Argentino o la historia del Ave Fénix

Las metáforas que nos regalan la historia y las leyendas permiten tener esta clase de analogía, entre un ave mitológica y un equipo de barrio de nuestra Liga Nacional. Argentino de Junín construyó su buen presente deportivo luchando contra sus propias limitaciones, y en la peor de las circunstancias como fue no poder cambiar un extranjero, el equipo renació como lo hace el Ave Fénix, esa maravilloso mito que alimentó varias doctrinas y concepciones religiosas de supervivencia en el Más allá, pues el Fénix muere para renacer con toda su gloria.

Según el mito, el Fénix poseía varios dones, como la virtud de que sus lágrimas fueran curativas. Algo de eso hubo en Argentino, porque sus miserias le dieron un carácter al grupo que le sirvió para salir de un pozo de problemas.

Cumplidas las primeras quince fechas de la segunda fase (31 de enero) y tras perder de local con Quimsa 77-79, se produjo la desvinculación de Anthony Myles quien primero quedó al margen del equipo por una lesión en la rodilla y luego fue cortado. Para entonces ya hacía un mes que se había ido del equipo el pivote nacional Julián Aprea.

Al comenzar febrero Argentino estaba 13ero en la tabla, fuera de los play Offs y con récord de apenas 4 ganados y 11 perdidos. En la fecha 16 comenzó el despegue. Llegó a Junín Atenas que venía de ganarle a Peñarol en Mar del Plata y el “Turco” se despachó con un baile memorable superándolo 94-74. Ese partido fue un “click” para el equipo, desde allí se generó el comienzo de la resurrección.

El equipo de Adrián Capelli, ya sin viajes internacionales y con una ficha foránea menos (que aportaba 14.9 puntos y 5.9 rebotes) supo ganar enseguida en el viaje a Santiago del Estero y Córdoba dos juegos vitales como visitante. Luego seguirían Lanús y Comodoro como local, La Unión como visitante hasta llegar al techo máximo de las sorpresas de liga y poder salir cantando victoria de Corrientes, en la casa del campeón cortando un invicto que pertenecía a otra temporada de lo largo que era.

La racha de siete victorias al hilo la cortó Boca en la Bombonerita (73-68) y luego Obras también aprovechó el desgaste para superarlo (81-73). Esas dos derrotas en Capital podrían haber generado dudas pero lejos caerse, Argentino siguió peleando sabiendo de sus limitaciones.

Por eso pudo meter un doblete fantástico a su regreso a Junín bajando a Libertad (73-65) y a Olímpico (98-90). Para ratificar que nada es casualidad, en la fecha siguiente el “Turco” fue a Paraná, donde había perdido Peñarol y superó a Sionista en su casa 84-89. Dos días después Estudiantes de Concordia le volvió a cortar la serie de tres triunfos (esta vez 82-74).

Como postre de despedida Argentino venció a Quilmes y Bahía de local cumpliendo de esta manera con un récord de 12 victorias y solo 3 derrotas en los últimos 15 partidos de la competencia. Solamente Boca Juniors pudo igualar semejante recta final (12-3) porque Regatas y Peñarol sumaron una derrota más (11-4 ambos) en los últimos 15 juegos.

Es lógico que cuando las cosas salen bien todos tienen su cuota de responsabilidad, Lucas Pérez tomó las riendas para ser un base confiable y efectivo, acompañado por Franco Balbi en el armado. Cangelosi, se olvidó de las lesiones y dio todo por el equipo siendo siempre muy regular, lo mismo que Marcos Saglietti. Tal vez quienes mejor aprovecharon los minutos en cancha hayan sido Emiliano Basabe que no tira mucho pero es efectivo y le da al equipo un juego de rol en el área defensiva muy importante y Andrés Landoni, que se hizo cargo del goleo que dejó acéfalo la salida de Myles.

Con ellos el único extranjero fue quizás uno de los 3 mejores de la temporada (en mi podio con Keenan y Baxley) como Marcus Melvin (18.3 puntos y 9.8 reb en los últimos 15 juegos) destrabando con su talento individual los problemas que se generaban en ataque. Fue el único jugador del plantel que marcó en doble dígito todos los partidos desde que quedó solo.

Finalmente el gran hacedor de que todas las partes se congenien vuelve a ser el entrenador Adrián Capelli que llevó al equipo con bajo perfil y por el camino del trabajo para que cada uno de lo mejor de su parte. El equipo fue la estrella y lo vuelve a demostrar por segundo año consecutivo. El técnico manejó con prudencia la decisión dirigencial de no reemplazar al segundo foráneo y solo logró que se sume Santiago Arese cuando se fue Aprea.

Ahora el “Turco” vuelve a ilusionarse con los Play Offs pero no todo es “llegar a la post-temporada y después vemos”. El campeonato de Liga Nacional dura largas 44 fechas y en 6 meses de competencia pasan muchas cosas. Argentino comenzará una historia diferente en la reclasificación pero por lo hecho en la fase regular se tiene que quedar conforme: No cualquiera se levanta con la dignidad que lo hizo este equipo.

Pablo Tosal
@pablotosal
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