Huevo Sánchez: “Algún día quiero jugar para campeón”

La chance de Oscar Sánchez se hace esperar. Esperar y desear. Porque con 55 años y a pesar de que en marzo del año pasado tuvo que desacelerar por una diverticulitis, Huevo quiere volver a sentir la adrenalina y la responsabilidad de dirigir en la Liga Nacional. Aunque, como lo explicará en esta entrevista con “La Nueva.”, no a cualquier precio.

“Tenía muchas ganas de dirigir pero me jugó una mala pasada un problema lumbar de columna que tengo. No puedo resistir más. Es una vértebra desplazada que me agarró mal... Me estuve tratando y haciendo todo lo posible, pero llegó un momento en que no daba más”, cuenta Huevo.

“En su momento me llamaron Atenas y Quimsa y para colmo tenía el campus y me parecía que no era correcto hacer las dos cosas a la vez. Dije que 'no´. Después me recuperé, pero me tengo que operar. Ahora mejoré en un 70 por ciento con una inyección de corticoide que tiene para un mes de duración”, explicó.

Atenas fue la más firme chance que tuvo recientemente, pero se frustró.

“Apareció nuevamente Atenas y no llegamos a un arreglo con Felo (Lábaque). Me llamó y me dijo 'te necesito, necesito que vengas'. El siempre llama. Con Atenas tenemos un feeling y una química... Todos los años me llaman. Las dos veces que jugamos en una salimos campeón y en otra subcampéon. Yo sé que Atenas es difícil, que es como caminar por las brasas, pero me gusta”, afirmó el entrenador bahiense.

--¿Y qué estás viendo de la Liga?

--Está claro que su nivel bajó un 30 o 35 por ciento. Se ve lo que es la presión. No puedo juzgar a entrenadores nuevos o a equipos, pero está muy claro: hay técnicos que son muy buenos y lo están haciendo muy bien, pero queda la incógnita, porque dirigen sin presión. La presión quedó determinada en los equipos que juegan para campeón. Lo sintieron. Porque el mismo Obras, Quimsa y Atenas sintieron la presión y van décimos. Y los que no la sintieron van mejor. Por caso Quilmes, Gimnasia, (Estudiantes), Concordia. A mí me pasó en Boca: cuando vos jugás por el descenso, por más que tengas cinco mil partidos como técnico, tenés un c... impresionante.

--¿Le hará bien este período de dos años sin descensos a la Liga?

--Para nada. Esto no le hace bien porque le resta interés a muchas franquicias donde el año que viene el error es doble porque habrá dos equipos más. Es decir habrá 18 clubes y no hay en la Liga jugadores para esa cantidad. ¿Vos creés que en la Liga hay 18 pivotes o 18 bases? Por ahí los clubes que hoy juegan para campeón, la próxima temporada salen décimos. Y esos equipos quedan dos millones abajo. Entonces para ponerse al día dirán 'que juegue el cantinero'. Estoy convencido de que esto es un paso atrás. Siempre debe existir una pasión, algo por lo que luchar. Pero bueno, los clubes quisieron demostrar poder y lo tuvieron.

La frase de su hijo Alejo: "Parecés Caruso Lombardi"

--¿Arrancaste yoga?

--Tengo que hacer yoga para elongar, más allá que lo mío es un problema mecánico, porque tengo una vértebra desplazada que me agarra el nervio ciático y no puedo estar parado. Yo puse una foto en joda en Facebook, pero al lado hay otra en la que estoy dirigiendo. Y asusta, estoy sacado. Pero eso es adrenalina, pasión...

--En el fondo, lo que extrañás.

--¡No tengas dudas! Marisa no quiere que dirija. Pero yo voy a dirigir, lo lamento por Marisa. Quiero dirigir.

--¿Estás dispuesto a dirigir desde el inicio de temporada?

--Esa es una pregunta bárbara. Es un problema que tengo yo en mi cabeza. Me gusta dirigir pero no me gusta ausentarme mucho tiempo de mis hijos. Mi carrera tiene que ser digna. Y digno es: elegir, empezar, entrenar y terminar. Creo que voy a empezar la Liga, porque es lo correcto. Sino, como me dijo mi hijo Alejo: 'Papá, parecés Caruso Lombardi'.

--Tenés una contra: con la anulación de los descensos... (interrumpe)

--Ojo pero para mí es mejor. Yo este año no agarré Libertad porque me dijeron que querían estar a mitad de tabla. Y yo, algún día, con todo respeto, quiero dirigir a Campazzo, a Quinteros... Quiero jugar para campeón. Ya cumplí mi derecho de piso. Con respeto a los grandes entrenadores, antes el que ganaba era el que tenía a Milanesio y a Campana, después los que tenían a Cortijo, después a Leo Gutiérrez, después a Quinteros y ahora a Campazzo. Bueno, yo quiero ver cómo es eso. Una sola vez me pasó, cuando dirigí a Campana en el último año de su carrera. Ahí me di cuenta lo que es la jerarquía.

--¿Y cómo es?

--Es más fácil dirigir jugadores de nivel que de medio nivel. Porque estos últimos, si son diez, los diez creen que tienen que ser titulares.

Foto: Mundo D

Fuente: La Nueva Provincia