Los elegidos de Pick and Roll

Breve reseña

Aunque la experiencia de elegir los mejores es con alta rigurosidad de análisis, búsqueda de datos y comprensión de los mismos, en definitiva nunca deja de ser un juego periodístico. Entender al jugador en su contexto es de suma complejidad, porque luego se termina cayendo en ¿Qué haría tal jugador si jugara en tal equipo?.

Por lo tanto, ante la divergencia, sean benevolentes y busquen sus propios criterios y establezcan sus propios mejores, que hay muchos para analizar en una liga diferente. Lo que sigue son los mejores elegidos por Pick and Roll.

Quinteto ideal

Base: Facundo Campazzo

No hay dudas y no es noticia. Ya hace unos años viene dominando el puesto con diferencias. Con él cualquier equipo pelea la punta. Está bien rodeado con tres figuras rutilantes (Boccia, Gutiérrez y Leiva) y tiene compañeros confiables para determinar un gran equipo: Ibarra-Giorgetti-Weigand-Fernández. Y sin mencionar los extranjeros que podrían ayudarlo aún un poco más.

Cuando Facu no estuvo Peñarol se perdió por completo. Y no porque tuviera malos jugadores sino porque su presencia genera que cualquier equipo se haga dependiente de un jugador que resuelve las más difíciles por su impronta. Este año le agregó conocimiento de los tiempos: supo cuando acelerar, ser más individualista para sostener partidos malos del equipo y cuando pasarla y no tirar tanto.

Escolta: Paolo Quinteros

No fue la gran liga de temporada regular de Paolo. Su técnico Nicolás Casalánguida privilegió la cantidad de minutos (27:08) y Paolo se dedicó a darle calidad a su permanencia en cancha. Se ubica 10mo entre los goleadores y es el que menos minutos sumó entre ellos. Si se lo ordena por puntos x minuto es el sexto. ¿Entonces porque es el mejor escolta?

El año pasado sumó apenas dos minutos y 30 segundos más que ahora de permanencia en cancha y sus porcentajes fueron similares. Aunque se piense lo contrario, para mi Regatas es un equipo nuevo. Lo es porque tiene 4 de los 5 titulares distintos. Hopson es el base titular y el equipo juega a su influjo. Cambió además el alero, ala pivote y pivote. Eso es un equipo nuevo. Y yo compro la consigna que es más difícil mantenerse que llegar. Hubo que rearmar el equipo, y salir a jugar como campeón con un equipo distinto. En eso Paolo fue clave. Salió a dar la cara como si se tratara del equipo del año pasado. Mucho tuvo que ver el DT, pero el jugador franquicia asumió el liderazgo y la responsabilidad cuando todos pusimos expectativas sobredimensionadas en Regatas sostenidas por el falso slogan “es un equipo que viene trabajando junto desde hace un año”.

Alero: Walter Herrmann

En este caso hasta Diego Díaz lo vota. No hay discusión y solo halagos. Walter volvió a la Liga para darle brillo. Pero también para probar que su talento está intacto. Es un jugador que tuvo que superar las más grandes dificultades de la vida para seguir siendo profesional. Pensando en la adaptación (3 años sin jugar como profesional) sin dudas lo que más le costó fue la parte física, y aun así lució impecable. Tuvo respuestas cuando jugó de ala pivote y también de alero. Lo marcaron escalonado, con perimetrales, con internos y con golpes. Es el goleador absoluto de la liga con 22.3 puntos (81% en libres, 51% en dobles y 30% en triples), 7.1 rebotes y 23.6 de valoración en 43 partidos sumando 34:41 minutos por juego.

Ala pivote: Leo Gutiérrez

Es el jugador más scouteado de la historia de la Liga Nacional (y el más puteado). Los entrenadores rivales, los jugadores, los árbitros, la prensa, los aficionados y hasta las mascotas ya saben qué hará cuando ataca por izquierda y por derecha, de frente, en contraataque, de espadas y demás. Y lo hace igual y todo bien. Porque su variedad de recursos y riqueza de movimientos es imperecedera. Defendiendo siempre es esencial, tiene mucha inteligencia para marcar a jugadores más altos y de mayor movilidad. En lo particular pensé que esta temporada vería el comienzo del otoño del patriarca. Me equivoqué.

Se ubica sexto entre los goleadores con 16.9 puntos (43.7% en dobles y 40.4% en triples) tirando siempre por arriba de la marca. Ya no existe la defensa que lo deje libre. No es motivo de este pequeño análisis lo que significa para el grupo un jugador así, bastará con decir que cada vez que hay que definir un partido ahí estará él. Es “Mister Clutch” en la Liga Nacional.

Pivote: Marcus Melvin

Mi equipo ideal va con doble Ala pivote este año. Imposible no ponerlo en el ideal. Marcus Melvin es responsable directo del campañon de Argentino de Junín. Tanto cuando tenía a Anthony Myles al lado y sin él. Ya hemos hablado de las bondades de Argentino como equipo en esta misma página. Ahora es tiempo que hagamos mención a las individualidades.

Jugó los 44 partidos del equipo a un promedio de 32 minutos por juego. Lo mandaron de pivote y de ala pivote y respondió con lo mejor que tenía para dar. Atacando de frente al canasto brindó un 30% en triples pero siempre en tiros que son de hijos de la urgencia y no de sistemas. En el poste bajo le pintó la cara a todos. Con 16.0 pts y 8.0 rebotes de promedio fue vital en un equipo que fue generoso con la entrega.

Segundo Quinteto Ideal

Base: Phillip McHopson

Tomar la base de un equipo nuevo es difícil. Todos los pedidos de sistema y la locura de los técnicos recaen en el base. Hacerlo en un equipo con pretensiones conlleva una presión extra y si además agregamos que ese equipo es el último campeón y salió primero de la fase regular caminando no hay mucho que pensar. McHopson tuvo todo que ver en ese andar sólido de un equipo que se acostumbró a su juego.

Sus números son escandalosos: 13.5 pts (62.3% en dobles y 37.4% en triples) 4.7 rebotes y 4.3 asistencias en 42 partidos sumando 28:31 minutos por juego. Mucho se lo ha criticado por ser individualista. Este año volvió a demostrar (como con Boca) que no se cansa de hacer jugar al equipo.

Escolta: Walter Baxley

El extranjero fue determinante en la gran campaña de Quilmes. Llegó sin crédito y un sueldo bajo. Era una prueba pero no un panzazo a la pileta, porque se sabía que era goleador. De todos modos la incógnita era saber cómo funcionaría en equipo. Y aunque tiene un cartel en la frente que dice “aro” cayó perfecto en un grupo que necesitaba eso. En cada ofensiva estacionada que se trababa siempre le dieron el balón para que defina.

Fue el 3er goleador con 19.3 puntos de la regular (85.5% en libres, 55.6% en dobles, 35.7% en triples) asumiendo su compromiso en la ofensiva. Sin embargo quiero destacar de él haber asumido la responsabilidad de marcar al escolta o base rival a toda intensidad sabiendo que jugaría muchos minutos (31:58). No fue el típico extranjero que descansaba en defensa para atacar con piernas, sino que se exigió (sin ser un especialista) para ayudar a su equipo atrás.

Alero: Diego García

No estoy loco. Ya sé que Diego es escolta y no juega de 3 ni al fútbol. Pero a falta de un alero destacado detrás de Herrmann (podrían ser Lorrenzo Wade o Jesse Pellot) decidí darle un premio a un jugador que este año dio un salto cuantitativo y cualitativo a su juego. Es mérito propio y de Fernando Duró, su entrenador.

Diego tuvo una temporada fantástica, donde volvió a ser el goleador picante que vimos antes de su viaje a Europa. Aumentó en 4.5 puntos su promedio del año pasado a éste (de 13.3 pts a 17.8 pts). Tuvo personalidad para salir a tirar (6.3 triples por partido) y no depender tanto de su 1 vs 1 y allí radica gran parte de su crecimiento, porque todos le desafiaron el tiro. Creció y su equipo, Libertad, agradecido.

Ala pivote: Justin Keenan

Otra de las grandes apariciones de la temporada. Llegó en silencio a un equipo que todos esperábamos que diera más. Desde el primer partido se erigió en el goleador, mientras todos los equipos tomaron nota de sus cualidades.

Pasó la primera fase y el norteamericano se anotaba claramente entre los goleadores (19.9 pts) pero lo sorprendente vino después. Porque jugar contra La Unión era saber que Keenan sería su arma letal y allí, con todas las defensas esperándolo, subió su promedio a 20.2 pts en las 30 fechas de la 2da fase. Y como si fuera poco también subió de 7.2 a 9.0 su promedio de rebotes de una fase a la otra. Se adaptó a los problemas del equipo y las ausencias inverosímiles por lesiones que vivió ese equipo. Un crack.

Pivote: Sam Clancy

Llegó gordo, fuera de estado físico y le costó horrores entrar en el juego que proponía Gonzalo García. Lo hizo en parte porque es muy inteligente para jugar y fue marcando su evolución cada semana.

Cuando terminó la primera fase, la mejor en la historia de Gimnasia en la Liga (11 ganados y 3 perdidos) Sam promedió 9.9 pts (43.3% en dobles) y 8.7 rebotes. Cuando Clancy volvió de las fiestas y ya su físico era más adecuado para jugar profesionalmente sacó todo su repertorio dando cátedra en el poste bajo. Aumentó su promedio a 16.1 puntos (57% en dobles) y 12.2 rebotes. Una bestialidad. Fue el gran dominador del puesto de pivote por tres circunstancias decisivas: 1) Es un gran jugador, 2) Los tiradores de su equipo son tan letales que le abren espacios para que juegue el 1 vs 1 y 3) jugó 34 minutos por partido, el tercero en toda la liga que más jugó en la 2da fase solo superado por Herrmann y su compañero Schattmann.

Quinteto ideal defensivo

Base: Facundo Campazzo

Un demonio. Impone un ritmo vertiginoso que asfixia al rival, aun cuando su técnico no se lo pide. No sabe regular, va a fondo. Fue el líder de la competencia en recuperos (2.1 por juego) y juega hasta obsesivamente en separar al base rival de su equipo. Cuando él flaquea en defensa su equipo lo siente mucho. Se prende al rebote (4.0) a pesar de su altura y va de cabeza a las divididas.

Escolta: Adrián Boccia

Hace todo bien. Juega perfecto los cambios defensivos del 2 y 3. Anticipa como nadie en la liga la línea de pases y es el escolta con más poder rebotero de toda la competencia. Romper la primera línea defensiva de Boccia es tener la seguridad de volver a encontrarlo más adelante, porque para dejarlo atrás hay que pasarlo dos veces.

Alero: Sebastián Vega

Fue el único que sacó un aprobado en defensa en la gestión de Fabio Demti en un Quimsa que fue el peor equipo defensivo de la competencia. Sus compañeros, todos de exquisita mano ofensiva, dejaron siempre el trabajo sucio para él. Marcando al tirador del equipo rival siempre tuvo que brindar una cobertura aérea constante (5.6 rebotes por juego) por la endebles defensiva de equipo. Sus minutos en cancha los ganó defendiendo.

Ala pivote: Ivory Clark

A mi juicio el mejor defensor de la liga. De hecho es la clase de especialista que ya no quedan. Desde los entrenamientos contagiaba a sus compañeros por su dosis de energía. Luego en el partido era un animal. Aunque por su altura debería ser alero, por ausencia de pivote en su equipo lo hicieron jugar de ala pivote. Lideró la liga en tapas (1.7) en una estadística que lamentablemente está muy mal tomada por muchos operadores del país (llegué a contarle 3 en un juego que le dieron una). Defendió al alero, ala pivote y pivote del equipo rival. Perfecto en los cambios y preciso en el boxout. En una liga con 3 extranjeros sería el jugador de rol perfecto.

Pivote: Robert Battle

Su majestad en el poste bajo. En el mejor equipo defensivo de la liga fue un abanderado de la lucha y los rebotes. Aunque su trabajo, al contrario de otros pivotes, está en el piso y no en el juego aéreo. Por se trata de un pivote sin gran capacidad de salto pero con una contracción defensiva a pura potencia. Empuja, acomoda su cuerpo en el 1 vs 1 y anula las características del rival. Sabe claramente que tiene que hacer con las ayudas en penetración por el lado opuesto, no se duerme nunca. Inteligente y potente. No le hace falta saltar para ser una garantía en el juego interior.

Segundo Quinteto ideal defensivo

Base: Lucas Faggiano

El base que sería titular en Bahía llegó a Boca para suplente de Cequeira, otro que podría estar en esta posición de base defensivo del año. Pero la elección recae por mínimas diferencias. Juega menos minutos y la elección del entrenador sobre su gestión en cancha le permite ir sobre los escoltas rivales. Defiende perfecto el pick y es más solidario en la defensa de equipo. Tiene unas piernas infernales (como Cequeira) y forma parte de una media cancha que ahoga a los rivales.

Escolta: Alexis Elsener

No es escolta, pero jugó de tal en Atenas y merece estar en el quinteto. Ha sido muy regular a lo largo de toda la temporada defendiendo en una liga donde su estatura (1.95) escapa largamente a la media de la liga y podría jugar en contra para contener a los más bajos y dinámicos escoltas de la competencia. No obstante fue implacable en las persecuciones individuales y sumo rebotes como alero.

Alero: Miguel Gerlero

Podría estar en el quinteto ideal defensivo. Apenas por una cuestión subjetiva va Vega pero podría ser Gerlero. Lo cierto es que el alero de Regatas Corrientes fue brillante en su cometido. Tuvo que saltar al equipo titular por falta de alero foráneo. Asumió toda la responsabilidad de darle altura a una media cancha anotadora con Hopson-Quinteros. Fue sobre los tiradores rivales y tiene un retroceso de piernas en 1 vs 1 envidiable con mucho timing para la defensa.

Ala pivote: Lisandro Rasio

El nacido en Zárate no había tenido un buen paso por Peñarol y esta temporada la aprovechó a pleno, lamentablemente para él en una posición que no es la suya. Pero haciendo un esfuerzo extra en la posición de pivote por largos minutos, bancando a jugadores más pesados y más altos dio una cuota de energía muy grande. Mucha intensidad para poder suplir la talla en contra y finalmente terminó en esa dinámica siendo uno de los mejores en la liga. Tal vez con un pivote alto al lado su trabajo se hubiera notado más. No obstante lo hizo muy bien y su crecimiento fue inmenso.

Pivote: Fernando Martina

En este lugar podría ir compartido con Martín Leiva. Pero lo elijo a Martina porque fue pieza clave en la defensa de Regatas (el segundo equipo que menos puntos recibió). El pivote se ubicó como titular, apareció en ataque (recibiendo mucho de los pick con Hopson) pero en lo suyo sigue siendo de lo mejor de los nacionales. No es un jugador de dominio aéreo, pelea todas en la posición de piso, anticipa y juega perfecto en la marca al jugador sin balón. Muy útil siempre se gana el lugar entre los mejores.

Mejor técnico

Nicolás Casalánguida: Se podrá decir que tenía un gran equipo. Este premio se tiene que dar al técnico que mejor trabajo hizo con el material que tenía. Y Casalánguida hasta acá cumplió sobradamente con esa premisa. Pero hay algo más que se puede agregar: si hubo una temporada con presión para Casalánguida fue ésta y no la anterior. Salir a la cancha como campeón con un equipo nuevo que cambió cuatro de los cinco titulares no es algo sencillo.

Esto de votar siempre al técnico que menor presupuesto tiene y más logró se termina convirtiendo más en una moda que en una elección real, porque significa que la presión del que tiene mucho por perder ¿no vale?. Regatas tenía todo por perder y nada por ganar (porque todos esperan que salga campeón).¡Por favor!, es un trabajo sin equivalencias el de Casalánguida.

Regatas rompió todos los récords posibles en cuanto a fase regular ganando 37 de los 44 partidos que jugó y participando en dos competencias. Sostuvo su localía contra todos los grandes que fueron con pretensiones de ganar. Rotó como nunca antes el plantel y logró que ningún jugador permanezca más de 29 minutos en cancha. Se animó a rotar a pesar de lo mucho que se jugaba. Esa valentía y los resultados lo convierten en merecedor del premio.

Segundo mejor técnico

Adrián Capelli: La decisión no fue fácil pero puse un escalón arriba a Casalánguida porque jugar y cumplir para campeón es tan difícil como sacarle el jugo a un equipo armado como se pudo, tal como hizo Capelli por segundo año consecutivo. Esta historia de Capelli es increíble aprovechando una liga larga, desgastante, para armar el grupo, darles confianza y continuidad. Le ganó a los tres punteros al menos un partido, le ganó a Uniceub en Montevideo, gano su grupo en la Liga Sudamericana superando a Aguada. Hizo un torneo lleno de obstáculos cuando se le fueron Julián Aprea y Anthony Myles se potenció como grupo. Sin estrellas, con mucha solidaridad es mérito absoluto de Capelli que nada se haya roto ante tantos inconvenientes. Y sobre todo que sus jugadores rindieran en el 100% cada uno de ellos.

MVP

Walter Herrmann

Volvió a jugar después de tres años sin ser profesional. Demostró que tiene talento para estar en otra liga superior. Hacía años que un jugador no marcaba tal diferencia en un puesto. Solo comparable con lo que Campazzo hace con los bases. De todos modos Herrmann se encargó casi con exclusividad de llevar a su equipo al 5to puesto de la regular después de 44 fechas.

Fue el goleador de la liga, lo marcaron con vehemencia y por turnos en cada defensa y ganó casi siempre. En 43 partidos apenas en 6 terminó con valoración de un solo dígito. Y lo hizo en un equipo de alta complejidad. Porque al quinteto Lábaque, Lescano, Herrman, Lewis y Williams, solo le quedaron Lábaque y Herrmann. Los cambios de entrenadores, de compañeros y sobre todo de posición cuando tuvo que jugar de 4 podrían haberlo afectado y por el contrario terminó siendo el único con regularidad de su equipo haciendo que por apenas una victoria su equipo no clasificara a los cuartos de final directo. La temporada terminó mal porque perdió en octavos contra un mejor equipo, pero él en particular, brilló como nadie alumbrado por su propia luz.

Fotos: Majo Gil (@MajoPick / mjgil@pickandroll.net)

Pablo Tosal
@pablotosal
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