La película de final cerrado

Fue el partido donde podríamos hablar de una gran defensa de Alejo Monte sobre Baxley, no obstante el extranjero de Quilmes terminó con 27. Suena a dicotomía ¿no?. También fue el partido donde llega el Justin Keenan, el 2do goleador de la liga, y se retira con 36 puntos. A puro talento destraba lo que le proponen.

También fue el partido donde Quilmes y La Unión reflejaron sus virtudes y miserias de manera elocuente. Irregulares en extremo, ciclotímicos, voluntariosos, luchadores, pero con un final que termina siendo casi siempre feliz para Quilmes y lo contrario para La Unión que ha perdido no menos de 10 juegos en esta clase de cierre en lo que va de la temporada.

Quilmes salió como si no tuviera responsabilidades para ganar. Su defensa fue tan permeable en los primeros cuatro minutos que La Unión convirtió en 7 de los primeros 8 ataques y se escapó arriba 6-16 para que Leandro Ramella, tempranamente tenga que pedir minuto. Su defensa era un colador y La Unión metía todo.

Luego del minuto mejoró la defensa y achicó distancias (14-18) con puntos de Romero en la pintura, pero otra vez La Unión movió bien el balón en ataque y consiguió un imposible: cinco triples en cinco intentos en cinco manos diferentes. Y un triple por puesto: base, escolta, alero, ala pivote y pivote. Un relojito, ¿verdad?. Por el contrario el local atacó con solo 1/6 en triples y sobre todo con Walter Baxley con 0/5 de campo.

Quilmes sufría todo esa puntería obscena de los formoseños y encima abrió el segundo cuarto con dos perdidas de su juego interior (Romero-Ghersetti) y un parcial de 2-9 para que La Unión tome la máxima (20-37) de 17 puntos de ventaja haciendo que Once Unidos sea un murmullo permanente de reproches.

Allí, entre todos los cambios posibles que pudo hacer Ramella, encontró el terceto que le dio solidez a su juego interior: Piñero – Maciel y Taya Galizzi. Con ellos pudo frenar a Justin Keenan y contener el rebote. Quilmes luchó hasta achicar a 10 (29-39) y pasarle la preocupación a Piccato.

El ingreso de Pineda, Mora y Prelazzi le dieron aire fresco a la defensa de La Unión que no podía contar con Marcus Elliot, “alquilado” por los árbitros que lo tuvieron de punto en todo momento. Se cargó de faltas peor que un juvenil. Su carácter irascible no entiende de formas y equivoca el camino para jugar de visitante.

Lanzando 0/5 en triples en el segmento Quilmes sumó 1/11 en el primer tiempo y para decorarlo tiró 12/26 (45%) en dobles. Vale decir, sus guarismos conspiraron mucho contra sus deseos ofensivos, pero lo peor era su defensa. La Unión le convirtió 49 puntos en la primera mitad con 28 y 21 por cuarto. La visita atacó con 10/19 en dobles y 7/9 en triples para un fantástico 60% de cancha.

El tercer cuarto fue el momento reivindicatorio para Quilmes en el partido. Lo ganó 30-13 con destellos del viejo Quilmes del pasado, del equipo que llegó a estar tercero. Y Ramella tuvo el buen tino de haber bancado al quinteto titular para el parcial después que había comenzado horrible el juego. Pero esta vez la dupla Romero y Ghersetti dieron vuelta su imagen por completo y contuvieron en defensa a la dupla Keenan – Prelazzi o Zago. Además entre los dos anotaron 18 de los 30 puntos del equipo en el parcial.

En el cervecero funcionó todo: la conexión entre el poste alto con Marín, la marca de Baxley con Alejo Montes, la contención del base rival sin rompimientos. Todo. Así lo dio vuelta para pasar a ganar 66-62 al cierre del tercer cuarto. El equipo de Piccato había perdido la brújula y solo tuvo a Keenan para sumar puntos.

Pero el partido se metió en un cuarto de pura emoción en el segmento final. La Unión recuperó su puntería desde el perímetro y Justin Keenan simplemente fue indetenible. Tampoco Quilmes jugó ningún tipo de doble marca o atrape (salvo en el poste bajo) donde el goleador siempre pudo resolver en la media y larga distancia.

La Unión tuvo la voluntad de no perder el foco y sus deseos de ganar y empató en 72 haciendo que los últimos cinco minutos de partido fueran un parto para Quilmes. Porque en verdad podríamos decir que el cervecero dio a luz una victoria. Fue error por error y acierto por acierto hasta el final en un tablero que se prestaba el liderazgo por cada ofensiva.

No obstante de ganarlo 86-82 a falta de 1:20 Quilmes pasó a perderlo 87-88 a falta de 37 segundos. Pero un rebote ofensivo de Facundo Piñero ante un tiro errado (el enésimo) de Baxley le dio la delantera a Quilmes (89-88). Quedaba una última jugada para La Unión con 20 segundos. Allí Gianella se apiadó del cervecero haciendo una última jugada confusa, donde se mandó por izquierda hacia el aro y terminó perdiendo el balón. Piñero desde la línea con 3segundos decoró el resultado final.

Es de gran valor la victoria porque le permite a Quilmes mantener la luz de esperanza por el ingreso a los play offs sabiendo que le quedan partidos de suma dificultad. Para La Unión fue una muestra más que a veces las estrellas se alinean en tu contra. Hizo todo para ganar… menos ganar.

Síntesis
Quilmes (91): Fabián Sahdi 10, Walter Baxley 27, Federico Marín 8, Mario Ghersetti 9, Diego Romero 17 (FI) Luca Vildoza 1, Tayavek Galizzi 5, Maximiliano Maciel 2, Facundo Piñero 6, Lucas Ortíz 6. DT Leandro Ramella.

La Unión (88): Nicolás Gianella 11, Marcus Elliot 7 (x), Alejo Montes 15, Justin Kennan 36 y Ariel Zago 7 (x) (FI) Damián Pineda 3, Sergio Mora 5, Franco Prelazzi 4, Javier Cáceres 0. DT Gabriel Piccato

Parciales: 18-28, 36-49, 66-62
Árbitros: Alejandro Ramallo – Oscar Britez
Estadio: Once Unidos.

Foto: Majo Gil (@Majopick)

Crónica: Pablo Tosal (@pablotosal)
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