en llamas que cumple así su cuarto juego consecutivo con buen caudal de gol. Metió 10 puntos en el segmento de los 18 de su equipo para que Lanús entrara abajo al último abajo solo por 56-53. En ese segmento no hubo noticias de Proby y Lytch jugó casi nada porque metió la cuarta falta apenas entró.
Después de un comienzo muy equilibrado (59-57) Se abrió una ventaja interesante para Peñarol promediando el último cuarto (66-57) básicamente apoyados en la producción de Boccia y teniendo a Leiva como apoyo en la zona pintada.
Sobre el cierra era evidente que Lanús no tenía herramientas para alcanzarlo a Peñarol, pero fue el propio Milrayitas que conspira contra si mismo. Ganaba 74-65 y Lanús logró ponerse a 5 (74-69) con dos recuperos y corrida a falta de un minuto y medio. No obstante otra vez via Boccia el equipo cerró bien el juego y se quedó con el triunfo. Lytch entró tuvo su duelo con Leiva, falta y falta y afuera el extranjero.
Quedará para Peñarol la sensación de beneplácito de la victoria. Haber cortado la racha negativa y saber que el equipo esta dispuesto a pelear. Pero esta lento, sin la chispa o la impronta que Campazzo proponía y sin formas de suplantarlo (por eso la llegada del extranjero en la posición del 1-2). Para Lanús queda la certeza que a pesar de jugar sin Salles hizo un partido muy serio, muy lógico y que será un milagro si llega a los 80 puntos: lo suyo es luchar, aunque a veces con eso solo no alcance.
Síntesis Peñarol (76): Matías Ibarra 5, Adrián Boccia 20, Franco Giorgetti 12, Leonardo Gutiérrez 18, Martín Leiva 9 (x) (FI) Gabriel Fernández 2, Axel Weigand 2, Isaac Sosa 8. DT: Fernando Rivero.
Lanús (69): Sebastián Orresta 13, Julio Mázzaro 21, Federico Ferrini 2, Kavon Lytch 12 (x) y Demetrius Proby 9 (FI) Ariel Eslava 12, Martín Cuello 0, Germán Fernández 0, Lucas Chaves 0. Dt: Miguel Volcan Sánchez
Progresión: Peñarol 17-21, 33-35, 56-53 y 76-69 Árbitros: Ramallo-Dinamarca Estadio: Polideportivo Islas Malvinas - Mar del Plata
Fotos: Majo Gil (@MajoPick)
Crónica: Pablo Tosal (@Pablotosal) www.pickandroll.com.ar